Capítulo 15: Conociendo más del otro

Mariza

Al día siguiente por la mañana, Fabricio nos enseñó a montar, a mí me dio una yegua de color blanco llamada Estrella y él un caballo oscuro llamado Tornado como el del zorro eran hermosos

—Bueno Abril te vamos a ayudar a subir tu solo sujétate fuerte de mi ¿Ok?

—Tengo miedo—Comento Abril

—Confía en mí—Exprese.

—Ayudala a poner un pie en el estribo mariza—Ordene.

—Si Fabricio.

—Ahora dame tu mano, a la cuenta de tres subes, tú la ayudas si no puede Mariza.

—Si —Respondio Abril.

—Bien a la una, a las dos, y a las tres, sube—Ordene.

—¡Eso! viste que si se podía—Me burle.

Abril estaba con miedo, subió con Fabricio la llevaba adelante, Fabricio la sostenía de la cintura.

Por alguna razón no me gusto que la tuviera tan cerca.

Abril Estaba fascinada de haberse subido a un caballo.

Cuando, salimos cabalgando pego un grito, y luego se empezó a reír—¡Es increíble!

Paseamos por el pueblito, había mucha gente trabajadora de la tierra, campesinos. Era un pueblito chico había una pequeña escuelita para los hijos de los trabajadores, una parroquia, y una pequeña plaza, se sentía muy tranquilo, además la gente muy atenta nos preguntaban si necesitábamos algo.

—¿Te gusta abril?, debes sentir que estas volando no—Comentó Fabricio.

—Si se siente eso,es como si flotara.

—¡Que bien!—Comentó Fabricio.

—Saben las voy a llevar al ombú gigante, está cerca—Mencionó Fabricio con cierta Fascinación.

— ¿Adónde?— Pregunté curiosa.

—Nadie sabe qué edad tiene,es un árbol al que los visitantes y residentes cuelgan una cinta de color azul, dicen que es mágico y que cumple los deseos de las personas. —Por eso aquí traigo 3 cintas no podía con la mía yo quiero mi deseo.

—Ja que tonto—Rei.

—¿Es grande?—Preguntó abril

—Es gigante, no tienes idea.—Mencionó Fabricio.

—Que fascinante debe se verlo—Comento Abril.

—Bien aquí estamos,imponente ¿No?

Baje primera, ayude a bajar a abril.

Atamos los animales y disfrutamos la maravilla de la naturaleza.

Yo Estaba sorprendida.

—No tienes idea abril , el tamaño de este árbol— Menciona asombrada.

—Cuando era chico solía trepar, no me pidas que lo haga ahora porque me muero de miedo.

—Que cobarde ¿eres más valiente de niño?—Me mofe.

—Ya estoy viejo—Se encogió de hombros.

—Si claro,viejo

—Bueno a lo que vinimos —indicó Fabricio—Tomen una cinta cada una—Ordeno.

—Ayudemos a Abril a atarla en las ramas bajas —Sugirió — pide el deseo y suéltala—Ordenó.

—¡Muy bien! ¡Listo! ¡Que genial—Vociferó Abril.

—Ahora voy yo —Dijo Fabricio.

—Deseo dos deseos...

—Tonto dale— dije riendo

—Bien ahora a ti Mariza.

—Bien ahí voy.

Deseo que algún día te fijes en mí, aunque es imposible, no soy nada a lo que es el soy una tonta soñadora.

—Listo.

—¿Que pediste Fabricio?—Pregunte curiosa.

—Que seas más amable y no tan sangrona

Le di un golpe leve en el brazo —¡oh que malo que es!

—Pues yo pedí que tengas más cuidado, eres un peligro cuando haces las compras.

Se ríe.

—Si y sabes que le agradecí por que no trajeras a tu perro si no ya se hubiera apareado con mi pierna.

—Que malvado que es con el pobre Max — Entorno la vista.

—¡Parecen niños!—Chillo abril riéndose.

—Es algo normal en nosotros, no te preocupes, así estamos siempre le molesta que le cantó sus verdades—Espeto Fabricio.

—Bueno ¿vamos?, deben estar preocupados por nosotros en la casa

Rodé los ojos y lo seguí de atrás.

Subimos al caballo y nos fuimos del lugar.

Regresamos a la casa, se podía sentir el aroma de la parrillada que había preparado Macario ,ese olor habría por completo nuestro apetito, habíamos salido temprano y ahora estábamos ansiosos por ver salir la carne del asador. Ni hablar de las ensaladas que habían preparado Florencia y la cocinera.

La mesa se veía espléndida.

—Te aseguro que nadie asa la carne como Macario—Comentó Fabricio.

—¡ Que bien! ¡felicidades Macario!

—Gracias señorita, es costumbre desde niño me enseñó mi padre, es como un arte para mí.

—Que bueno.

—Si no pongamos a asar la carne a Mariza porque seguro comemos quemado—Soltó Fabricio burlonamente

Le saque la lengua.

—¿Te has propuesto pelearme cada vez que tiene oportunidad? —Levanté una ceja mirándolo con curiosidad.

—No lo puedo evitar, es algo que me supera—Soltó sin vergüenza.

—Si ya lo veo...

En la mesa todos reunidos hicimos un aplauso para el asador.

—Que deliciosa esta la carne, los elogios de Fabricio no son en vano—Halague a Macario.

—Muchas gracias señorita—Dijo Macario.

—¿Que tal el paseo? —Pregunto Florencia.

—muy bien, tranquilo, hacía mucho no montaba ,anduvimos por los campos, pasamos por el pueblo, dimos una vuelta por el Ombú gigante, y regresamos.

—Que recuerdos de ese árbol — Comentó la madre de fabricio.

—Ahí mismo tu padre me pidió que fuéramos novios — Comentó a fabricio su madre.

—Es un lugar hermoso—Reconoci.

Durante la tarde jugamos juegos de mesa, fuimos a ver los animales, anduvimos en jeep por el lugar .Disfrutamos la paz que ofrece la vida del campo.

Fabricio

Mariza y yo nos sentamos en los sillones del jardín, estaba linda la noche, no hacía ni calor ni frío estaba en su punto ideal

—Esta noche esta perfecta ¿no?—Pregunté observando de pie a cabeza.

—Si está ideal.

—Sonara tonto será que estoy acostumbrada a la vida de ciudad, como que los oídos se agudizan se sienten ruidos, como si alguien nos estuviera viendo de entre la vegetación—Mencione.

—¿Acaso tienes miedo?—Fabricio río—No le tienes miedo a secuestradores y le tienes miedo al silencio del campo—Se mofo

—No, bueno un poco — Rei.

—Si, lo que dices es verdad, pero son cosas nuestras, en nuestra cabeza, en la ciudad estas acostumbrada a escuchar los sonidos del tráfico y dejamos de lado los sonidos de la naturaleza.

—A mí me agrada estar aquí, no sé si me quedaría a vivir, pero me gusta darme mis vueltas, adoro desconectarme de la ciudad.

—Nunca te pregunté ¿está en pareja?¿Qué es de su vida?—Pregunte curioso

—Estoy soltera ¿ y usted?

—También,pero seamos sinceros,pretendientes no te deben sobrar.

—No la verdad que no estoy interesada en formar algo con nadie todavía.

—¿Disfrutando de la soledad?—Inquiri.

—Así es.

—Bueno bienvenida al club porque yo también la disfruto—Perdón Priscila comente para mis adentros.

— a usted le deben sobrar candidatas, se hace el humilde, con lo que tiene podría darle a una mujer le deben llover propuestas amorosas.

-Ahí está el problema, se fijan en eso, en lo que tengo, lo que puedo darles, ¿no sé si salen conmigo? ¿o con mi billetera?, Me siento usado , un objeto , la gran mina de oro

—¿Cómo fue su última relación?—Inquiri

—Preferiría no hablar de eso.

—¿No me tiene confianza?—Insistí.

—Si pero es algo doloroso para mi.

—Me gustaría conocer un poco más de ti, pero si te causa dolor, no te preocupes, se entender a veces preferimos olvidar el pasado.

—No está bien te contare.

Suspiro—Hace un año y medio aproximadamente mi último novio, me hizo sufrir mucho a mí y a Abril, lo conocí por medio de una amiga, al principio el era bueno, considerado, detallista, el hombre ideal, me hacía bien o eso creí que me hacía. Decidimos al año juntarnos vivir juntos, los primeros dos meses fueron lindos, pero después se volvió completamente diferente, Se quedaba con mi dinero y la pensión de Abril, salía y volvía tardísimo, regresaba embriagado, en los empleos que entraba no duraba ni un mes ,no pagaba los impuestos,nos faltaba la comida, no me daba ni siquiera para comprarle ropa a Abril.Teníamos discusiones constantemente, hasta que un día me dio el primer golpe, solo por reclamarle lo mío y lo de mi hermana.

— ¿Te pego?

—No solo una vez, reiteradas veces. me torturaba, cada vez que podía.

—Que monstruo, me hierve la sangre discúlpame—Me pase la mano por la cara—No lo puedo creer.

—Un día, regrese del trabajo, y lo encontré tratando de abusar de Abril, esa fue la gota que derramó el vaso, me subí arriba de él, para que la suelte, me tiró contra la cómoda del cuarto, me agarro a los golpes ,me corte la nariz con un vidrio, no se ve, pero cuando da el sol puede verse apenas la cicatriz.

En el piso me agarro a patadas ,Abril gritaba desesperada

Sé que estaba recostada en el piso veía borroso, me dolía todo el cuerpo

El bastardo había rasgado su vestido, estaba a punto de destrozarle la vida.

Con las pocas fuerzas que tuve, tome un adorno que había de bronce, sobre una mesita y le di un golpe en la cabeza, y cayó al suelo.

Ahí terminó nuestro sufrimiento, él está preso hoy en día.

Y nuestra vida cambio, ahora tenemos paz desde ese momento no volví a estar en pareja, quizás le tengo miedo a enamorarme—Me miró con lágrimas en los ojos las cuales recorrieron sus mejillas.

—No sé cómo fue capaz de lastimarte, se merece eso y más ese infeliz.—Gruñi.

—Yo jamas dejare que les pases nada igual—Me puse de pie y ella también.

—Fabri

La abraze con todas mis fuerzas

—Mereces ser feliz—Susurre.

—Eres una gran persona Fabricio —Susurro Mariza—Aunque seas odioso a veces ,eso es lo mejor de ti.

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