Fabricio
Hace 8 años
Estaba festejando mi viaje de egresados, por fin terminaba la secundaria , completaba una etapa para ingresar a otra muchos más dura, quería festejar a lo grande, alcohol, fiesta por varios días y sobre todo chicas hermosas, necesitaba hacer un tour por todo Bariloche recorrer todos los boliches habidos y por haber
— ¡Vamos Hermano! es hora de que la pierdas, debes anotar un gol en algún momento—Comento Damián—Recostado sobre mi cama en la Habitación del hotel esperando que saliera de bañarme para salir a bailar— ¿No serás marica no? estoy fuera de tu alcance te lo advierto por las dudas
— ¡Que no soy Marica hombre! —Chille—No entiendes, ella tiene va a ser la numero uno en mi vida y tiene que ser la más linda que haya visto, tiene que ser perfecta ¿comprendes?, un rostro de ángel y un cuerpo de infarto, que me seduzca con una voz angelical y me queme en el mismo infierno bajo las sabanas de mi cuarto, no puede ser cualquier chirusa, la que me deguste tendrá el placer de ser la primera que haya poseído este cuerpo
Damián soltó una carcajada—Que tipo más raro.
—Apuesto que ni te acuerdas de la primera—Comente observándolo con curiosidad
—No la verdad no fue hace tanto ni el nombre recuerdo—Confeso
—Yo quiero recordarlo todo—Comente—Cada parte de su ser.
Me coloque perfume, me termine de prender la camisa me peine, gire en mi eje —¡Wala! ya estoy.—Comente — ¡Vamos en busca de mi reina! —Grite entusiasmado.
— ¡Por fin!
Cuando llegamos al boliche no paraba de buscar a la más linda, algunas se me acercaron pero las corría
— ¡Hombre así ninguna va a querer bailar contigo! —Damián se fue a bailar con una morocha de cabello ondulado—Me hizo una seña y me guiño el ojo—Está muerta conmigo—Leí de sus labios.
— ¡No son de mi tipo! ¡No me interesan!
Comencé a pasar por la ronda, una colorada con un lindo cuerpo y ojos verdes me agarro del brazo, comenzamos a bailar, intercambiamos palabras, reímos
Vi de casualidad a una chica con una cerveza en la mano estaba hablando con un chico él le decía cosas al oído, ella reía
—Discúlpame —Comente a la colorada, pase por la par de ella
Llame a mis seguridad—Sáquenla afuera—Ordene—Al tipejo ese denle una tunda nada grave no se pasen leve...
Camine hacia la salida con mis manos en los bolsillos, me pare al lado de ella viendo como chillaba contra mis seguridad—Una sonrisa torcida se formó en mis labios—Je.
Ella estaba parada esperando un taxi con un vaso de cerveza en la mano.
—Vaya a ti te sacaron también... que pena...a mí también son unos hijos de puta
— ¡Sí! ¡Están locos! ¡No hice nada! —Chillo.
Menee la cabeza —Son unos abusivos ¿no?
—Totalmente—Expreso la rubia.
Asentí—¿Linda noche no crees?
—Si pero ya me voy a casa, me arruinaron la noche.
Mire mi reloj—Es temprano aun te queda tiempo cenicienta—Me burle—No perderás el zapato.
Ella sonrió—No enserio, me voy no hay nadie cerca, adiós—Paro un taxi con la mano y subió adentro
Ingrese con ella
— ¿qué haces? —Abrió los ojos sorprendida.
—Al mejor boliche llévenos te pago el doble—Le comente al taxista.
—Como no jefe—Comento el taxista.
— ¿Qué? ¿Qué haces? ¿Estás loco? Te dije que
—Shh... la noche es larga como para estar en el cuarto holgazaneando ¿Qué estas tomando?
—Una cerveza
Le quite el vaso y le di un trago—Para calentar motores no está mal.
— ¿Rubia cómo te llamas? —inquirí.
—Mariza ¿y tú rubio? —Inquirió Mariza
—Fabricio...
Cuando llegamos a la puerta del boliche ella se detuvo
— ¿Qué sucede? ¿Nunca has hecho locuras? —Inquirí con picardía—¿Acaso tengo cara de mal tipo?
—La verdad no
Le di un trago a su cerveza—Me estaba empezando a generar un efecto extraño pero no le di importancia
Estire mi mano—Regálame esta noche, divirtámonos, luego pedimos otro taxi y te llevo a casa ¿qué dices?—Soy muy buen bailarín —Levante mis cejas incitándola—Luego moví mis caderas—Vamos acompáñame
Ella soltó una carcajada—Okey pero un rato. —Termino la cerveza y arrojo el vaso al suelo.
—Perfecto. —Tome su mano y corrí con ella hacia la puerta.
Pague e ingresamos dentro.
Comenzamos a bailar —Hoy estas bellísima —Susurre a su oído.
— ¡Gracias!
— ¡¿De dónde eres?! —Inquirí
—Buenos Aires ¿y tú? —Pregunto Mariza
— ¡También! ¡¿Vienes de viaje con tu promoción?! —Inquirí.
— ¡Sí! ¡Aunque somos muy pocos! ¡Nos somos de dinero! ¡Trabaje mucho para estar aquí! ¡¿Y tú?! —Inquirió
—También
Mariza se agarró la cabeza— ¿Qué tienes? —Pregunte.
— ¡Nada solo un mareo, el alcohol me hace mal!
— ¡Ere muy blanda! —La tome de la mano y fuimos a la barra por mas alcohol.
— ¿De dónde saliste? —Pregunte observándola a los ojos
— ¿Cómo? —Mariza frunció el ceño desconcertada
— ¿De dónde saliste? Siento que tengo a mi lado a una diosa.
Mariza sonrió y desvió la mirada— ¿Ah sí? —Sonrió
—La más hermosa de todas las diosas—La adule.
Tome un trago de cerveza y le di el vaso a Mariza—Quiero volver a verte luego de esta noche, quiero verte la que sigue, y la que sigue, y la que sigue y así.
—No lo se lo tendría que pensar...—Se giró mirando hacia otra parte
Menee la cabeza y sonreí—Tengo toda la noche para convencerte.
—Esfuérzate y lo conseguirás...
Una sonrisa se postro en mis labios— ¿Me estas retando?
—Algo así. —Me dio el vaso.
Tome un trago —Sabes dicen que cuando tomas del mismo vaso con otra persona tienes el don de conocer todos sus secretos.
— ¿Ah sí? ¿Y cuáles son los míos? —Inquirió Mariza.
—Que estas muerta conmigo—La mire con picardía.
Ella soltó una carcajada—Si claro.
Me maree un poquito era raro, dos cervezas nunca me habían dejado así...
— ¡Me parece que estas borrachito!—Comento Mariza—La verdad que me alegraste la noche—Dijo soltando una risita—Eres tan lindo—Tomo mi mentón—Quisiera...besarte si si Besarte—Soltó una risita y luego me soltó— Pereces todo un príncipe, como de los cuentos—Se tambaleo— ¿Puedo ser tu princesa? —Soltó una risita.
La perdí esta out—No, tu eres mi reina—Acerque mi cabeza apoyándola sobre su frente ¿Quieres ser mi reina esta noche?
— ¡Me encantaría Príncipe! —Vocifero—Quiero estar a su lado—Me tomo la camisa—No te vayas...
—Bueno yo quisiera lo mismo, no te vayas, que permanezcas conmigo— ¡Escucha esa canción! —Grite — ¡Vamos a bailar!
— ¡Sí! —Soltó una carcajada porque había volcado el vaso
— ¿Pedimos otra? ¡Príncipe quiero otra! ¡Otra! ¡Otra más! ¡Otra más y no se jode más!
—Ahora vamos por más, baila conmigo ahora—Sugerí.
Sonaba una canción del Potro Rodrigo.
Tome sus manos y comenzamos a bailar, sentía que me daba vuelta todo, me sentía alegre, muy alegre, eufórico.
La sonrisa de Mariza, era mágica, era como si tuviera al lado mío a un ángel, me daba paz, me sentía bien además su belleza era sublime.
—Nunca dejes de sonreír, ¡eres magia!
— ¡Tú tampoco!
La letra de la canción decía en ese momento...
El amor sobre toda diferencia social, dentro del calendario cada día se va. A pesar de las dudas y del "que dirán", el amor puede más. El amor sobre toda diferencia social, dentro del calendario cada día se va. A pesar de las dudas y del "que dirán", el amor puede más, puede más
Estampe mis labios contra los de Mariza mientras bailábamos, en un beso el cual ella no se negó a corresponder.
Más tarde a la madrugada llegamos al Hotel tambaleándonos, riendo a carcajadas
Abrí la puerta de mi cuarto, con dificultad ya que no podía meter las llaves dentro de la cerradura, haciendo que mariza suelte carcajadas a voz muy fuerte.
Ingresamos adentro, cerré la puerta
Tome a mariza de la cintura—Quiero estar contigo esta noche.
Ella sonrió caminando con dificultad—No lo sé nunca lo he hecho
—Prometo ser delicado, no te dolerá...
Le di un empujoncito haciendo que cayera sobre la cama
Me quite la camisa—También es mi primera vez—Confesé apoyando mis brazos a los costados de ella, haciendo contacto visual con sus ojos verdes.
Ella deslizo sus brazos por mi espalda, luego ataco mi cuello con sus labios
—Mariza prométeme una cosa—Susurre a su oído
— ¿Qué? —Dijo con la voz agitada al sentir mis labios sobre su cuello.
—Por favor no te vayas a dormir—Susurre.
—Tratare—Rio
Comencé a desvestirla—Quiero contemplarte en toda tu naturaleza—Trague grueso—Quiero que no te olvides que esta noche fuiste mía.
Junte mis manos con las de ella y estampe mis labios con los suyos—Eres hermosa Mariza.
—Tú también lo eres...
Al día siguiente me levante temprano, mi celular sonaba constantemente, Mariza dormía a la par mía, me puse de pie y tome el celular, camine por el cuarto
— ¿Qué quieres? —Conteste de mala gana la llamada.
—Escucha Hermano es grave ¡tienes que volver! —Dijo Florencia aterrada
— ¡¿Qué sucede?! —Abrí los ojos sorprendido.
— ¡Es mama! Le detectaron cáncer, está encerrada en el baño, no me responde ¡Que hago! —Oí sus sollozos.
—Llama al servicio y que tiren la puerta a bajo si es necesario, salgo ya mismo para allá.
Corte la llamada y fui por mi ropa, me sentía algo raro para mí que el vaso que traía primero Mariza tenia drogas, seguro ese imbécil quería drogarla.
Camine hacia la cama y observe a Mariza dormía placenteramente, vi sangre en las sabanas
Llame al servicio—Quiero un ramo grande de rosas rojas y una caja de bombones, un desayuno completo para cuando despierte la chica que está en mi cuarto.
Tome una hoja y escribí una nota.
"Me salió una urgencia, perdóname por dejarte así, te dejo mi numero ¡Llámame por favor! La pase estupendo, quiero que nos veamos de nuevo.
Fabricio"
Tome su bragas que estaban tiradas en el suelo—Ja, las llevo de recuerdo, hermosa—La metí en mi valija.
Le di un beso en la mejilla y camine hacia la salida.
Nunca me llamaste, nunca más supe de ti, hasta este momento, tuve mis dudas cuando te vi en el centro comercial, pero luego las dudas las esfume a medida que te fui observando.
Y el tiempo pego en ti con una barita mágica, estas mucho más atractiva que antes, esta vez no vas a desaparecer de eso me encargare muy bien.
—Puedes convertirte en millonaria de la noche a la mañana—La observe a los ojos. — ¿Que dices? ¿Aceptas? —Sonreí—Estas oportunidades quizás pasan una sola vez en la vida.
— ¿Usted que se piensa que soy? ¿Una cualquiera? Con la que seguro debe tratar seguido ¡yo no soy una prostituta! ¡No me vendo! ¡Mi dignidad no tiene precio!
Me tiro la joya en la mesa—Métasela en el culo—Espeto. —es una porquería una basura de la peor calaña, creí que era diferente pero resultaste ser una basura. , ¿Por qué jugas conmigo de esta forma? ¿Te divierte la necesidad de las personas? Claro como tú lo tienes todo, te importa una mierda las demás personas —Entre lágrimas me grito — ¡vallase a la mierda!
—Mariza, escúcheme yo...
Me arrojo la copa de vino en la cara, los empleados que estaban abajo quedaron con la boca abierta, tomo el mantel y salió corriendo arrojando todo lo que había en la mesa al suelo, florero platos, copas, vasos botellas, cubiertos, todo cayó al suelo, haciéndose añicos y yo me lleve la mirada de todos los clientes y los empleados.
Me limpie la cara y sonreí—Es la indicada.
Salí tras ella, pero no logre alcanzarla, mariza subió a un taxi y arranco.
Marcelo me siguió hasta la puerta,
—es de confianza por lo que se ve—Comento Marcelo
—Sí, se me fue la mano, pero tenía que saber si era del todo confiable Marcelo, como viste no hay precio que compre la lealtad de esa mujer y eso no pasa muy seguido.
La vez pasada no supo que era rico, creí que ahora al saber más de mí accedería a pasar una noche pero lo rechazo...que interesante.
—No me responde el celular —Comente
—Llama a Macario, dile que prepare el auto, yo voy al despacho a ver su currículo para encontrar su dirección. —Ordene.
—Muy bien ya mismo le aviso. —Expreso Marcelo.
—Yo verificare que todo funcione correctamente y sobre todo no le quitare los ojos de encima al crupier—Dijo Marcelo con determinación.
—Perfecto te encargo todo.
—Si confía en mi te deseo suerte—Comento Marcelo
— ¡Vamos Macario!, Calle Caídos de Malvinas 1995 ¿Conoce la calle?
—Si señor no está muy lejos.
—Bueno dese prisa, vamos, vamos.
—Señor que discusión tuvo con su novia, es una fiera salvaje cuando se enoja.
—Se ríe—no es mi novia es mi asistente, dios me salve si fuera mi novia.
—Es brava, lo va a tener cortito —Se ríe
—Bueno aquí llegamos
La casa era de dos pisos, muy linda, tenía rejas altas y un jardincito adelante, muy acogedora se veía.
Toque la puerta pero no me atendían, me quede más o menos 30 minutos en la entrada.
Le llamaba por teléfono pero, no había caso estaba apagado.
Me sentía muy mal, la había ofendido y ni siquiera pude tener la oportunidad de explicarle, porque lo hice.
—Vamos Macario, no va a salir hoy, volveremos mañana, pasado, o el día que sea.
No solo porque quiero que trabaje conmigo, si no que debo conquistarla, esta mujer debe ser mía, mi fiera salvaje.
Mariza
—Hermana por que llegaste tan temprano, habías avisado que regresabas más tarde—Comento Abril con un cierto tono de preocupación
— ¡Ya no voy a trabajar en el casino! —Me largue a llorar
—Ven acércate —Abril me toco el rostro
— ¿Por qué lloras hermana? —Inquirió Abril.
—Mi jefe me hizo una propuesta asquerosa a cambio de una fortuna—Confesé.
—No llores hermanita, vas a encontrar algo seguro, no te desesperes.
—Me había ilusionado con ese empleo.
— ¡Es un maldito!, como te va a proponer algo como eso —Gruño Abril.
—Es un asqueroso.
—Estaba muy feliz por el trabajo, más que nada por ti para darte un futuro mejor.
—No llores por favor, me vas a hacer llorar también.
—Solo estoy desilusionada hermana, ya se me va a pasar.
— ¿Ya cenaste? —Inquirí
—Si Ethel vino y me hizo de cenar.
— ¡Qué bueno!
— ¿Y tú cenaste?
—No, pero no tengo apetito.
—Creo que me voy a tomar un té, así se me pasa esta furia que tengo acumulada.
—Ven te acompaño a tu cuarto, yo me voy a dar una ducha
Suena el timbre me fije por la ventana y era Fabricio.
— ¡Ahora me va a oír ese maldito! —Vocifere
— ¡No hermana no salgas!, déjalo ahí en la puerta, vaya a saber que quiere.
—Vamos arriba —Sugirió Abril.
—Está bien, vamos a descansar.
Fabricio
Al día siguiente temprano por la mañana fui de vuelta a su domicilio, solo se asomó por la ventana de arriba me saco el dedo e hizo una mirada horrible, no salió nunca.
Pensé que me iba a fulminar un rayo en cualquier momento al recibir semejante mirada.
Esta mujer sí que es difícil.
Me reía por dentro, jamás le había rogado así a nadie, menos a una empleada, debes se agradecida te estoy dando un traro digamos... preferencial.
Me hizo hacer lo que nunca hice por ninguna.
La espiamos con Macario hasta que saliera por el mandado... cual secuestradores esperando su objetivo
—Señor esto sí que esta bueno ¡Esto esta interesantísimo! —Comento Macario.
—Ni lo digas, no puedo dejarla ir, por nada del mundo.
La vimos salir con una bolsa de mandado, cerrar la reja con llave y caminar
— ¡Ahí salió señor! ¡Corra, no la deje ir! —Exclamo Macario.
Se dio un susto porque aparecí de repente tomando su brazo
— ¡Mariza! , ¡Mariza! no te vayas ¡escúchame!
Se volvió para atrás queriendo meter las llaves en la reja en un momento se le caen las llaves de los nervios y las tomo a la fuerza.
— Que manitos de manteca—Solté sarcásticamente
— ¡Devuélveme las llaves infeliz! —Me da un golpe en el pecho y una cachetada en la cara.
—¡Espera, me vas a dar una paliza! —Vocifere.
— ¡Te la mereces! —Chillo Mariza—Puerco asqueroso.
— ¡Te las devolveré pero solo escúchame! —Exclame
— ¡Qué quieres enfermo!
—No es verdad, lo que te dije, no me diste tiempo ni a reaccionar, te convertiste en una fiera con Marcelo, teníamos dudas, si confiar o no en ti, por eso te probamos, te pusimos esta prueba para ver si eras digna de confianza.
Y la verdad me sorprendiste, veo que tu lealtad no tiene precio alguno, sobre todo, no puedo dejar ir a alguien que estoy empezando a considerar como una amiga, por eso me tome la molestia de venir varias veces para aclarar todo, te quiero en mi equipo, junto a mi
Jamás le haría enserio una propuesta como esa a una mujer, va en contra de mis principios.
Saque del saco un sobre.
—Ten este el dinero que me habías pedido, siempre cumplo las promesas, Marcelo se olvidó de dártelo
— ¡No lo quiero! —Se me vuelta la cara
— ¡Vamos! sé que lo necesitas, tu misma me lo dijiste—Insistí.
—Te necesito en el casino, con toda sinceridad te lo digo, como empleada y como una buena amiga ¿Crees que podemos ser amigos? —Estreche mi mano. —Por favor
— ¡Está bien! ¡Pero no me haga más esto! —Espeto— Me hizo poner muy nerviosa
Levante la mano —Prometo jamás de los jamases hacerlo de nuevo.
Ambos nos reímos.
—Sobre todo porque tienes una mano muy dura, me duele la cara, por tu culpa creo que voy a tener que sacar turno con el dentista.
—Perdón—Se encogió de hombros—Te lo merecías.
—A partir de hoy empecemos de cero—Estrechamos la mano
—Como un equipo—Expreso Mariza con una sonrisa.
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LUZ AMPARO SALINAS ANGULO
ahora tiene que andar con pies de plomo
2024-02-19
2
Car Klove
Ah, pero que pelotudo! ahora vas a tener que remar en dulce de leche, por salame
2023-10-03
1
Car Klove
Alto pedo!!!! 🤣🤣🤣🤣🤣
2023-10-03
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