A la mañana siguiente Shin se despertó de buen humor, había dormido bastante bien a pesar de todas las cosas que tuvo que pasar el día anterior. Volteó y no vio a Hayate, en el tapete yacen un cambio de ropa femenino, se lo puso y salió al exterior. A cinco metros estaba el cabellos plateados mirando el cielo, arriba las nubes expandidas se veían gris oscuro y unos relámpagos se transparentaban a lo lejos.
Hayate: Es hermoso, ¿no? Como los relámpagos danzan a lo lejos y te muestran lo increíble y fuerte que es la naturaleza.
Shindra: Me gusta más cuando llueve, suelo caminar bajo las tormentas.
Hayate: Creo que ya te tienes que ir, las tormentas aquí son de grado de huracán, así que no creo que te guste caminar bajo una.
Shindra: ¡Claro que no! No sobreviviría.
Hayate: Ten, toma esto, es para tu protección.
Le entrega una katana y un cuchillo de combate. Con eso podría defenderse de los próximos que la atacasen, ella los tomó y los guardó.
Hayate: Yo sé que podrás manejarlas a destreza algún día.
Shindra: Muchas gracias, Hayate.
Hayate: Cuídate. Nos volveremos a ver muy pronto.
Ella caminó hasta perderse entre los pinos. Después de caminar por unas horas, al fin llegó a un río con un puente de madera idéntico al que había visto anteriormente, sólo que está vez, la siguiente tierra a pisar era una selva tropical, llena de vegetación abrumadora. Se dirigió hacia allí y se abrió paso con la katana, cortando un poco de helechos y lianas colgantes; la humedad y gotas sobre las plantas podían olerse sin problema y lo más extraño es que no había ningún tipo de mosquito o insecto que solían aparecer en ese tipo de lugares.
Los árboles eran más altos y con hojas más grandes que los que había visto anteriormente, sus colores son llamativos y vivases, a comparación del bosque de pinos y hay más abundancia, piedras y vida que en el laberinto seco de las rocas. También se apreciaba mucho musgo en los troncos, tierra mojada, flores extravagantes y muchos tipos de césped y hierbas, - ¿estará por aquí Natku? – pensó y luego sacudió su cabeza - ¡¿por qué pienso en él en este momento?!, tal vez porque él es especialista en plantas. ¡Si! ¡Eso debe ser! - se convenció. Se adentró más entre los anchos y enormes árboles que ayudaban a dar sombra, luego notó la presencia de alguien que la vigila desde un punto elevado.
- Ahora sí estoy preparada para lo que venga - apretó la gran espada y buscó la procedencia de esa persona que la vigilaba. Un sonido en el aire alertó sus oídos y, en un giro de ciento ochenta grados con el arma protegiendo su pecho, logró evitar que una flecha tocara su cuerpo. Recogió la saeta y vio que estaba hecha de madera muy dura con la punta filuda de piedra volcánica, el emplumado era extraño, como de algodón en forma de pluma y olía a hoja quemada.
Shindra: ¿Por qué no te muestras? Maldito cazador.
Este adjetivo enfureció al arquero Shun, quien saltó desde donde estaba y empujó a Shin contra un tronco, apretando con su antebrazo su cuello, obligándola a soltar la katana.
Shun: ¡¿Cómo me llamaste, humana?!
Shindra: Maldito... cazador...
Ella pisó el pie del cabellos oxford y logró escapar con su espada, ahí comenzó la persecución y corrió detrás de la chica. Por otro lado, los amigos de Shin son escoltados por los aprendices hasta el gran salón, se sentaron en el suelo ante la gran neblina vigía que les mostraba en vivo lo que pasaba en el exterior. Se visualizó las profundidades de una selva llena de vida silvestre, de pronto, varias flechas son lanzadas hacia Shindra, quien continuó corriendo y logró esquivarlas todas. Ya tenía varios roces de las mismas y había sangrado un poco, dejando un rastro para que su cazador pudiera ubicarla fácilmente. Más adelante había un pequeño estanque donde se sumergió y volvió a salir, exprimiendo sus ropas y no dejar un camino de agua.
Hank: Eso fue muy inteligente, ese estanque tiene propiedades curativas y pudo evitar las hemorragias para poder perderlo.
Shin siguió corriendo sin utilizar su katana, ya que el corte de las plantas sería otro rastro para ubicarla. Ella saltó y tomó una liana con la que se balanceó para poder cruzar de un acantilado a otro, pero aterrizó mal y se raspó las rodillas. Adolorida caminó hacia atrás para ubicar al ojos oxford y una flecha logró atravesarle el hombro que la pegó a un árbol, los pasos de Shun se acercaban y, con todo el dolor que se debe de sentir, se desenterró el objeto punzante y lo guardó con ella mientras se escondía de su agresor y tomaba aire.
Shun: ¡Shin! ¿Dónde estás, humana? Sé que estás cansada y adolorida.
El chico caminó sigilosamente viendo por todos lados con una flecha preparada para lanzar.
Shun: Podemos acabar con esto, lo único que tienes que hacer es rendirte y entregarte. Es la única solución para que dejen de perseguirte y estés tranquila; es muy fácil.
Shin se encontraba recargada en un árbol mientras escuchaba al arquero, Natku le había dicho algo parecido, (cuando seas mía, muchos de tus problemas se acabarán, recuérdalo en todo momento) esas fueron las palabras textuales del ojos verde, tal vez tenía razón, ya no quería ser perseguida, vivir alerta en todo momento y sobrevivir como pudiese, tres veces fue tocada y hostigada, y sólo pudo escapar por los pelos. Apretó la flecha y se levantó, con su cabeza baja pensó en ir con Shun y terminar con todo esto, pero antes de salir de su escondite, unas enredaderas y lianas que salieron del tronco la atraparon y la succionaron hacia la corteza hasta desaparecerla. El ojos oxford se dio cuenta, pero ya no podía hacer nada, se había salvado del cazador. Hank cortó la transmisión.
Fumiko: ¿Qué pasó? ¿Dónde está Shin?
Hank: Al parecer Natku se la llevó.
Kenta: ¿A dónde? ¿No se puede visualizar en esa cosa?
Hank: No. Sólo se trasmite cuando sabemos dónde se encuentran, pero al ser absorbida por un árbol, difícilmente podemos localizarla, puede estar en cualquier parte.
Mako: Dijeron que entre ustedes no pueden intervenir los terrenos de cada quien, así que, ¿qué fue eso?
Hank: Shun es el mejor tirador de flecha que tenemos, es bueno para localizar a las presas, como Issei, pero los lugares oscuros son su especialidad; ellos dos, Tamayo, Nawako y Tayue son los únicos que pueden estar en cualquier terreno porque sus dones así se los permiten. En realidad, era la oportunidad de Natku de seguir a Shin, pero se adelantó Shun, así que, en un momento de descuido del arquero, Natku pudo atrapar a la chica, en pocas palabras, lo que hizo Natku, está permitido.
Tafy: Que tradiciones tan raras tienen, ¿tan fácil que es declarársele a Shin o que elija a uno por voluntad propia?
Karimen: En nuestro mundo, si les das regalos a las chicas, ellas te corresponden.
Hank: ¿Regalos?
Karimen: Si, como collares, flores, relojes, hasta algún anillo...
Hank: Aah... Mmmm... Eso es complicado, ¿no?
Kenta: No la escuches, es sólo lo que ella quisiera recibir, Shin es diferente.
Issei: ¿Y qué es lo que le gusta a Shin?
El albino se le pegó al ojos paja y lo miró un poco ansioso.
Hank: ¿Qué haces aquí, Issei?
Issei: Gran maestro, Natku tiene en su poder a la chica, ya no hay oportunidad de un segundo intento.
Hank: ¿Cómo llegaste a esa conclusión?
Issei: Cuando la mordí, noté que tenía una mordida anterior, la de Natku, y cómo es un maestro de las plantas...
Kenta: ¿Qué? ¿Eso qué tiene que ver?
Issei: Qué lo más seguro es que le haya inyectado algún paralizante o alucinógeno para que, cuando la vuelva a tener con él, pueda hacer uso de esas sustancias que se encuentran en su sangre.
Mako: Y tener la ventaja de manipularla.
Issei: Así es.
Hank: Tienes razón. Ese Natku, siempre con un as bajo la manga.
Kinto: Así que eso planeó el verde. Yo casi la tenía...
Hayate: Claro, hasta que te apuñaló en un descuido.
Kinto: ¡Cállate! Olvidé quitarme las cuchillas y cinceles del pantalón, ¡fue todo! No que tú, que la dejaste ir cuando ya estabas...
Kai: No digas esa palabra, Kinto, hay humanas aquí.
Hank: No sabremos cuál será el resultado de esto. Y a todo esto, ¿qué hacen aquí ustedes tres?
Kinto: Yo también vi la marca del verde en el cuello de la chica.
Hayate: Igual yo.
Kai: Yo sólo vine a descansar, no quiero pelear contra Shin.
De pronto apareció Tayue un poco cansado, había entrenado toda la mañana y pasaba para tomar algo de agua y descansar.
Tafy: ¿Y por qué tú no has ido a la persecución de Shin?
Tayue: Yo soy el primogénito de mi generación, está prohibido que alguien en mi posición quiera tener el primer hijo.
Fumiko: ¿Y quién más persigue a Shin?
Hank: Duke, manipulador del fuego.
Issei: Nawako, el ilusionista.
Kinto: Y Tamayo, maestro de los animales.
Amei: ¿Y tú qué haces, Tayue?
Tayue: Soy portador de todas las habilidades, aunque me gusta más pelear cuerpo a cuerpo.
Amei: Ahora entiendo por qué dicen que tú eres el más fuerte.
Hank: Por el momento hay que esperar el resultado de todo esto, hay una gran posibilidad de que el plan de Natku sea un éxito. Lleven a los humanos a su habitación.
En un lugar de la selva, dentro de una gran corteza color miel, se encuentra nuestra protagonista. Ella abrió sus ojos con dificultad y sobó su cabeza – auch… ¿dónde estoy? - se lamentó; el suelo donde estaba es de un pasto con pequeñas esporas suaves, no hay hojas, ni flores, ni frutos, era un árbol sin vida por fuera pero por dentro parecía un salón con iluminación entre el tronco y las lianas que colgaban desde arriba, como si fueran largos cabellos.
Shin se puso de pie y comenzó a caminar para buscar por donde salir. Encontró un orificio y metió su dedo para poder arrancar pedacitos de corteza, hacer un agujero grande y poder escapar. En el momento de partir un segundo pedazo, las lianas cobraron vida y jalaron a la chica hasta el extremo contrario, comenzaron a tomarla de las muñecas y estirarlas a los extremos superiores, tomaron sus tobillos y la obligaron a sentarse dejando un ángulo abierto, los tallos verdes se enroscaron en ambas piernas hasta llegar a sus caderas y… - pero ¡¿qué...?! - las puntas de las lianas se metieron entre sus piernas y comenzaron a rozar su parte íntima, ella intentó luchar por zafarse, pero una punzada en su cuello se presentó y empezó a perder fuerza, se mareó y su temperatura se elevó. Después de un rato, en lo que las lianas se divertían con ella, la humana bajó su mirada confundida, su mente no podía estar alerta ni podía pensar en cómo liberarse de esto, sólo se enfocaba en seguir sintiendo porque, aunque era sumamente incómodo que los lazos verdes estuvieran complaciéndola, sabían dónde tocar y como moverse, y a ella le gustaba. Natku ya estaba dentro del árbol, se acercó a la chica y se agachó a verla, ella ni siquiera escuchó los pasos del ojos verdes cuando él posó su mano en la mejilla sonrojada de Shindra y levantó su cabeza hacia él. La joven trató de disimular sus quejidos, pero no pudo, lo miró con aversión por haberla traído a ese lugar, él solo sonrió y analizó todo el cuerpo de su compañera.
Natku: Yo sé que te gusta, aunque trates de negarlo. Los humanos son una especie que le dan mucha importancia al placer y sus hembras son capaces de tener varias éxtasis en un solo encuentro.
Tomó la barbilla de la chica y besó sus labios húmedos, por la mejilla de la joven se desbordó una lágrima que aterrizó en el beso profundo que estaban teniendo. Natku se separó y relamió sus labios, saboreando esa gota intrusa.
Natku: Shin... permíteme ser el primero en tu vida íntima, déjame hacerte sentir realmente mujer, no te arrepentirás.
Shindra lo miró fijamente, Natku realmente era atractivo, alto y de piel clara, las lianas de sus piernas desaparecieron sin la autorización del joven, lo que quería decir que la humana le estaba dejando el camino libre para que prosiguiera con su cometido.
Shindra: Si esto hace que los demás dejen de perseguirme... estoy de acuerdo.
Esto emocionó al señor de la naturaleza y la besó con pasión, pasó sus dedos en el cabello oscuro de la chica mientras que, con la otra mano, posaba las caderas de ella arriba de sus piernas. El danzón de sus lenguas pronto comenzó a tener buen ritmo, las manos del joven acariciaban la frágil espalda de Shin, pasó a desabrochar la blusa de la chica y se deshizo de ella. Notó que no tenía ropa interior que la cubrieran y agradeció a Hayate por haber olvidado ese detalle. Movió sus labios hacia el cuello de su amada y lo recorrió con besos y leves mordidas.
Natku: ¿Estás lista?
Shindra: S-si...
Tenía miedo, sabía que le iba a doler porque esa 'cosa' era grande; Natku abrió su cremallera y se la sacó, elevó un poco los glúteos de la joven y se posó en su entrada.
Natku: Shin... mírame, por favor.
La chica lo obedeció, miró firmemente esos ojos verdes y brillantes que le transmitían confianza y protección; esos ojos azul zafiro le decían a él que tenía miedo y que nunca antes había estado con un hombre, pero que no estaba arrepentida de su decisión, la chica asintió, él entró despacio y la tomó completamente. El grito que dio la humana no sólo se escuchó dentro de la guarida de los amantes, sino que llegó a oídos de todos los involucrados en el cortejo. Fue escuchado por Issei quien estaba con su compadre Nawako contándole las buenas nuevas, que realmente no eran alentadoras.
Issei: Se ha consumado...
Por otro lado, Kinto luchaba con Duke para poder platicar, era una forma muy agresiva para entablar una conversación amistosa con alguien, pero para ellos dos se les daba muy bien.
Kinto: Espera, Duke. Al parecer el verde ya logró tener a la chica.
Duke: Mmm... es buen estratega.
Tamayo, Tayue y Shun estaban sentados sobre una roca plana platicando sobre la posibilidad de perder el ritual del cortejo cuando escuchan con claridad el grito de Shin.
Shun: Olvídenlo, ya perdimos.
Tayue: Entonces, ya sucedió...
Tamayo: Esperaremos nuestro turno, nadie se quedará fuera de esto...
Kai escuchó ese grito cuando se encontraba tomando un baño relajante dentro de un estanque cerca del bosque de pinos junto con Hayate, el tormentoso.
Kai: Espero que trate bien a Shin.
Hayate: Tranquilo, tal vez Natku sea algo maquiavélico en sus planes, pero nunca quebrantaría lo sagrado que es el cortejo.
Hank, que estaba con los humanos en el castillo, también escuchó el grito de Shindra, aunque los humanos no.
Kenta: ¿Qué pasa señor Hank?
Hank: Al parecer Shin ya se ha entregado a Natku.
Esa noticia no le agradó a Kenta, pero ya no había vuelta atrás, su mejor salida era dejar ir a la ojos zafiro y buscar nuevo rumbo.
Karimen: ¿Con el chico verde?
Hank: Así es.
Fumiko: Entonces ¿Shin vendrá pronto?
Hank: Claro, una vez que terminen, Natku la traerá de regreso y podrán verla.
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