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Enseñame A Amar

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Capítulo 20: El Fin De La mentira

Fabricio

— ¡¿Cómo paso?! —Chillo Mariza— ¿Cómo pude?

Me encogí de Hombros, coloque mis brazos detrás de mi cabeza—Estuvo delicioso

— ¡¿Qué?! —Me observo enojada.

—Fui delicado, creo—Mencione.

— ¡Eres un bruto!, ¡me duele por todos lados!

—Ja, no es mi culpa que lo tenga grande—Solté con sarcasmo.

—Tu-tu ¡No eres gay! —Me señalo acusatoriamente— ¡e-eres un mentiroso!

—Mmm No, no lo soy—Dije con cierta diversión girando mi cabeza hacia ella —¿Quieres que te recuerde un poco lo que me dijiste anoche?

— ¡¿Qué dije? —Se llevó las manos a la cara

— ¡Quítate todo! ¡Eres mío Fabricio Montenegro! ¡Eres tan guapo! ¡Me encantaría ser tu mujer! ¡¿Qué se sentirá hacerlo con un millonario, me besaste , me tocaste por todos lados ,abusaste de mi—Solté con gracia

— ¡Cállate! ¡No sigas! —Chillo Mariza

Mire a Mariza y le señale el respaldar de la cama, había un condón usado colgado—La prueba de que sucedió

Ella abrió los ojos en grande— ¡Eres un estúpido! —Vocifero— ¡Lárgate de mi casa!

Me gire sobre ella y tome sus brazos quedando a horcajadas—¿No te gusto?

— ¡¿Qué?! ¡Lárgate! —Vocifero

Acerque mis labios a su oído—Tienes un serio problema con el alcohol, no es posible que no te acuerdes de lo que sucedió ni esta vez, ni hace ocho años

— ¿Cómo dices?

—Bariloche

—Tu-Tu eres ese chico

—Así es...—Pero esta vez no te dejare ir

— ¡Devuélveme mi calzón! —Exclamo

—Ja, no lo hare—Rei y este tampoco te lo dare—Lo levante como trofeo

— ¡Idiota!

— ¿Por qué nunca me llamaste? —Inquiri

—Por qué no me acorde de ti ¿si? ¿Cómo iba a llamar a alguien que vi solo una noche?, ¿Qué futuro podría tener una relación así? Yo necesitaba volver a casa a trabajar ,además ni sabía dónde vivías—Explico Mariza—No quería que mi primera vez fuera así—Comento con melancolía.

—Yo espere ese llamado y nunca llego—Comente observándola a los ojos—Me gustaste y me sigues gustando—Apoye mi cabeza sobre su cuello—Me gustas Mariza, y sé que yo también te gusto, por la forma en la que me hablaste, por como recorriste mi piel, permíteme entrar en tu corazón...déjame limpiar ese desastre que ha sucedido en tu vida, déjame borrar ese dolor esa tormenta que amenaza tus recuerdos, déjame ser el arcoíris que sale luego de la tormenta, con mi amor puedo reconstruir todas tus partes rotas.

Mariza se me quedo viendo a los ojos —Yo, yo no se

Estampe mis labios callándola, la gire sobre la cama—No hables, no digas nada—Recorrí con mis labios su cuerpo

—Fabricio susurro

Deslizo su manos atraves de mi pecho—Tócame, muérdeme, chupa, deja tus marcas en mi cuerpo—Ordene— ¿No querías que fuera tuyo? —Dije con cierta gracia

La gire en la cama sentándola a horcajadas sobre mí, observe su cuerpo el cual deje lleno de chupones distribuidos por todas partes

La atraje hacia mi, jale levemente su cabello hacia atrás y estampe mis lavios en su cuello, dejando besos húmedos, chupando, succionando—Me vuelves loco— susurre

Deslice mis manos por toda su espalda, sintiendo su suavidad—Tu cuerpo...es una delicia

—Fabricio para...no es correcto

—No puedo—Estampe mis labios con los suyos, metiendo mi lengua, jugando con la de ella—Quiero volverte loca—Susurre

Deslice mis manos por todo su cuerpo—Esta vez quiero que recuerdes...

De una sola estocada la hice mía de nuevo, ella gimió y en ese mismo instante le tape la boca con mis labios...

Mariza descansaba sobre mi pecho, deslizaba mis dedos por su cabello— ¿Te gusto? —Inquirí.

—Si—Respondió—Pero esto está mal eres mi jefe.

— ¿Y? —Respondí

— ¿Cómo y? lo que dirá la gente, tus empleados, tu familia, que horror.

—Yo sé lo que hago, no te preocupes por nada, no eres un juguete para mí, te lo aclaro

—Me das miedo—Susurro mariza —enterrando su cara en mi pecho

— ¿Miedo a que? —Inquirí.

—A que me botes, a que te vayas, a verte con otra—Soltó Mariza preocupada.

—Eso no sucederá—Conteste

Mariza se levantó envolviéndose en las sabanas y camino hacia el baño—Vístete, abril despertara en cualquier momento—Ordeno Mariza

— ¿Qué sucede? —Me senté en la cama— ¿Estas bien?

—Si—Entro al baño.

— ¿Quién entiende a las mujeres? —Me recosté un rato más, el sol entraba por la ventana

Luego de un rato, oia la regadera de Mariza se estaba duchando,me vestí y me quede sentado a un costado de la cama, mire mi celular le quite el modo avión y entraron más de veinte llamadas perdidas de Priscila—Rode los ojos—Tengo que solucionar esto.

Marque a Florencia y al tercer repique contesto—Hola ¿Cómo están los niños? —Inquirí

—Bien aún duermen, se desvelaron jugando—Menciono Florencia

—No les durara nada esa consola—Reí—Me alegro, escucha dile a Doris que me prepare un buen desayuno, voy para allá en un rato.

—Okey—Corto la llamada

Me puse de pie y camine hacia el baño, golpee la puerta—Mariza

Ella salió en bata con una toalla en la cabeza— ¿Si? —Me pasó por la par mía y comenzó a recoger la ropa

— ¿Por qué me evitas? ¿Te arrepientes verdad?—Le tome el brazo girándola hacia mi

—No lo sé—Bajo la mirada—Quizás si—Me miro a los ojos con sus ojos verdes.

Me pase la mano por el cabello— ¿Qué?

—Quiero estar sola ahora, por favor

—Pero Mariza

—Por favor, Fabricio—Espeto Mariza mirándome fijamente