-¿Profesor?
César se sentía como un verdadero estúpido, ¿Qué diría ahora? -Necesito hablar contigo a la hora del almuerzo. - dicho esto se regresó a su escritorio sin esperar respuesta.
Muy bien Abel estaba confundido, “¿Ahora qué hice?”
Durante la clase le era inevitable ver a su profesor, no podía evitarlo era como si sus ojos tuvieran un imán hacía su cuerpo (c), en algunas ocasiones sus ojos se encontraron, se miraron fijamente, ninguno de los dos retrocedió, era como una lucha de miradas, era como si buscarán en el interior del otro. Y así la clase terminó muy rápido para ellos, era como si no hubieran tenido suficiente para mirar.
Abel se acercó a César con cautela, no esperaba una llamada de atención en absoluto por nada, ni nadie.- ¿Pasa algo, profesor?
-¿Qué hiciste el Lunes por la noche?
Abel parecía estar pensando en algo, para después mirar inocentemente a César. -No me acuerdo.- sonrió con vergüenza.
-Bien ¿Te parece si te refrescó la memoria?
-¿Usted sabe lo que hice? - preguntó con ojitos inocentes.
-Si, quiero decir no, bueno creo que si.
Abel al ver esto lo encontró muy divertido, soltó un par de carcajadas muy fuertes, su risa era muy agradable de escuchar. -Dígame que hice entonces.
-fuiste a un bar gay.
-¿Cómo sabe eso? ¿Me está siguiendo?
-¡No!
-¡Es un alivio! ¿Era todo lo qué tenía que decirme?
-Entonces ¿Si estuviste en un bar gay?
-¡Si! ¿Es homofóbico?
-¡No!
-¿Qué le molesta exactamente? - lo miró sospechosamente.
-¡Nada! - sacó la fotografía que Daniel le había dado y se la mostró. - ¿Eres tú?
Abel sonrió perezosamente.- Si, lo soy.
-¿ A qué estás jugando? -parecía penetrarlo con la mirada.
-Solo sigo el juego, parece que a todos les gusta el doble juego, así que me uní.
-¿Qué quieres decir?
Abel sonrió con burla. -Señor Casablanca usted más que nadie lo sabe.
César quedó aturdido por un momento. -¿Sabes quién soy?
- ¿Cómo no saberlo? - dijo como si fuera bastante obvio.
-¿Cómo supiste?
-Eso fue muy fácil.
-Nadie en el mundo conoce mi cara aún.
-Solo la familia Villalobo ¿No?
-¿Cómo sabes eso? ¿Quién rayos eres tú?
-¿No lo sabes ya?
-¿Cómo supiste quién soy? - exigió casi agresivamente.
-Tú solo te delataste, tus zapatos son caros y se sabe que solo hay tres en el mundo, esos zapatos fueron diseñados por Rou Casablanca, tu primo, quien se los obsequio a tres personas, uno de ellos claramente tu, el segundo es alguien con el nombre de Lisandro y el tercero pero no menos importante yo.
-¿Qué? - miró la fotografía de nuevo, “¡Si es él!” El chico de la fotografía era nadie más que su primo.
-Además tus manos están bien cuidadas, no tienen cayos como debe de tener un profesor, entre los dedos al escribir, tu no tienes nada, solo piel blanca y hermosa, pero los zapatos fueron los que realmente te delataron.
-Eres muy listo ¿No? Te aseguro que no sabes que planes tienen para ti.
-¿A quién te refieres? ¿Hablas de Damien o Daniel?
-¿Por qué habría de decirte?
-No es necesario, sé exactamente que harán, con o sin tu ayuda, puedes ir a decirle todo lo que sabes a ellos y aun así te aseguro que sabré cuales serán sus planes. - dicho esto no esperó respuesta y salió del aula.
César estaba conmocionado, ¿Quién lo diría? Ese chico sin gracia en realidad estaba fingiendo, no sabía por que su corazón comenzó a latir tan fuerte, sin pensarlo hizo una llamada.
-Marcus, cancela la búsqueda.- colgó enseguida no necesitaba respuesta.
Miró por donde se había ido Abel, dentro de él sintió una gran perdida, no sabía por que se sentía así, eso no le gusto en absoluto, ni siquiera con Damien se había sentido así, esto cada vez se volvía malo.
Abel se alejó cada vez más de la escuela, casi no podía contener su quijada, se movía involuntariamente, hasta que no pudo soportarlo más y comenzó a reír sin parar. “¡Eres un idiota!” pensó cruelmente, en realidad Abel conoció a Cesar hace algunos años, solo que al principio no lo reconoció hasta que vio los zapatos diseñados por Rou, pero sabía que estaba del lado de los Villalobo fue por eso que no se lo confesó, primero le daría su buen escarmiento a ese imbécil.
César quería esperar y ver que era lo que realmente pretendía Abel respecto a Daniel, por otro lado estaba su amado, no importaba que, a él no podía ocultarle nada.
Hace algunos años que se conocieron, fueron a la misma escuela, César repitió el último año de preparatoria, mientras que Damien estaba aún en secundaria, César tenía poco que acaba de llegar del extranjero, no tenía
amigos y como nadie sabía su verdadera identidad nadie quería o tenía ganas de hablarle, hasta que conoció a Damien, Damien se acercó a él por voluntad propia, comenzó a ponerlo al día, poco a poco comenzaron a hacerse amigos y hasta ahora eran buenos amigos inseparables, no podía defraudarlo, no a él.
César no estaba nada contento con ese primo suyo, tendría que darle una buena reprimenda por ayudar al enemigo, le advertiría que ese chico solo lo estaba utilizando para usar el poder de los Casablanca. Ese chiquillo no se iba a salir con la suya. Lo que más le disgustaba a César eran las mentiras y las trampas, aunque si se trataba de Damien, él no diría nada, solo vería o si él le pidiese ayuda, él se la daría.
Con mucho disgusto llamó a Rou.
-¡Te veo en 30 minutos en la cafetería de Walter! - Colgó furioso.
Rou por otro lado estaba mirando fijamente su teléfono celular con incredulidad. “¿Desde cuándo me habla así?” - Pero él no se tardo fue casi corriendo a donde su primo le acababa de decir.
Rou llego agitado, había corrido casi dos cuadras las cuales no eran tan pequeñas, miró mesa por mesa, su primo ya se encontraba sentado frente a una de ellas, esto le dio un poco de escalofrío.
-¿Qué sucede? ¿Pasa algo malo?
-¿Qué relación tienes con Aguirre?
-¿Ya te enteraste?
-¿Qué relación tienes con él? - repitió aun más fuerte, enojado y casi con la cara fruncida, casi igual a la de un perro rabioso.
A Rou le pareció algo divertido, creyó que su primo se estaba portando celoso. -La misma de siempre.
-¿Cuál es esa relación exactamente?
-¡No te pongas celoso! Él y yo siempre hemos sido buenos amigos, mi tipo es como tú, altos, con hombros anchos y muy varoniles, en cambio Abel es delgado y delicado, muy lindo, lo amo pero como si fuera un hermano, te aseguró que nadie lo ha tocado, tal vez esté esperando por ti.
-¡Cállate con tanta estupidez! ¿Qué quieres decir? - “¿Esperando por mi?”
- Desde la última vez que se pelearon, él no a dejado de preguntar por ti.
-No sé de que estás hablando.
-¿Abby no te dijo?
-¿Decirme qué?
-Si él no te dijo nada...
-¿Dijiste Abby? - el nombre de Abby le era bastante familiar, era el nombre de su primer amor, el cual no fue correspondido.
Cuando César se le confesó a Abby, él tontamente creía que él sentía lo mismo por él, así que se le confesó lleno de esperanzas, pero en cambio Abby le dijo lleno de pesar y de tristeza como si hubiera preferido no saber sobre lo que él (C) sentía. -Lo siento, No te quiero ,nunca te quise, no de esa manera, yo solo te veo como un hermano.
En ese entonces Abby solo tenía 12 años, mientras que César tenía 18, ambos habían estado juntos siempre, ambos se cuidaban como buenos hermanos, César abrazaba a Abby muy cariñosamente y él nunca se negaba, había veces en que ambos casi se besaron, todo esto le dio falsas esperanzas.
Al final César solo logró captar lo más desagradable que Abby le había dicho, “No te quiero, nunca te quise” Ese mismo día volvió a su país de origen donde días después conocería a Damien.
-¡ Ese tipo sabe jugar muy bien! Es un doble cara. - dijo César lleno de resentimiento.
-¡Ya lo sé, es muy divertido! - Rou rió como si se hubiera acordado de algo gracioso.
-¿Qué están haciendo exactamente ustedes dos? - algo no parecía cuadrarle a César, parecía que ambos estaban coludidos en algo, están tramando algo casi estaba seguro.
-Nada, solo seguimos con los juegos ocultos del verdadero juego, como le gusta llamarle Abel, doble juego.
-No voy a permitir que hagan trampa, yo seré quien de la ultima palabra, yo soy él mediador.
-Si, todo mundo sabe eso, ¿Por qué crees que Damien es tu amigo?
-¿Qué quieres decir? - casi sonó como un rugido.
-Mejor sigue con tu mundo de ensueño y vive feliz viviendo en la sombra de tu amor.
-¡Tú no sabes nada!
-Ni tú, por lo que parece Abel no te contó nada, si él no lo hizo yo menos. - Rou se levantó molesto y se fue sin mirar atrás.
César rechinó los dientes con ira, “¡Este bastardo!” Él también hizo lo mismo y se levantó furioso, dejó más dinero del necesario sobre la mesa y se fue.
Entró a su coche dando un fuerte portazo, aceleró, iba tan deprisa, no sabía que estaba haciendo, la ira y la humillación eran los que controlaban todo su cuerpo, su cara mostraba cuan disgustado estaba, las lagrimas salieron involuntariamente, no quería llorar pero le era imposible, por más que endurecía su rostro le era imposible que las lagrimas se derramaran, apretó muy fuerte el volante hasta que sus nudillos se hicieron blancos, mordió sus labios hasta que estos sangraron, César se sentía como una vil burla, una broma divertida para ese chiquillo, en ese entonces sintió que su mundo se acababa, que todo acababa, “No te quiero, nunca te quise” Volvieron a resonar en su cabeza una y otra vez, como si hubiera regresado en ese entonces cuando apenas tenía 18 años, ni siquiera sabía por que se había puesto así, a esa edad cuando alguien recibe un rechazo, solo búscate a alguien más, pero no él, él si amaba de verdad a Abby, no le importó la gran diferencia de edad.
Sin darse cuenta había llegado a a la casa de Damien, subconsientemente tal vez era la única persona que necesitaba, bajó del coche casi apresurándose, casi tropezó en algún momento, tocó el timbre tratando de relajarse, arregló su ropa, limpió su cara mojada, la criada lo recibió cortésmente y
lo dirigió a la sala donde se encontraban Damien y Daniel, por primera vez, ambos parecía armoniosos.
-Verlos convivir en armonía, es motivo de celebración.
-¡César! - Damien parecía feliz de verlo.
-¡Muchacho! Llegas en un momento muy oportuno, no tarda en llegar mi tío Darío.
-¿A qué se debe?
- Pronto lo sabrás.
-¡Me está trayendo un regalo! Solo falta poco para que comience la apuesta, así que es un
regalo muy oportuno. - Damien parecía más animado que otras veces.
César comenzaba a confundirse y a ponerse algo ansioso.
Poco después se escucho el timbre y con ello algunas voces escandalosas, llegó un hombre que parecía tener 60 año o más, con él había cinco mujeres, una de ellas parecía tener su misma edad, otra de ellas parecía tener casi 40 y las otras tres no más de 18 años.
-Damien, este es tu regalo. - dijo el tío, mientras acercaba a las tres mujeres mas jóvenes.
Damien sonrió complacido. - Gracias tío.
Con esto el mundo de César colapsó nuevamente.
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Comments
Eukarina Rodriguez
😳oooohhhh sorpresa 😮😲 Abel está clarito y no del agua del río 🙃
2024-01-17
1
Ary Sasi 💙u💙
Ah... (suspiró) 😔 q feo eso sí q es directo para el kokoro 💔 pobre de Cesar (Carlos) y este maldito Damien de ambicioso, q quieres a parte de tres mujeres q no ves q alguien te quiere
Ahí en más no q no Cesar, se te dio por la culata quien diría q su primo es y lo será el mejor amigo de Abel (Abby) jaja q drama me están dando me encanta 😍 🥰 😊💙u💙
2019-12-06
7