Plan

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HADES

Capítulo 10: Plan

Zeus: —El Tártaro es, sin duda, nuestra mejor opción. Allí estará encerrado de manera indefinida. No podrá escapar. —Anunció Zeus, con un tono decidido, mientras se ajustaba la capa con un gesto de autoridad. —Voy a avisar a los cíclopes que no vinieron a la batalla para que traigan medicina y nos ayuden a trasladar el cuerpo de Crono lo antes posible. Hades, tú quédate aquí.

Hestia: —¿Hades? No lo he visto desde que mencionó el Tártaro. ¿A dónde se fue?

Zeus: —En fin, me marcho. Regreso enseguida. —Murmuró Zeus, con un ceño fruncido, mientras se alejaba con paso apresurado. —Maldita sea, ¿cómo se atreve a darme órdenes? No puedo permitir que todos sepan que él fue quien derrotó a Crono. Tengo que actuar rápidamente.

Hades, aunque Crono había sido finalmente derrotado, permanecía en un estado de alerta constante. Su mente estaba consumida por un solo pensamiento: sobrevivir y vengarse de todos aquellos que lo habían traicionado.

Hades: —Maldita sea, estoy gravemente herido. Las garras de Crono atravesaron mi hombro y la herida podría ser fatal. No tengo fuerzas para seguir así. Si Zeus descubre mi estado actual, podría matarme en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué voy a hacer ahora?

Hades estaba al borde de la muerte, con su herida sangrando profusamente. Su situación era crítica y no tenía un refugio seguro. La única opción que le quedaba era descender al mundo humano, donde podría encontrar un escondite temporal y esperar a que su herida sanara.

Con gran esfuerzo, Hades descendió al mundo humano, tambaleándose y agonizando por la herida. Al llegar, encontró una civilización humana y buscó desesperadamente un lugar para ocultarse. Finalmente, se desmayó en un callejón oscuro, su cuerpo colapsando en el suelo mientras su herida seguía sangrando.

La oscuridad lo envolvió nuevamente, y Hades cayó en un profundo inconsciente.

Mientras tanto, en el Olimpo, habían pasado varios días desde que Hades desapareció, y su paradero era desconocido. El rumor sobre la derrota de Crono se había esparcido por todo el mundo, y se hablaba de la posible repartición del trono entre los hijos de Crono.

Zeus: —Todo está saliendo tal como lo planeé. Pero Hades volverá. Si se revela que lo entregué a Crono, sería un gran problema. Tengo que evitarlo a toda costa. Los rumores sobre que rescaté a mis hermanos y que he formado un ejército se han difundido. Soy considerado el héroe y el más poderoso de todos mis hermanos. Tengo que mantener esa imagen.

En ese momento, los hermanos de Zeus entraron al recinto.

Poseidón: —Hola, Zeus. ¿Qué tal?

Zeus: —Poseidón, qué sorpresa. ¿Qué hacen por aquí?

Hestia: —Solo vinimos a ver cómo iban los preparativos para la repartición de la tierra y también para saber si tienes noticias sobre Hades.

Zeus: —La celebración está en marcha. Con la ayuda de los cíclopes, la mayor parte de los daños causados en la batalla contra Crono han sido restaurados. Pero en cuanto a Hades, no hemos tenido noticias. —Pensó para sí mismo— Maldita sea, Hestia será un problema. Está demasiado apegada a Hades.

Hestia: —Entiendo. Esperemos que esté bien.

Zeus: —Bueno, ¿qué van a hacer ahora? Necesito hablar con ustedes. ¿Pueden regalarme un poco de su tiempo?

Hestia: —Claro, pero hoy tenemos planes. Queremos disfrutar de la comida, pasear, cortarnos el pelo y hacer todas esas cosas simples que nos hemos olvidado de sentir.

Un silencio incómodo se instauró en la conversación mientras Zeus asimilaba la respuesta.

Zeus: —No se preocupen, está en su derecho. Hablaremos mañana. Arréglense bien porque en dos días será la repartición.

Hestia: —Está bien, gracias.

Hera: —Nos vemos luego. —Le guiñó un ojo a Zeus, sin que nadie lo notara.

Zeus: —Claro, nos vemos. —Le devolvió el guiño.

Los hermanos se despidieron de Zeus y comenzaron a pasear por el Olimpo y sus alrededores.

Hestia: —¿Creen que esté bien hacer esto sin Hades? Después de todo, él nos ayudó mucho cuando estábamos dentro de Crono. Si nos divertimos sin él, ¿no lo estaríamos traicionando?

Deméter: —¿De qué hablas? Ahora que estamos libres, podremos hacer esto cuando queramos. No podemos esperar eternamente por Hades. Si no aparece, no podemos quedarnos aquí esperando.

Hera: —Deméter tiene razón. Hemos esperado demasiado tiempo reprimidas. No podemos seguir esperando.

Mientras tanto, Zeus, ocupado en los preparativos para la repartición de las tierras, llamó a una hada comunicadora.

Zeus: —Escucha, encuentra a Hades y dale una invitación para la repartición de las tierras. Dile la fecha y el lugar. Encuéntralo antes de la repartición.

Hada: —Como ordene.

Zeus: —Si todo sale según lo planeado, podré deshacerme de Hades de una vez por todas. Ahora solo tengo que esperar.

Con su plan en marcha, Zeus salió del palacio y se colocó una capucha que le cubría la cara. Se dirigió hacia el mercado, donde la gente esperaba ansiosamente que los hermanos tomaran la corona. En medio de la multitud, Zeus entabló una conversación con un tendero.

Zeus: —No puedo esperar para la repartición de las tierras. ¿Qué piensa usted?

Tendero: —Sí, yo también estoy deseando que llegue el momento. Finalmente, el reinado tiránico de Crono ha terminado. Solo espero que sus hijos no sean como él.

Zeus: —No creo que sea el caso. Pero hay algo que me preocupa.

Tendero: —¿Qué le preocupa?

Zeus: —El otro hijo de Crono, Hades. No le diga esto a nadie, pero he escuchado rumores de que Hades se parece mucho a su padre. Incluso se dice que, en plena batalla, cuando Crono intentó devorarlo, Hades usó a su hermano Zeus como carnada para salvarse. Por suerte, Zeus no lo abandonó, y Hades logró salvarse. Eso es lo que probablemente lo mantiene escondido.

Tendero: —Eso es muy grave. No puedo creerlo. Ahora entiendo por qué nadie sabe dónde está. A pesar de mi edad, tengo una buena memoria y recuerdo haber visto a Hades matar a varios hombres con un cuchillo en las manos hace años. Él da mucho miedo.

Zeus: —No le diga a nadie sobre esto. Mantenga el secreto entre nosotros.

Tendero: —Por supuesto, esto queda entre nosotros.

Zeus había iniciado su plan, y como era de esperar, en menos de una noche, los rumores sobre Hades se extendieron por todo el Olimpo. Hades comenzó a ser visto como la oveja negra de la familia. La pregunta en el aire era: ¿qué le pasaría a Hades?

Continuará.

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