Capítulo 20

Hori acudió al taller de ciencias que se le impuso y era ayudado por Bianca quien estaba feliz de compartir con él también en el taller, a pesar de que a Elisa no le gustaba la cercanía de esa chica con Hori, puesto que sabía cuáles eran sus intenciones, pero no podía ser una descarada y también alejarlo de ella.

Los viernes en la tarde, Elisa acudía a la casa de Hori para ayudarlo en los reforzamientos y prácticamente tuvo que partir desde el comienzo, ya que él no tomo atención en nada, pero ahora se esforzaba y comenzó también a estudiar, ya que realmente deseaba cortar los refuerzos. Al terminar el estudio, Nani obligaba a Hori a acompañar a Elisa a su casa como forma de gratitud por las molestias que era el acudir a darle clases particulares en el domicilio. Elisa no habría hecho esto por ningún estudiante, solo habría dado aviso a la dirección para amonestarlo, pero no si se trataba de Hori.

Ya solo paso una semana, pero para Elisa era difícil ver la frialdad de Hori, ya que ahora le hablaba como un estudiante más, ni siquiera había rencor en sus ojos como antes, simplemente indiferencia y eso dolía mucho más que el odio. Por dentro no lo podía entender, como podía ahora estar distante, cuando ella por dentro se derretía ante su contacto, como el vello de la nuca se le erizaba al escuchar su voz y como deliciosas cosquillas embargaba su vientre al sentir su olor... realmente era una egoísta y esto le hacía sentir pésimo consigo misma, ya que deseaba que fuera solo suyo, pero a su vez tenía miedo de estar cerca de él.

Un martes por la tarde, Elisa sale con Mateo y Nori, que ya tenían una buena relación de amistad y estaban sentados en las mesas de un local de venta de jugos frutales al lado de playa donde podían ver el mar y como varios chicos, entre esos sus estudiantes, nadaban y jugaban en la arena. Como si fuera un radar y muy alejado de donde ella se encontraba, detecta a Hori con sus amigos que estaban corriendo por la arena, entraban y salían del agua en una especie de competencia, luego todos explotaban en carcajadas y como Bianca le tomaba del brazo y él le abrazaba, la levantaba y la volvía a dejar en la arena. Cuando el grupo se alejaba y no los podía distinguir bien, Elisa tomaba su teléfono celular, activaba la cámara y ampliaba la imagen para poder ver con ayuda del aparato, como si fueran binoculares lo que hacía Hori y si seguía tan cercano a Bianca o a Meli, o a cualquier chica, ya que temía que alguna pueda captar la atención de él.

— Creo que te perdimos — reía Mateo

Elisa se sobresalta y lo vuelve a mirar

— Ah... solo estaba viendo a los bañistas

— Te preguntábamos si quieres ir el sábado al teatro de uno de los cruceros que tiene un humorista muy bueno — le comentaba Nori

— A sí, claro que si — Elisa vuelve a tomar de su jugo de frutas y volvía a mirar al grupo de Hori. Estaba en problemas, se sentía celosa de aquellas chicas y un frío recorrió su espalda, ya que no soportaría ver a Hori con otra mujer y pensaba que enloquecería si le veía besar a otra chica.

.........

El jueves por la tarde en el taller de ciencia, Elisa explicaba algunos conceptos y lo mostraba con un modelo a escala de una célula. Pronto su atención se desvía al escuchar reír disimuladamente a Hori y Bianca y que se cubrían con los cuadernos para que no les notará, ya que se debían de estar diciendo cosas secretas que les causaban gracia

— Ustedes dos de ahí — se lo dice a Hori y Bianca — si quieren contarse chistes, deberán salir del laboratorio. Están distrayendo a quienes están prestando atención.

Inmediatamente los dos adolescentes tratan de aparentar seriedad, pero escupía risas cada tanto que lo ocultaban con un carraspeo de garganta. Esto estaba enloqueciendo a Elisa, y es que estaba enferma de celos como si esto fuera veneno.

— Bianca, cámbiate de puesto a este asiento — le indica un lugar a Bianca, cercano donde ella estaba

Bianca se levanta cabizbaja, toma su bolso y se dirige al asiento que le indicaron. Hori mira a Elisa, pero al cruzar sus miradas, el solo le devolvía una mirada de desagrado.

.........

Viernes por la tarde Elisa acude nuevamente a la casa de Hori para darle tutorías y en estas clases no pasaba nada interesante, incluso les acompañaba Nani para escuchar la clase que le divertía y también aprendía de los organismos unicelulares.

— Necesitaré Hori que estudies el capítulo 2 del libro de biología

— ¿Todo o solo una parte? — pregunta Hori

— Todo — respondía su madre

— Si Hori, todo — contestaba Elisa haciendo un gesto con el rostro en señal de disculpa por pedirle que lea todo un capítulo tedioso — pero no es tan largo como lo crees, son solo 5 páginas.

— Si maestra — respondía Hori sin expresión

— Bien, yo me voy. Adiós Nani, que tengas un buen fin de semana — Elisa se acerca para despedirse

— para ti igual — le da una sonrisa a Elisa y mira a su hijo — acompaña a la señorita a su casa

Hori hace un resoplido de fastidio y se levanta de la silla donde estaba estudiando.

— No es necesario Nani

— Claro que sí. Espera un momento — Nani va a la cocina y trae unas latas de unas gaseosas extrañas que se notaba que era asiática sabor fresas, melón, plátano y de una fruta que no conocía — prueba estas gaseosas y me dices que tal están, ya que veremos si las comercializamos aquí y necesito opiniones — se las entrega en una bolsa.

— Claro, te avisaré

Ya estaban caminando en dirección a la casa de Elisa en completo silencio, y está ya no podía aguantarlo más, necesitaba una confirmación de que Hori aún pensaba en ella, ya que por lo menos antes, Hori le demostraba su descontento o trataba de hablar con ella de eso, pero ahora no había nada y sin resistirlo le pregunta.

— Hori, te llevas muy bien con tus amigas ¿verdad?

— Si

— ¿y Bianca?... ella es una chica dulce y siempre te está ayudando. Es muy cercana a ti

— Si lo es — Hori da una leve mirada a Elisa que apretaba la bolsa de gaseosas que le dio su madre en forma de un notorio nerviosismo y entendía perfectamente lo que estaba pasando.

— He notado que estás mucho más calmado al verme, creo que ya no estás enojado conmigo

— No, ya no te tengo resentimiento. Además, que estoy saliendo con Bianca... ella me hace reír

Hori esperaba que Elisa estuviera celosa y jugaría con eso para hacerla sufrir. Ella toma una lata de gaseosa de las que estaba en la bolsa y la mira, estaba angustiada pues Hori le estaba confirmando lo que ella temía.

— Bianca es una buena chica, pero no deberías de jugar con ella por estar molesto conmigo

— ¿Por qué dice eso maestra? Ella es mi amiga y la conozco de hace mucho tiempo, creo que necesitaba de una mala experiencia para darme cuenta de quien tenía a mi lado.

— Hori, no hagas eso por despecho — Elisa movía la lata de refresco al no poder abrirla — se supone que hablaríamos de nuevo de nosotros cuando salgas de la escuela

— Yo nunca dije eso. Se supone que si estoy soltero puedo salir con quien quiera. Así como tú lo haces

— Yo no tengo una relación sentimental con nadie... pero sé que lo haces porque estás molesto y eso no está bien

— Maestra ¿Por qué le preocupa tanto con quien salga? ¿Acaso esta celosa y por eso me persigue en la escuela, en mi casa y le interesa tanto lo que haga en mi vida personal? No deberías de insinuarte a un menor de edad y menos a tu estudiante

— No lo hago Hori... solo me preocupas

Elisa estaba molesta, nerviosa y casi a punto de llorar. Cuando logra abrir la lata de gaseosa esta lanza su contenido con fuerza a su rostro empapándola y entrándole por la nariz y ojos, además de mojar su cabello y blusa. No podía estar más humillada ese día, no se controló por los malditos celos y hasta Hori se daba cuenta de eso, ahora estaba empapada y avergonzada. Se gira para ver que Hori la miraba sorprendido, y tenía una expresión extraña, quizás se estaba aguantando las ganas de reír, pero al menos ya habían llegado a su casa, así que abre la puerta para ingresar.

— Gracias Hori por venir a dejarme — sin esperar respuesta de él, ingresa para ir a tomar una ducha y castigarse a sí misma por no controlarse y demostrarle que estaba preocupada de su vida sentimental.

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