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Todo parecía color de rosa, Lisandro estaba en una hermosa relación, solo llevaban pocos días, pero ya estaba planeando junto con Daniel viajar al país extranjero para poder casarse y no podía faltar Rou que hasta hace muy poquito también había entrado en una relación, planeaba engañar a su príncipe llevándolo a unas supuestas vacaciones y en eso aprovecharían para firmar un acta de matrimonio.

Ambos se reían como un par de tortolos y Abel solo podía tragarse sus celos, él también quería estar así de feliz, estar en una hermosa relación, pero el otro chico no estaba dispuesto a ceder.

- ¡Ejem! - Abel se aclaró la garganta.

Lis y Rou miraron Abel.

- ¿Estás enfermo?- preguntó Lis preocupado.

Por otro lado Rou estaba divirtiéndose con la expresión de Abel. - ¿Qué te sucede? - se burló.

- Les pedí que vinieran por algo muy importante. - no cayó en la provocación de Rou.

- Si, ya. - pusó los ojos en blanco divertido.

- Miren esto. - Abel saco una pila de papeles y fotografías.

- ¿Qué es esto? - preguntó Lis confundido.

- Lis, no todo es como parece, siempre habrá cosas malas y buenas en el mundo, solo tómalo con calma y así podremos ayudar a Daniel.

Pero Rou no se lo tomaría con calma. - ¿Qué significa todo esto? - parecía muy molesto.

- Tienes que terminar con toda la información y después analizar. - Abel trató de tranquilizarlo.

Poco después los tres chicos quedaron en silencio, la información que tenían frente a ellos era realmente muy importante, tan importante que sus vidas corrían peligro.

- ¿Qué hacemos? - preguntó Lis preocupado.

- Lo primero que tenemos que hacer es localizar a Nora, es la más débil, será más fácil. - dijo Rou.

- O lo mejor será ir por el más fuerte, si vamos ahora por el más débil es como alertar al más fuerte para que se haga aún más fuerte. - dijo Abel resueltamente.

Rou se pasó las manos por el cabello. - Pero son parte de mi familia. - su voz era apenas audible, pero suficiente para ser escuchada.

- Todo es para proteger a Damien. - eso sonó como un susurro maldito.

- Está bien. - se resignó.

Esteban Casablanca, un hombre de negocios, principalmente el la industria petrolera, todo estaba bien hasta ahí, pero siempre había seguido los pasos de su padre Edgar Casablanca.

Edgar Casablanca es quien fundó la apuesta entre la familia Villalobo VS la familia Aguirre.

Todo comenzó hace más de ochenta años...

En ese tiempo había una bella joven que le gustaba disfrutar de la vida, paseaba de aquí para allá, se ponía vestidos que mostrarán sus tobillos y pecho, a su espalda la gente hablaba mal de ella, pero de frente querían ganarse su favor ya que era una Dama de la alta sociedad.

Un día la bella dama quedó perdidamente enamorada de un joven, ese joven era un Aguirre, ambos comenzaron un hermoso romance, el cual dió frutos, nació el pequeño Edwin Aguirre, la dama estaba muy feliz, compró todo lo que un bebé necesitará, incluso juguetes aunque el bebé aún no pudiera jugar, pero la dama y el joven Aguirre no se casaron, la dama aún quería su libertad.

Después la dama volvió a enamorarse de otro joven apuesto, ese joven era un Villalobo, ambos tuvieron un romance de ensueño, el cual terminó con un embarazo, la dama se pusó nuevamente muy feliz, compró todo de nuevo y le dió la noticia al pequeño Edwin, pronto nacería el pequeño Edward.

Ahora había un pequeño problema, la dama estaba muy enamorada de los dos y los dos aún trataban de conquistarla, la dama no sabía que hacer y se deprimió mucho.

Los hombres al ver esto no les quedó de otra e hicieron una tregua, compartir.

La dama podía quedarse con los dos y elegir los días que les daría a cada uno, con esto la dama se puso muy feliz, salía con sus novios y con sus hijos, todo le parecía perfecto, ella parecía la más feliz del mundo, hasta que algo cambio, de pronto la dama ya no sonreía, ya no quiso estar con sus hombres, ya no jugaba con sus hijos y se encerraba en su habitación a llorar todas las noches.

Todos estaban muy preocupados, no sabían que pasaba, pero un día todos miraron su abultado estómago, la dama estaba embarazada por tercera vez, pero está vez ella no parecía feliz, ni siquiera le compró algo a su futuro bebé, no sé cuidó en el embarazo, pronto un bebé hermoso de cabellera rubia y ojos azules nació, nadie sabía quién era el padre.

La dama solo le prestó atención a Edwin y a Edward, pero el pequeño rubio, ni siquiera se había molestado en darle un nombre.

El pequeño rubio creció con resentimiento, odiaba a sus dos hermanos mayores y ansiaba el amor de su madre, pero también deseaba saber quién era su padre.

Su deseo no tardó mucho en cumplirse, un día llegó un hombre rubio y ojos azules, justo como él, el hombre reclamaba por ver su hijo, la dama no quería salir, estaba aterrorizada, así que mandó al niño con una criada.

Padre e hijo se miraron, fue como amor a primera vista, el hombre reclamó por su hijo y la dama no se opuso, dejó que se lo llevará, con eso la dama volvió a ser la misma de antes, volvió con sus hombres y volvió a jugar con sus hijos que ya no eran tan pequeños.

Todo esto acumuló el odio del pequeño rubio, Edgar Casablanca, quién no se quedaría de brazos cruzados y con el tiempo, él tomaría su propia venganza.

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