Mientras tanto, dentro de la corteza, la pareja seguía en lo suyo, Shin se había acostumbrado al intruso en su cuerpo y había empezado a moverse levemente. Natku volvió a besarla mientras aumentaba la intensidad del vai ven; el amor de ambos se derramaba en el suelo y el árbol comenzó a tener vida, el aroma a lavanda se elevó, unas finas hileras de savia recorrían toda la corteza y grandes flores azules zafiro crecían con doradas uvas redondas en sus tallos. Su sueño de tener a la humana entre sus brazos ya era un hecho y ese momento era tan importante que eligió una guarida donde no había brote de naturaleza para que, con la esencia de la chica, pudiera nacer nueva flora como muestra de la consumación del cortejo. El joven abrazó a la chica y, de un último empujón, ambos llegaron al clímax. Sin fuerzas, Natku cayó de rodillas junto a ella, los dos respiraban muy agitados, las piernas de ella temblaban y su cabello estaba enmarañado.
Shindra: Natku...
Lo nombró antes de caer desmayada en sus brazos. Ahora podía dormir con tranquilidad, el cortejo había terminado. Las enredaderas se juntaron e hicieron una especie de hamaca, Natku la depositó allí y las hierbas cubrieron sus pechos y sus caderas. Se vistió y salió al exterior, caminó unos metros y volteó a ver el árbol donde había estado con la humana. Lucía hermoso con esas flores azules con pequeñas esferas doradas, hojas grandes de color jade y el tronco tenía líneas doradas de savia. Ese lugar iba a ser su escondite favorito cuando quisiera estar a solas con Shin. En el castillo, dentro del gran salón, Hank y los maestros estaban reunidos, pues ya tenían la ubicación exacta de donde se encontraba la pareja.
Hank: Nuestra tradición ha terminado, la chica ha elegido a Natku como el padre de su primer hijo.
Kinto: Que suerte tiene el verde...
Tayue: Ahora hay que traerlos de regreso.
Kai: ¿No esperamos un poco más?
Issei: ¿Que se sentirá tenerla debajo...?
Nawako: Viendo su cara sonrojada y con la mirada perdida de que la esté...
Hayate: ¡Cállense par de pervertidos y dejen de imaginarse esas cosas!
Shun: Tú también lo has pensado, Hayate.
Tamayo: Bueno, ¡andando! Vamos por ellos, sin importar lo que estén haciendo.
Por otra parte, el ojos verdes estaba sentado entre las raíces de su nueva creación, disfrutando del panorama de la selva húmeda y bochornosa, subió la mirada hacia la copa y admiró de nuevo esa flora que tenía el color de ojos de Shin. Momentos después, cada uno de los maestros aterrizaron a unos metros frente a él y observaron el enorme árbol.
Natku: ¿Les gusta? Shin me ayudó a crearlo.
Kinto: ¡¿Y cómo carajos...?!
Shun: No entremos en detalles, ¿dónde está ella?
Natku: Adentro del árbol.
Issei: ¡No! La utilizaste como abono...
Nawako: No seas tonto, hay árboles que son huecos dentro de sus cortezas, como si fueran refugios.
Kai: ¿Podemos verla?
Natku: Claro. Pasen, por favor.
Todos se adentraron a la escultural planta de más de treinta metros de alto, en un costado, al fondo, se hallaba un nido de lianas que sostenían a Shin desde sus muslos hasta su tronco.
Issei: ¿Qué tal estuvo?
Natku: B-bastante bien...
Hank: ¿Cuánto tiempo estará inconsciente?
Natku: Dos días.
Hank: De acuerdo, tómala y regresemos al castillo, debe dormir en tu cama.
Natku: Si, gran maestro.
El maestro planta se quitó su camisa para cubrirla y la cargó en sus brazos, todo el grupo salió del interior del árbol y se fueron volando de vuelta a casa, ya con una mujer realizada por Natku y próximamente madre de su hijo. Llegando al castillo se dispersaron, cada quien a su asunto. El chico planta voló hasta un balcón, de los niveles más altos y entró a la recámara. Había una amplia cama con sábanas blancas y grandes almohadas, a los costados unos burós negros que estaban adornados con enredaderas y flores moradas. La alcoba estaba equipada con una mesa central, sillas ornamentales, un roperos con ropa de cama y pijamas en su interior, otras con vestimenta para el verde y otra más con ropa femenina para Shin.
Natku acomodó a Shindra en su cama, la arropó y se recostó a un lado, contemplándola, deslizó sus dedos en las mejillas suaves de la joven, los besó y se quedó dormido junto a ella. Al día siguiente, los humanos bajaron a desayunar como todos los días, en un gran comedor donde los ayudantes desayunaban también, aunque ahora el lugar se encontraba desierto. Se les integraron los maestros del castillo, todos menos Natku, quien seguía en su dormitorio.
Kenta: ¿Shin ya regresó?
Hank: Si, ya es parte de nosotros.
Amei: ¿Bajará a comer?
Hank: Aún no, está inconsciente, despertará en dos días.
Fumiko: ¿Por qué tanto?
Mako: Creo que eso es por lógica, por lo que pasó ayer.
Nawako: Debo confesar que eres muy listo y observador; dime, ¿por qué dejaste a la chica?
Los humanos se extrañaron ante esa pregunta.
Karimen: ¿A qué te refieres?
Nawako: Soy un gran ilusionista y puedo leer el pasado de cualquiera, y él tuvo un acercamiento amoroso con Shin.
Mako: No te incumbe.
Kenta: Yo quiero saber, ya que Shin nunca me lo dijo…
Nawako: Resulta que esa chica se lo pidió y lo engañó para que lo hiciera.
El maestro ilusionista señaló a Tafy y todos la miraron con dudas y extrañeza.
Tafy: ¡Claro que no! El que miente es usted.
Hank: Nawako tiene la habilidad especial de leer el pasado, así que no puede estar mintiendo.
Mako entrecerró sus ojos y cruzó los brazos.
Mako: Te reto a que me digas lo que me contó Tafy.
Nawako: Bien. Ella te comentó que Shin se veía a escondidas con él…
Señaló a Kenta, quien abrió más los ojos.
Nawako: Y ella te dijo que eran amantes, incluso te mostró una evidencia, pero era falsa, gracias a esa otra humana.
Ahora apuntó hacia Karimen.
Karimen: ¡¿Estás loco?! Yo no haría eso.
Fumiko: Pero eres experta en photoshopear fotos, no me sorprende.
Mako: Entonces, es cierto...
Nawako: Perdona que te lo haya aclarado, pero ese asunto todavía te perturbaba muy en el fondo.
Kenta: Mako, yo solo soy un amigo de Shin, nunca tuvimos algo que ver…
Kinto: ¡Valla! Los humanos son traicioneros entre sí.
El ojos café claros bajó la mirada y desarmó sus brazos, recordando la mirada que había puesto Shin ese día, cuando rompieron su compromiso.
Tafy: M-mako... yo...
Mako: Te creí y terminé con Shin por traidora...
Se levantó enfadado de la mesa, había cometido un error con la castaña, esa foto era evidencia falsa y Tafy había armado un teatro perfecto para separarlo de ella. Caminó con firmeza hacia las puertas con los puños cerrados y su cabeza baja.
Amei: ¿A dónde vas?
Mako: Quiero ver a Shin...
Unas enredaderas detuvieron al joven y lo alejaron de la salida.
Natku: No irás.
Issei: Natku, ¡bienvenido!
Mako: Necesito verla para aclarar las cosas, ¡suéltame!
Natku: No. Ella está dormida, no despertará hasta dentro de un par de días; además, tuviste tu oportunidad de estar a su lado y la alejaste por tus dudas gracias a una humana insignificante y manipuladora. Aunque se lo expliques, Shin nos pertenece a nosotros.
Shun: Humano, ya tendrás tu oportunidad de hablar con Shin, pero ten en mente que lo de ustedes ya no tiene arreglo.
Kai: Bájalo, Natku.
Las plantas lo dejaron caer sobre el asiento que retiró de la mesa.
Nawako: Te aconsejo que platiques entre los tuyos, los dejaremos a solas.
Los maestros y Hank se retiraron del lugar, cerrando las puertas a su salida. En la atmósfera se respiraba un aire incómodo; Amei comía en silencio; Fumiko y Kenta se miran entre sí, preocupados por la reacción de Mako; Tafy y Karimen no tenían valor de articular palabra y el ojos café claros sólo guarda un silencio rencoroso.
Kenta: ¿Por qué lo hicieron?
Karimen: Mi hermana me pidió un favor y la ayudé.
Fumiko: ¿Sin preguntar para qué quería esa cochina foto? Si que eres lista...
La chica de mechones le frunció el ceño a la ojos negros.
Mako: ¿Por qué, Tafy?
Tafy: Porque ya no tenía tu atención, Mako. Todo giraba alrededor de Shin y a mí me apartaste de tu lado de un día a otro... Y sospeché que ella te había convencido de hacerlo...
Mako: Yo en verdad la quería y esa foto me destrozó... Terminé con ella sin darle ninguna explicación y fui muy directo al punto en esa plática. ¡Soy un imbécil!
Tafy: Mako... y-yo te amo.
Amei escupió su bebida ante tal confesión, jamás creyó que Tafy lo dijera frente a todos.
Mako: Ahora no me importan tus sentimientos, quiero hablar con Shin.
Eso entristeció a la cabellos ondulados, quien bajó la mirada. Por otra parte, Natku abrió su habitación, entró y cerró. Se acercó a su cama donde estaba durmiendo Shin, la observó detenidamente, acomodó ese cabello castaño que se habían infiltrado sobre su frente y la besó, un beso de piquito para no perder el sabor de esos labios medianamente gruesos.
Natku: Shin...
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Updated 72 Episodes
Comments
Jslf Akxj
Por estar jugando con Candela.
2021-07-24
1