César se sentía destruido por dentro, al mirar a su amado tan feliz por recibir a unas cuantas mujeres.
-Lamento informarte hijo, hasta que inicie formalmente la apuesta no podrás estar con ninguna de ellas.
-Ya lo sé, no quiero perder, solo falta poco para que ese tipo cumpla la mayoría de edad.
El juego tenía sus reglas: ambos competidores tenían que ser mayores de edad, así que si uno era mayor tenía que esperar al menor, después de firmar el acuerdo, no era válido el nacimiento de un bebé antes de 10 meses, si eso pasaba no era válido y se esperaba de nuevo el nacimiento de otro varón.
Toda esta información era bien sabida, era por eso que Damien no había estado con ninguna mujer antes, no quería que lo involucraran con un bebé que no fuera suyo.
El tío, el papá y el hijo charlaban muy animados, César se sintió excluido, miró a las mujeres con odio, quería arrancarles la cabeza en ese momento.
-Tengo que irme, olvidé algún asunto importante. - César ya no aguantaba estar más ahí, se despidió de ellos como si no pasará nada y se fue.
Al entrar en su coche su cara mostró cansancio, no se sentía bien, había recibido muchos golpes que no esperaba recibir.
Abel había ido a visitar a su mejor amigo Lisandro, Lisandro era un amigo del extranjero, por algunos problemas que le surgieron decidió seguir a sus amigos y cambiar de nacionalidad.
-¿Cómo sigue nuestro proyecto?
-Necesitamos hacer más pruebas.
-Si nuestro proyecto es un éxito, la forma de ver las cosas de muchas personas cambiará te lo aseguro.
-¿Crees eso? Algunas personas nacen con muerte cerebral.
Abel comenzó a reír. - ¡Si eso lo sé!
Lisandro era una persona gentil y amable, pero detestaba a las personas prejuiciosas. - Vamos al sótano.
-Bien.
Al bajar por las escaleras parecía una casa normal con un sótano, pero al final de las escaleras se podría ver un laboratorio bien equipado y con tecnología innovadora.
Lisandro de hecho era un científico, se podría considerar uno de los mejores si él mismo buscará reconocimiento, pero la fama no era lo suyo y además estaba ayudando a su colega con un gran proyecto, ¡Un vientre artificial!
Este vientre artificial era de hecho muy especial, en el se podrían combinar los genes de dos hombres, sin la necesidad
de ningún gen de mujer, o por lo menos ese es lo que querían lograr.
-¿Quién será el otro padre?
-Tenía planeado a Carlos, mejor dicho César, pero él ama a otro, se olvidó muy pronto de mi, así que no lo sé aún ¿Qué tal tú? nuestros genes combinados se verían muy bien.
-No digas tonterías, tú dijiste que tu hijo no nacería de ninguna mujer, por que jamás amaras a una, dijiste que tu hijo sería hecho de dos personas que se amaran.
-Pero la persona que amo no me ama, no se puede obligar a nadie, además se necesita específicamente un fluido de parte de él, mejor intentemos con el tuyo o con el de Rou.
-¿Si te das cuenta que si uno de los dos coopera con cierto fluido, uno de los dos se convertirá también el padre?
-Lo tomaré como si fuera una donación de esperma.
-¡Deja de fingir que no te importa!
-Esperemos un poco más aún faltan 2 meses para que cumpla los 18.
-Aún eres un niño, pero ya eres todo un genio.
-Lo sé, muérete de envidia.
-Solo un poco.
A la edad de 12 años Abel se graduó de la preparatoria, a los 15 años se graduó de su primera carrera como biotecnologo, y antes de regresar del extranjero se había graduado como fisiólogo.
Era todo un dotado, ¿Pero por qué estaba en preparatoria? Solo estaba fingiendo.
Aún no quería revelar sus cartas y estaba casi seguro que ahora que César sabe que es Abby no les dirá nada, aunque él quería mantener guardada su identidad, él estúpido de Rou había abierto su bocota.
Cuando regresó del extranjero, organizó todo un equipo de trabajo de diferentes áreas, con solo su conocimiento no bastaba para crear lo que casi había logrado, un vientre artificial, además por el dinero no se preocupaba, el tenía de sobra.
Revisaron lo que tenían frente a ellos, era una maquina con una base, la parte de arriba era circular, tenía una vitrina de la misma forma, se podía ver todo lo de adentro, por lo tanto si un ser humano se estuviera desarrollando desde ahí sería muy fácil ver su desarrollo.
Abel de hecho si deseaba tener un hijo, uno propio y del amor de su vida y él iba a demostrar que no necesitaba de una mujer para hacerlo, sabía perfectamente que clase de mujeres le tocaban a la familia Aguirre, ni se diga a los Villalobo, todas aquellas mujeres resultaron ser unas arpías, con excepción de su abuela, solo que ella tuvo la peor de las suertes. Si tan solo no tuvieran tan mala suerte ambas familias para conseguir una mujer, tal vez él y su padre no hubieran sido gay, o tal vez ese era el destino de cada quien.
Abel y Lisandro tomaron un descanso, entre ambos prepararon una comida para ellos mismos y para sus compañeros de trabajo.
-¿Lis?
-¿Si?
-¿Qué ha pasado contigo últimamente?
-Nada.
- ¡Tienes un enorme chupete en el cuello!
Lisandro automáticamente se tapo el cuello con ambas manos. -¡No sé de qué hablas!
-¡Espero que no te estés portando mal!
-¡No es lo qué piensas! Fui a divertirme al bar que frecuenta Rou, ni siquiera supe en que momento me emborrache pero ya estaba con otro chico besándome el cuello, lo aparte y salí corriendo, es todo ¡Te lo juro!
-Está bien demuestra que eres mi hermano, hasta que verdaderamente te enamores o ya por lo menos conozcas al tipo, hazlo.
-Si, voy a llevar con orgullo el apellido Aguirre.
Abel y Lisandro no son verdaderos hermanos, hasta hace poco Lisandro seguía teniendo el apellido Ruiz. Hace algunos meses, tanto como Abel, Rou y Lisandro seguían en el mismo internado en el extranjero, un día le llegó la noticia a Lis que su familia había sido embargada, por lo que huyeron del país dejando abandonado a su hijo, Lis tenía que pagar escuela, necesitaba comer, en fin él no tenía dinero y fue abandonado cruelmente, ese día lloró con sus dos mejores amigos, él tenía casi la misma edad que Abel, Lisandro también era un prodigio que se estaba a punto de graduarse junto con Abel, pero parecía que su camino estaba siendo obstaculizado.
Abel se paro frente y firmemente le dijo. -A partir de hoy tu eres mi hermano.
Abel llamó a su abuelo pidiéndole ese enorme favor, él abuelo no preguntó mucho y acepto, adoraba a su nieto, le gustaba esos amigos suyos (Abel), así que cuando supo la gran injusticia de su familia (Lis) se enfado
mucho, él mismo se encargaría de tratarlo como su familia empezando con darle se apellido, Erick Aguirre comenzó a tratarlo como verdadera familia, le dio la misma cantidad de dinero que le daba Abel, de vez en cuando llamaba y saludaba a los tres. Así paso el tiempo y los tres se graduaron, Abel se graduaba de su segunda carrera casi cumpliendo 18, Lisandro se graduaba a la edad de 18 y Rou se graduaba de diseñador a la edad de 22, él no era tan listo ¿No? Pero en realidad ya era muy famoso y tenía su propia marca.
-¿Aún no hay noticias de tus padres?
-No - contestó decaído. Lis se ponía muy triste siempre que se mencionaban a sus padres.
Abel se quedo sin habla por un momento, trataba de encontrar las palabras adecuadas para consolar a su amigo - Yo te ayudaré a buscarlos.
-No es necesario.
-¿Por qué no? Ahora somos familia, la familia está para ayudarse.
-¡De verdad no es necesario!
Abel le dedicó una amable sonrisa, pero por dentro se sentía una verdadera escoria, un patán, sabía que no podría seguir mintiéndole de esa manera a su hermano, él ya había dado con los padres de Lis hace no mucho tiempo, pero ellos no quería ver a su hijo, lo habían abandonado solo por un motivo, no era por que no tuvieron tiempo que no pudieron llevárselo, por la distancia o por cualquier cosa que se le había pasado por la cabeza a Lis, no, no fue por nada de eso, esos padres ingratos ni siquiera se sentían orgullosos de que su hijo se graduara pronto y fuera uno de los mejores, no, para nada, ellos al contrario despreciaban a ese hijo suyo, fue por eso que lo habían mandado a vivir en el internado aunque no estuviera muy
lejos de casa, no soportaban verlo a la cara, lo que había hecho ese hijo era pecado, era bien sabido que esos pecadores asquerosos se irían al infierno, por lo tanto esos padres no querían ser arrastrados al infierno con él.
Después de escuchar divagar a los señores Ruiz, Abel casi pierde la cabeza. -¿Qué hizo Lis?
-¡Es tan asqueroso qué no lo puedo decir! - dijo la madre de Lis, como si fuera una paranoica.
-¿Mató a alguien? - preguntó Abel irritado.
-No.
-¿Violó a alguien?
-No.
-¿Entonces qué fue lo que hizo? - volvió a preguntar Abel casi perdiendo la paciencia.
La señora Ruiz lo miró indignada.- ¡Él se acostó con otro hombre! ¡ Eso es asqueroso! Además el cura de mi parroquia dice que eso es una blasfemia.
Abel comenzó a reír a carcajadas algunas casi se escucharon falsas y otras llenas de odio. - Señora, no sabía que usted
con todo respeto, fuera tan estúpida. Una persona que se atreve a juzgar a otra solo por el hecho de creer que dios esta de su lado, ¿Se puede considerar realmente buena persona? No señora no sea crédula un sacerdote debe implementar la palabra de dios con sabiduría y no juzgar a nadie, y sobre todo usted, una buena persona no abandona
a su hijo y lo deja a su suerte, usted es quien irá al infierno.
La mujer lo miró con resentimiento y comenzó a llorar. - ¡Mentira! ¡Él es quién irá al infierno! ¡No yo!
Él señor Ruiz que casi no había pronunciado palabra lo corrió de su casa y le advirtió que no dijera nada a ese pecador sobre su ubicación.
Abel volvió en si, miró con tristeza a Lis, Lis ya era feliz no quería agobiarlo con esa información.
-La comida está lista. - Lis comenzó a servir los platos y llamó a todos a comer.
Le surgieron tantas ganas de llorar, Abel no podía tolerar esto, fue a encerrarse al baño, las lagrimas fluyeron, él de hecho era muy frívolo y calculador, pero no podía soportar ver injusticias y menos si se trataba de personas que a él le importaban, se miró en el espejo lavó su cara y se fue con los demás chicos, trato de hacer que no pasaba nada, pero Lis lo conocía a la perfección, él conocía la doble cara de su amigo así que era muy difícil que Abel le mintiera.
Las personas terminaron de comer muy pronto, por lo tanto ambos se quedaron solos.
-¿Ya diste con ellos no?
-¿De qué hablas?
-Ellos me abandonaron a propósito ¿No?
-¡No! ¡Aún no doy con ellos!
-¡Mientes! -comenzó a llorar. -Yo lo sé, conseguí su teléfono, así que no dude ni un segundo para llamarles, solo que ellos
no se escuchaban muy felices, ¿Sabes lo qué me dijeron?
-¿Qué?
-¡Púdrete gay!
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Comments
Elizabeth Moreno
pobre lisandro deberian estar orgullosos de el
2024-01-17
2
Monikita
pobre mi niño que dolor debió de sentir al ser abandonado de esa manera y después escuchar esas palabras se las personas que debieron de amarlo y protegerlo a toda costa esos seres no merecen ser humanos nisiquira padres
2023-06-10
2
Ary Sasi 💙u💙
Pobre de Lis me dio mucha rabia 😤 de q esos malditos padres lo tratarán así
Perdonen la palabra pero malditos padres de miércoles por la tarde (M¡£D@) hijos de put@ C@BR0N£§!!!
Lo siento 😐 me excedí 😅😔🤫 pero no me gusto para nada eso, eso no se hace y q onda con su religión esos no son seguidores de Jesús😉😝 y el acto de Abby (Abel) me encanto fue muy heroico me encanta 😍 y quiero más 💙u💙
2019-12-06
5