Llegaron a la habitación quitando las prendas de su pareja sin dejar de besarse, ninguno de los dos tenía dudas de lo que ocurriría, solo sabían que lo esperaban con ansías.
Elisa ya se desprendió de su vestido, solo cubría su desnudez sus bragas. Ella se había recostado en la cama y miraba como Hori se quitaba la manga de su camisa que ella no había logrado desprender. Verlo así, tan lleno de deseo le hacía sentir sensual y que solo quería que aquel cuerpo masculino la rodeará para ser suya.
Hori se retiraba el cinturón y se posicionaba encima de ella para seguir besando sus labios y bajar por su cuello, hasta sus pechos y pasar delicadamente la punta de su lengua por uno de sus pezones. Elisa arqueaba su espalda y acariciaba el cabello de Hori, permitiéndole que pudiera disfrutar de su cuerpo sin pudor. Quería que él la descubriera y ella también deseaba descubrirle, así que pasa sus manos por su torso desnudo y baja hasta su pantalón para abrirlo y lograr meter una de sus manos en el interior y tocar su virilidad que estaba hinchada, dura y palpitante por el deseo. Elisa comenzó a acariciarlo de manera íntima y él disfrutaba de su tacto, que le frotara y presionaba, así que baja un poco más su pantalón para liberar su extinción y que ella pueda estimularlo con más libertad.
Este sentimiento que experimentaban era extraño, no tenían miedo a nada y era como si ya se conocieran. Las caderas de Elisa comenzaron a moverse por la extinción... ya se sentía lista para el momento. Hori le abraza y acerca su cuerpo al de ella, quitándole delicadamente sus bragas y curioseando aquella zona con sus dedos.
— Por favor Hori... ya— decía Elisa con un susurro casi suplicante mientras elevaba las caderas.
Él sonreía al verla sonrojada con expresiones tan lindas que le daba su extinción, lo que aumentaban su deseo. Así que deja caer su cuerpo sobre ella, para que sus sexos se tocarán y frotaran, pero sin forzarlos a que se unan. Todo para alargar el momento en este juego erótico.
El teléfono celular de Hori comienza a sonar, pero esto no le era importante para él, solo estaba concentrado en este precioso momento que estaba viviendo con aquella mujer que le gustaba tanto.
— Hori, te están llamando —Elisa lo separa un poco para que pueda contestar.
— Si es algo urgente llamaran nuevamente— respondía sin darle importancia y besándola nuevamente, sin cortar el delicado movimiento que mantenía y ahora tomando de las caderas a su pareja para poder penetrarla, puesto que estaba al límite de su deseo.
Cuando deja de sonar el celular, pasan aproximadamente 5 segundos y vuelven a llamar.
— Hori... tienes que responder —Elisa lo aparta, puesto que el sonido del móvil le desconcentraba.
Para Hori esto fue muy molesto, quería matar a quien fuera quien estuviera llamando por interrumpirlo en un momento tan íntimo como éste, pero era mejor ahora, a que mientras estuvieran haciendo el amor, ya que seguramente arrojaría su teléfono y lo lanzaría contra la pared. Mira quien llama, era su madre. Se aparta de Elisa para sentarse en el borde de la cama y contestar.
— ¡Aló! — responde molesto. Calma su enfado y baja el sonido del auricular para que Elisa no escuche lo que le decía su madre— llegaré como en una hora... pero... dame 30 minutos...
Elisa entendía por las respuestas que le daba Hori a su madre, que ella le estaba exigiendo que llegue a casa ahora. Rápidamente la temperatura del momento baja, así que Elisa busca su pijama debajo de su almohada y comienza a vestirse, mirando la decepción de Hori mientras cubría su cuerpo, pero ella le animaba con una sonrisa tierna y éste le regresaba una sonrisa apesadumbrada, aún con el teléfono en la mano escuchando lo que le decía su madre.
— ... regreso ahora... adiós— Hori corta la llamada y mira a Elisa— lo siento.
— ¿Pasó algo?
— Solo una pequeña cosa que pone a mi madre histérica, pero es mejor que me marché
— Si, entiendo... nos veremos mañana
Hori acomodaba nuevamente sus pantalones y lo abrochaba, colocando el cinturón, para nuevamente regresar con Elisa y sentarse en la cama
— Oh Elisa, estoy tan molesto... arruinaron nuestro momento
Ella lanza una pequeña risita y acariciaba el rostro de él.
— Lo que ha pasado ahora, lo podemos continuar mañana.
— Elisa, muero de ganas por hacerte el amor. No logras entender lo que provocas en mí —Hori tomaba la mano de ella y se acerca para volver a darle un beso húmedo
—Tú también provocas muchas cosas en mi— responde Elisa con ojos que reflejaban muchos sentimientos. Sale de la cama y toma las manos de Hori para que él haga lo mismo— Vete. No quiero que mi suegra se enfade conmigo por retener a su hijo.
—Te prometo que mañana no tendremos interrupciones —Se colocaba su camisa y la abotonaba
— Ven a buscarme a la escuela mañana. Salgo a la una de la tarde por mientras inicie, luego saldré más tarde cuando se formen las tutorías y los clubes.
— Claro que sí, pasaré toda la tarde contigo— ambos hablaban mientras se acercaban a la puerta de la entrada y Hori abre para salir, sin antes volver a besarle, hasta que Elisa lo empuja con poca fuerza para que se marche.
—Vete ahora que puedo dejarte marchar, de seguir aquí cerraré esa puerta y ya no te dejaré ir.
— Te veré mañana —toma el rostro de Elisa, le da un beso corto y sale corriendo por la puerta en dirección al restaurante.
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Comments
Maigualida Ramirez
jajajaja les faltó poquito para que se consumará el acto
2024-09-09
0
Guadalupe Flores
me parece que fue mejor por el un alumno mas
2022-12-18
1
JoceRockstar
Jajajajajajaja no calienten la comida si no la van a comer jajaja 😂🤣
2022-12-17
0