Capítulo 4

Hori corre al Restaurante después de haber dejado a Elisa en su casa. Se le hizo tarde y probablemente lo regañarían. Que sea el hijo de los dueños no le daba el derecho a ser irresponsable y más si quería quedarse a cargo de su propio negocio.

— Pero miren quien viene corriendo por ahí. ¿Es el señor Hori que cree puede llegar tarde? – Le dice su madre cuando lo ve ingresar por la puerta trasera del restaurante en el lado de las cocinas.

— Perdona mamá, se me ha pasado la hora – lo dice dándose prisa en ponerse su uniforme

— Apresúrate que tu padre está con Kauri en la barra y sabes que a ellos no se le da bien preparar los cócteles

— Ya voy

— Si no quieres o no puedes cumplir tus horarios tienes que avisarme con tiempo para decirle a John que venga – lo decía mientras caminaba tras de Hori

— Ya mamá, por favor... ya me lo has dicho – lo dice con fastidio. Llega a la zona del bar. Su padre y su hermano estaban tratando de sacar las medidas de los jugos frutales antes de ponerles ron. Cuando ven llegar a Hori respiran aliviados

— Hori, prueba esto, creo que quedo bien – le dice su padre entregándole un vaso al que Hori le introduce un removedor de plástico para sacar una gota y lo prueba

— ¡Ay papá!, tiene mucho limón – lo dice colocando una expresión de desagrado

— Al menos lo intentamos, no nos vamos con nuestras novias cuando tenemos Happy hour – le dice su hermano

Kauri es el hermano menor de Hori, ambos se parecen bastante, solo que Kauri era notoriamente menor, tiene 15 años y ambos se llevan muy bien.

— ¿Novia?... ¿Tienes Novia Hori? – se lo dice su padre sorprendido

— ¿Desde cuándo?, ¿Por qué no nos dijiste?... ¿Quién es? – pregunta su madre muy interesada, mientras ve como Hori comenzaba a sacar los pedidos combinando los sabores, abriendo y vaciando botellas de manera muy rápida.

— Ah mamá, por qué no salen todos de mi lugar de trabajo y me dejan hacer lo mío – dice Hori malhumorado

— Ven que si tiene... por eso está molesto– ríe Kauri

— ¿Por qué no me lo habías contado?... siempre me dices tus cosas, tenemos confianza. Me siento desplazado – dice su padre triste

— ¿La conocemos?, tráela a la casa un día de estos para almorzar – dice su madre

— ¡Ya déjenme en paz! Por ese motivo no les digo nada a nadie, siempre se meten en mis asuntos. ¿Por qué no le preguntan a Kauri que pasa con Bárbara?

— Ha ya... gracias querido hermanito, ya se habían olvidado de eso – Dice Kauri lanzándole una rodaja de limón que le acierta en la cabeza a su hermano

— Ya basta ustedes, no se comenzarán a lanzar cosas – Reprende su madre – Si Hori no quiere decir nada es cosa de él.

Nani comienza a sacar al resto de los varones de la zona del bar para dejar trabajar tranquilo a Hori, pero pasado unos segundos su padre regresa.

— Hori, ¿no me dirás quién es?

— Te lo diré después, ¿sí?

— Okey, tu sabes que puedes decirme todo ¿verdad?

— Si papá – Le da una sonrisa a su padre

Felipe tenía mucha cercanía con sus hijos. Desde que nacieron siempre quiso tener una relación estrecha con ellos, ser un amigo y apoyo para orientarlos, puesto que su familia era su adoración.