Capítulo 6: El Puente de la mujer

Fabricio

Llegue a la oficina con Marcelo

— ¿Fabricio amas a Priscila? —Inquirió Marcelo— Se nota que ella tiene sentimientos por ti, perdona que te haga esta pregunta, pero te veo un poco triste, como apagado, no ha pensado en ¿Casarse? ¿En tener una compañera a su lado? , Quiero verte Contento.

—Siento un profundo respeto por Priscila pero nada más, es una buena mujer, muy hermosa e interesante, pero no es lo que busco para mi vida, la pasamos bien y ya. Con respecto a casarme, no ni se me cruza por la mente, no es algo que tenga pensado, no te voy a negar me siento algo solo a veces. Pero estoy bien así por el momento .Gracias por preocuparte por mí.

—Piénsalo, te mereces ser feliz..

—Lo tendré en cuenta.

La pregunta de Marcelo me dio vueltas un tiempo por la cabeza , me hizo pensar bastante , hacía tiempo que estaba "soltero" , Siempre lo tuve todo , empleados a mi disposición que con solo tronar los dedos los tengo a mi servicio para cumplir cualquier capricho que se me ocurra ,lujos , propiedades y por supuesto mujeres a montones dispuestas a estar conmigo pero ninguna por amor verdadero, incluso no creo que Priscila verdaderamente me ame.

Siempre me pregunte si todas las mujeres que se me acercaron en mi vida lo hicieron por que les atraía yo o mi dinero, no lo sé pero a veces lo sentí como una maldición.

Satisfacía con ellas mis deseos sexuales pero con mi alma no fue así,

Que te quieran por lo que puedan obtener de ti, en vez de por lo que verdaderamente somos, nuestra esencia es lamentable, te hace sentir tan poca cosa. Que siempre cuestione si el amor existe o es simplemente un cuento que alguien invento para ilusionar a las personas.

En fin sigamos con estos papeles que parecen interminables.

Termine el balance y le pedí a Macario que preparara el auto, para regresar a casa, en el trayecto nos topamos con una manifestación en contra del cierre de una fábrica.

Trabajadores estaban reclamando su sueldo ya que no les habían pagado .Habían cortado la calle, había neumáticos prendido fuego, la aglomeración era inmensa.

El ambiente se estaba tornando denso, como si en cualquier momento empezara una batalla campal .y así fue, se hizo presente en el lugar la policía y gendarmería, y empezó a reprimir a todo aquel que se le opusiera, hombres, mujeres lanzando piedras, con palos, estaban siendo abatidos por la fuerza de la ley, cantidad de detenidos, era un completo caos.

Y el transito estaba cada vez más lento, y no avanzábamos para nada.

—Señor vamos a tener que desviarnos por el Puente de la mujer, se va a hacer un poco más largo el camino a la mansión.

—No te preocupes

Mire mi celular, para ver si tenía mensajes, cuando miro por la ventanilla, algo terrible

Al pasar vemos una mujer que se está por tirar del puente.

— ¡Frena Macario! —Vocifere—Esa mujer se está por Suicidar.

Frenamos bruscamente y bajamos del auto,

— ¡No lo hagas! , no sé qué te haya sucedido en la vida, pero esto no es la solución

¡No Saltes Por favor!

— ¡No Quiero vivir más! —Grito la muchacha.

Me acerque hacia ella lentamente—vamos yo puedo ayudarte, déjame hacerlo.

Dime ¿qué problema tienes? juntos busquemos la salida.

Se dio vuelta, me miro desprendiendo lágrimas— ¡Ayúdame por favor! —Exclamo.

—¡Mi padrastro, me golpea a mí y a mi madre! , ¡El abuso de mí en muchas oportunidades!, ¡no aguanto más la vida que me tocó vivir!, ¡no aguanto más!

—¡Denunciémoslo! yo te voy a ayudar en todo lo necesario ,a ti y a tu madre.

—No puedo seguir, voy a...

— ¡No! ¡No lo hagas! —Grite

— ¿Lo prometes? ¿Prometes que me ayudaras? —Inquirió la muchacha

—Si corazón no te preocupes.

Lagrimas rodaron por sus mejillas tenia ojos verdes y el cabello oscuro a los hombros, era delgada y tenía una ligera tristeza en su rostro.

La chica empieza a ceder, Macario me miraba orgulloso.

—Que buen patrón que tengo, es mi ídolo... —Grito Macario—Se había emocionado.

La joven sube la barandilla—sujétate de mi hombro, ven te ayudo, cruza una pierna, estupendo, pasa la otra ahora —Sugerí..

Ella me miro a los ojos y me susurro al oído —Muchas gracias

—Que susto me diste, no lo hagas, nunca más.

Cuando de pronto, saca un revolver y me lo pone en el estómago.

—Shh calladito y cooperando —Exigió la mujer, enfadada—Quédate quieto porque te vuelo la cabeza perro. —Asentó el cañón en mi cien

—¡Que haces! ¡Eres una maldita desgraciada! —Vocifere—Frene para ayudarte así me pagas! ¡Puta zorra!

—Eres un imbécil —Espeto

Macario saco su arma, súbitamente dos hombres armados aparecen de la oscuridad por atrás de él, y lo reducen golpeándolo y le quitan el revólver.

—¡Perdóneme Señor!

—Está bien Macario no te preocupes, en realidad es mi culpa.

Estaban encapuchados, vestían ropa deportiva,

—Pobrecito callo en la trampa —Dijo la delincuente femenina.

— ¡Y por lo visto son peces gordos! –Dijo uno de sus compañeros

— ¡Mira la ropa de este! — Dijo la muchacha— Seguro vale una fortuna

¡Mira Claudio con ese traje vas a parecer todo un riquillo! —Grito uno de ellos

— ¡Vamos quítense todo o les meto un tiro! —Exigió uno de ellos

— ¿Qué?

—Me vas a hacer repetir las cosas imbécil ¡sácate todo o te doy un tiro! ¡Y el otro también que se saque todo!

No hubo opción Macario y yo, tuvimos que ceder, se llevaron mi traje, mi celular, billetera, mi reloj, mis zapatos, todo lo que teníamos

Se fueron muriéndose de risa en nuestro automóvil — ¡Hasta pronto ilusos! ¡No tomen frio por que se van a resfriar!

Y ahí quedamos desnudos sin auto, sin ropa, ni forma de pedir ayuda

En calzoncillos, en medio del puente y en altas horas de la noche.

— ¿Y ahora como volvemos a la Mansión? —Pregunto Macario.

—Macario la próxima vez que quiera ayudar a alguien deme un buen golpe en el rostro.

—Está bien señor —Respondió Macario.

Esta noche nos metieron la polla por el culo y sin lubricante ¡Malditos canallas!

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