Capítulo 12

En el colegio, Elisa tenía miedo de encontrarse con Hori. Pensaba que este la seguiría y la situación podría darse para que comenten sobre ellos. Así que se quedaba en los recesos en el salón de maestros compartiendo con sus colegas. A la hora de salida, Elisa se quedó ordenando algunos materiales de estudio para los muchachos de primer año. Cuando mira el reloj, se da cuenta que ya había pasado mucho rato y todos se habían marchado y ella debería hacer lo mismo, así que recoge su bolso, mira por la ventana que daba a la entrada de la escuela y nota que solo había una persona que esperaba en el gran portón de la salida de ese caluroso día.

Hori estaba esperando a Elisa para acompañarla hasta su casa, ya que se resistía a dejar morir la relación por algo tan estúpido como la edad.

Ver a Hori ahí, conmovió el corazón de Elisa. Ya habían pasado 45 minutos desde la hora de salida y él aún se mantenía ahí esperando a que ella salga por aquella puerta. Si hablaba con Hori en ese momento, ya no podría resistirse más y probablemente aceptaría su propuesta de tener una relación secreta, sin antes llevarlo a su casa para hacerle el amor. Elisa sabía que debía controlar ese impulso y lo único que tenía que hacer era no hablar con él, así que decide salir por la puerta de atrás, que daba a los estacionamientos de automóviles. De esta manera rodeó la cuadraba, que desde la esquina divisaba a la distancia la entrada de la escuela secundaria y ve que Hori, aún se mantenía en el gran portón, mirando en dirección a la puerta de ingreso esperando a que ella saliera. Sin aguantarlo Elisa rompe en llanto y se gira para no ver y marcharse en dirección a su casa.

Ya era jueves y la clase de ciencias con el grupo de Hori había comenzado. Elisa dictaba la clase y anotaba en la pizarra conceptos básicos para que los estudiantes tomarán apuntes. Ya Elisa estaba notando que había algunos muchachos que preguntaban con entusiasmo, entre ellos destacaba una chica bajita que se sentaba en los primeros asientos, tenía suaves rizos al igual que ella, pero de color café claro, con grandes ojos color castaño cubierto por una gafa rosada que le daban una apariencia adorable, llamada Bianca. Por su contratarte, estaba los estudiantes que hablaban en clases, se mandaban notas en papeles pensando que ella no se daba cuenta o simplemente estaban divagando en sus pensamientos, y en estos últimos estaba Hori, quien no estaba tomando apuntes y solo se dedicaba a mirar su lápiz de mina, presionándolo constantemente hasta hacer que la mina caiga. Elisa no quería que Hori fuera un mal estudiante y estaba preocupada por él, ya que debía de separar lo académico, de lo personal y la molestia que pueda tener con ella.

— Señor Matus — le llama por su apellido — ¿Cuál es la importancia de la membrana plasmática?

Hori se sobresalta y la mira sorprendido, comienza rápidamente a hojear su libro para ver la respuesta y Elisa interviene al notar que algunos de sus compañeros lo observaban al no responder.

— Lo acabo de explicar señor Matus

— Disculpé, no escuché.

— Eso ya lo noté y sería bueno que preste atención, ya que esta son cosas que me encanta preguntar en los exámenes.

Dicho esto último, todos los estudiantes comenzaron a escribir en sus cuadernos sobre lo que era la membrana plasmática y colocándole asteriscos para saber que esa sería una pregunta fija en el examen.

— ¿Alguno de los que, si estaba prestando atención, puede ayudar a sus compañeros a responder a la pregunta? — miraba Elisa a los estudiantes y la chica bajita de gafas rosadas eleva la mano y le da pase para responder.

— La membrana, regula el intercambio de sustancias entre el líquido intersticial y el citoplasma, para el desarrollo del metabolismo...

— Muy bien Bianca, esa es la respuesta que esperaba escuchar — felicita Elisa y la chica le da una sonrisa de satisfacción.

Al finalizar la clase, Bianca se acerca al escritorio de Elisa.

— Maestra, estoy muy interesada en su asignatura, es que me gustaría ser veterinaria y quería saber si me puede ayudar para prepararme para la universidad

— Me alegra escuchar eso Bianca — decía Elisa con una sonrisa que demostraba orgullo por aquella joven — Claro que te ayudare en lo que necesites. La próxima semana iniciaré los talleres para que te unas y estudiemos más a profundidad lo que es importantes saber en la universidad para esa carrera.

Elisa comienza a avanzar con intención de salir del salón de clases, cuando nota que Hori la miraba y se dirigía hacia ella.

— Cuando inicie el taller te avisaré — sale Elisa apresuradamente

— Gracias maestra, la veré la otra semana para partir — Bianca se despedía de la maestra y mira que Hori salía también por la puerta del salón — Hori, espera Hori...

Hori caminaba por el pasillo apresurando el paso para alcanzar a Elisa, cuando siente que jalaban de su camisa y ve que era Bianca

— ¿Qué pasa? ¿necesitas algo? — le contesta Hori sin ánimo

— ¿qué te pasa a ti? La maestra te a regañado por no prestar atención

— Ah, eso — se gira y sigue caminando.

— Tome muchos apuntes, si quieres te los presto, ya escuchaste que dijo que preguntaría eso en el examen — Bianca le seguía

— Gracias, más tarde te pediré tus notas

Dos muchachos se dirigen hacia ellos de manera apresurada

— Pero ¿qué hacen aquí? — decía sonriente uno de ellos llamado Oroiti

— Están vendiendo Hot dog en la cafetería — apresuraba otro chico llamado Kupe, saltando sobre la espalda de Hori para que lo lleve

— Si lo sé — contestaba Hori — por eso vamos con Bianca

— No sé porque quieren comer esas cosas, si después se deben almorzar — respondía Bianca

— Pero sirve como desayuno — le contesta Kupe

— vamos a nadar en la tarde, invitemos a Meli y a Hine — dice Oroiti

— Si, vamos... le avisaré a las chicas — decía alegre Bianca

— Yo no, estoy ocupado — contestaba Hori y bajaba de su espalda a su amigo

Los tres muchachos lanzan una exclamación de disgustos y comienzan a lanzar manotazos a Hori.

— Eres un pésimo amigo, ya no te reúnes con nosotros desde el verano — le reclama Oroiti

— Déjalo, debe de tener una novia que no quiere que conozcamos o vende droga. Cualquiera de las dos no justifica que no te reúnas con nosotros en las vacaciones — enjuiciaba Kupe

— ¿Realmente tienes novia Hori? — pregunta Bianca

— Que no, es solo que estoy ayudando a mi padre con un proyecto

— Ya déjalo Hori, que te justifique agrava tu falta

— Si vienes a la playa en la tarde, escribo mis apuntes en tu cuaderno como premio — sonreía Bianca

— sí, y yo te daré un besito si vienes — reía Kupe

— Ante esa propuesta creo que no me puedo negar — bromea Hori con su amigo — les llamaré, si es que puedo ir

— Eso quiere decir que no vendrás — decía decepcionada Bianca

Hori le sonreía a su amiga que tenía una expresión triste y la abraza por los hombros uniendo su mejilla a la cabeza de ella con un leve toque en forma de simpatía.

Sus amigos tenían razón, hace ya mucho que no compartía con ellos, desde que inició el noviazgo con Elisa y ahora ellos estaban sospechando. Debía ser cuidadoso, o descubrirían el verdadero motivo de su distanciamiento, lo que definitivamente lo alejaría más de ella. Pero no quería preocuparse de eso ahora, solo buscaba la manera de regresar con Elisa y volver a ser novios. Ya sus pensamientos giraban en torno a aquella maestra que lo tenía completamente embobado, puesto que sabía que ella le quería y solo se alejó de él por miedo a ser descubiertos.

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