La mirada de ambos se cruzó. Hori estaba expectante a la reacción de ella, pero era difícil saber que ocurría en la mente de Elisa que solo reflejaba extrañeza.
Elisa sale de su aturdimiento y sigue entregando los exámenes. No quería crear conclusiones apresuradas, pero meditaba mientras veía como Hori le seguía observando esperando una respuesta de su parte.
Para ella era tan extraño ver a su novio sentado en un pupitre vestido de estudiante y pensaba que, si él tenía 21 años y seguía en secundaria, era porque el estudio no se le daba bien y debía de serle difícil continuar, además trabajaba a pesar de haber repetido cursos tantas veces. Todo tenía sentido y ahora Elisa entendía porque Hori estaba preocupado de lo que ella pueda pensar de él.
Elisa se sienta en su escritorio por mientras los estudiantes contestaban los exámenes y busca el listado de alumnos que contenían su información básica. Encuentra el nombre de Hori, mira en su fecha de nacimiento y descubre que hace tan solo dos meses había cumplido 17 años. Sentía que el alma se le fue a los pies, vuelve a mirar a Hori molesta y este baja la mirada al entender que ya había descubierto lo que estaba ocultando.
Estaba enojada, triste, desilusionada, en realidad no sabía que sentía, solo que quería llorar ¿cómo pudieron jugar así con ella? Miraba nuevamente a Hori quien tenía ahora la vista pegada al examen y por primera vez lo mira como realmente era, un adolescente ¿cómo no se dio cuenta de ello antes?. No era su culpa, él incluso se ve mayor que ella y ahora que lo pensaba y miraba al resto de chicos en esa sala, varios jóvenes se veían adultos y algunas chicas, inclusos se veían mucho más maduras que ella, esto le hacía pensar:
— Malditas hormonas del crecimiento que vienen en las carnes para aumentar el producto ganadero, por eso ya los niños no se ven niños. Enviaré a todos a hacer un informe como estos alimentos afectan el desarrollo corporal de los adolescentes...
Nuevamente estaba divagando, pero algo era seguro, ya ese día no terminaría como lo había planeado.
Cuando suena la campana, los estudiantes se levantan para marcharse y Elisa hace lo mismo para guardar sus cosas, pero Hori llega rápidamente donde ella. Estaba notoriamente preocupado y quería solucionar este problema.
— Tengo que hablar contigo, déjame explicarte...
— Aquí no —Elisa no levanta la vista y seguía recogiendo las cosas del escritorio, mientras algunos estudiantes se despedían de ella y salían por la puerta.
— Pero tenemos que hablar, no era mi intención engañarte —insistía Hori, hablándole con voz baja
— Te dije que aquí no
— Entonces ¿dónde?
— Te veo en mi casa —Elisa se marcha sin mirarlo.
Hori realmente estaba preocupado, Elisa no perdonaría esto tan fácilmente, le preocupaba que ella deseara terminar la relación, pero se daba ánimos a si mismo diciéndose que ella lo quería, que estaría molesta por unos días y que después podrían mantener su noviazgo en secreto.
Elisa temblaba al llegar a la sala de profesores. Realmente estar en ese salón de clase la última hora fue una tortura, puesto que se sentía tonta, que el chico maravilloso que pensaba que era su novio y del cual ya se lo presumía a sus amigas por llamadas, era solo un adolescente que seguramente tomaba esta situación como un juego.
—Se nota algo tensa ¿Fueron malos los muchachos con usted? — se lo dice una de las profesoras de lenguaje
— No, nada —trata de tomar una actitud calmada— Es solo la emoción del primer día.
— A mí me pasó lo mismo cuando comencé a trabajar
— Elisa, ¿quiere que la lleve a su casa? — preguntaba Mateo— tal vez quieres ir a almorzar para celebrar tu primer día. Conozco un restaurante muy agradable por el sector del faro.
— Muchas gracias, pero mi casa queda cerca y debo hacer unas cosas ahí. En otra oportunidad estaré encantada —le regala una sonrisa a Mateo.
Ya caminado en dirección a la casa, pensaba muchas cosas sobre lo que estaba pasando. Trataba de buscar una solución a esta situación, pero no encontraba ninguna que fuera lógica y ya de tanto pensarlo le comenzó a doler la cabeza. Sin darse cuenta ya había llegado y ve que Hori estaba sentado en la entrada de la casa, con su bolso en las piernas, sus codos encima de éste, sus manos cruzadas que le sostenían la cabeza y mordía sus dedos en notoria señal de preocupación. Cuando él la ve llegar se levanta y presionaba su bolso contra su pecho. Aún Hori tenía esperanzas de que Elisa le perdone, pero rápidamente cae en cuenta que eso no ocurrirá, puesto que la mirada de ella no dejaba duda de lo que sentía y sabía que ella haría una masacre en sus sentimientos.
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Comments
Yorly's
erda q vaina pue pobre hory a yo lo había dicho carajo q este pelao no pasaba de 17 a 18 años,pero esto es peligroso pa ella ya q el es menor de edad y la pueden hasta meter presa a la pobre q vaina mano,ahora sí se le vino todo abajo Alós dos y hasta el delicioso 🤣🤣🤣 el no hubiera ido a clases ese día carajo jajajajajaj
2024-09-17
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Maigualida Ramirez
no es fácil procesar todo eso
2024-09-09
0
Rous
El que con niño sale y se acuesta ca...g..da amanece 😱
2024-03-23
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