La novela trata de la vida de Rouse y Henry, él es profesor de la universidad de letras y ella su alumna, ambos se embarcan en un romance prohibido. Él le enseña un nuevo mundo de morbo y pasión, cumpliendo todas sus fantasías, pero no todo siempre es color de rosa. El padre de Henry y su ex se unirán para cambiarlo todo por un propósito egoísta.
Traiciones, engaños, malentendidos y más tendrán que vivir y decidir si vale la pena seguir juntos o no.
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Capítulo 10
Rouse estaba agitada, al haberle hecho eso, se sintió muy sexy y empoderada, no lo podía creer, se volteó a ver a Henry justo para notar que él ya se había recompuesto de su clímax y ahora se levantaba.
Henry se levantó de un brinco, posicionando a Rouse en el centro de la cama y abriendola de piernas a más no poder.
Rouse estaba perpleja, no estaba segura de eso, la vez anterior había estado tan excitada que no dijo nada, pero Henry se veía muy decidido por lo que no protestó.
Él la sujetó de los muslos y con su lengua recorrió su sedosa piel desde la rodilla al muslo interno, siempre haciendo contacto visual con ella, cosa que los prendía a ambos aún más.
Henry se tomó su tiempo, paseo sus dedos suavemente por encima, provocando que ella pegara un brinquito, y soltara suaves gemidos. Luego la lengua, muy suavemente, cosa que la hacía enloquecer por la anticipación.
-Henry... por favor - suplicó Rouse mirándolo a los ojos desesperada
-¿por favor qué? - la provocó Henry enloquecido de la calentura
-Por favor... saboréame -pidió finalmente Rouse tras unos segundos, su rostro estaba completamente rojo de la vergüenza y la excitación.
Henry no aguantó más y al segundo ya tenía su boca en el centro de deseo de ella, lamia, succionaba y a veces, muy sumamente mordisqueaba, para luego asecharla con un dedo en su interior, provocando que Rouse enloqueciera de placer.
Ella gemía y gritaba, a veces intentaba cerrar las piernas por la creciente desesperación mezclada con tan grande placer, pero sentía como Henry no se lo permitía. Luego cuando él agregó otro dedo más ella sintió enloquecer. Él la atormentaba fuertemente, embestía sus dedos con fuerza y rapidez, sin quitar su boca de su centro, ella sentía como sus paredes internas se contraían, estaba por llegar el clímax, cuando sin percatarse sintió como los dedos de Henry fueron reemplazados por su gran miembro. Tal acto la hizo abrir grande los ojos, y pegar un grito de dolor y placer, pero más que nada de placer. Sentía como él sé lentamente en su interior, dejándola adaptarse a él y poco a poco iba agregando velocidad.
-¿Más fuerte amor? - preguntó Henry con voz ronca entre gemidos
-¡Sí! - grito ella entre sus gemidos, se estaba volviendo loca de placer
Henry al escucharla se activó de inmediato. Agarro sus piernas y las colocó sobre sus hombros, una a cada lado, y comenzó a darle más duro. Ella podía solo gritar y gritar de placer.
Ambos estuvieron así dos horas, dándose placer mutuamente de una manera tan desesperada, como sí no necesitaran nada más del mundo que los cuerpos y el amor de su compañero.
Cuando por fin terminaron su ronda de placer, Rouse se abrazó a Henry, quien por su parte también la abrazaba y acariciaba con mucha ternura y cuidado.
—¿Sabes? —rompió el silencio Rouse, mirando hacia el techo—, a veces me pregunto cómo se siente realmente ser un autor. Es como si las palabras que elegimos pudieran transformar todo.
Henry la miró, sintiendo que esa conversación era tan íntima como lo que acababan de compartir.
—Es un desafío —respondió—. Escribir es como abrir una ventana a nuestro interior. A veces, tememos lo que hay detrás de esa ventana.
—¿Y qué hay detrás de la tuya? —preguntó ella, volviendo a centrar su mirada en él.
Él sonrió, sintiendo que la conversación estaba tomando un giro profundo.
—Hay inseguridades, deseos, y la constante lucha por ser comprendido. Pero también hay un deseo de conectar con otros, de hacer sentir a la gente que no están solos.
Rouse se sentó, sintiendo que el peso de sus palabras resonaba en su interior.
—Eso es lo que más me gusta de tus clases. Nos haces ver que la literatura es más que palabras en una página; es una forma de vida.
Henry sintió un calor subir por su pecho. Era gratificante saber que su pasión por la literatura estaba impactando a sus alumnos, especialmente a Rouse.
—Y tú, Rouse, tienes una voz única. Creo que deberías considerar compartir más de tus escritos. Tienes una perspectiva que vale la pena escuchar.
Ella sonrió, sintiéndose animada por su aliento.
—Quizás lo haga. Pero, ¿y si mis palabras no son suficientes?
—Las palabras son poderosas, pero lo más importante es la autenticidad. Cuando escribes desde el corazón, siempre resonará con alguien.
Ambos compartieron una mirada profunda, comprendiendo que, en ese momento, no eran solo profesor y alumna, sino dos almas buscando un camino en la vida y en la literatura.
Rouse, sintiendo la fragilidad de la conexión, se inclinó hacia él.
—¿Te gustaría leer algo que he escrito?
Henry asintió, su corazón latiendo con anticipación.
—Me encantaría.
Rouse se levantó y fue hacia su mochila, sacando un cuaderno desgastado. Mientras lo hojeaba, Henry reflexionó sobre cómo la relación entre ellos había evolucionado, más allá de lo físico, hacia un espacio donde podían compartir sus miedos, sueños y aspiraciones.
Al abrir el cuaderno, Rouse comenzó a leer en voz alta, cada palabra fluyendo con la emoción que había estado guardando.
-"Esa chica brillaba, irradiaba luz por donde la vieses, era la paz y calma, el amor y la locura, afectiva y bondadosa. El que la conociese se maravillaba, mágica y electrizante, una buena chica, aunque nadie sabía, todas las batallas que ella pasaba, las marcas de guerra que ella ocultaba, lo fuerte que era, que sus rayos de luz provenían de su interior traspasando sus grietas.. ella era la más perfecta restauración del caos y la destrucción a la más bella resiliencia." - finalizó su lectura mirándolo con ojos cálidos y luminosos.
Henry la escuchó, sintiendo que cada línea era un puente que los unía más, creando una narrativa que iba más allá de lo que habían experimentado juntos.
-Eso ha estado maravilloso cariño, ¿es sobre ti ese escrito? - pregunto Henry curioso
Ella negó con la cabeza con una sonrisa en el rostro
-Es sobre Lexy - sonrió ella - a veces nos imponemos retos de escritura, escribir sobre tal persona, sobre tal lugar, las estaciones, colores, sueños, etc., son formas de expandir nuestra mente, vocabulario y formas de expresarnos - explicó Rouse maravillando a Henry
-Por Dios Rouse, eres magnífica, eres el brote de la flor más bella esperando por la primavera para deleitar los ojos de todos a su alrededor con sus bellos colores y aroma, una flor jamás vista por nadie... y que ahora este humilde servidor tiene el honor de conocer y complacer - Henry la arroyo con sus halagos y piropos haciendo sonrojar a Rouse.