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La Venganza De Alaia

La Venganza De Alaia

Status: En proceso
Genre:Venganza / Traiciones y engaños / Familias enemistadas / Secretos de la alta sociedad
Popularitas:3.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Heidy Pilicita Y.

En un ducado renacido de las cenizas, Finnian Seraphina se alza como el salvador, ajeno a la sombra que se cierne sobre él. La enigmática Lady Nayana irrumpe en su vida, una exitosa comerciante cuyo ingenio y belleza ocultan un fuego inextinguible: el de Alaia Elowen. Impulsada por la pérdida de su familia a manos de Finnian, Alaia se infiltra en su mundo, usando sus negocios y su intelecto para tejer una red de engaño, mientras Cataleya la celosa amante de Finnian, ve su posición amenazada y se consume en la ira, Finnian se siente extrañamente atraído por Nayana, ajeno a que cada palabra halagadora, cada gesto calculado es un paso más en la implacable "Venganza de Alaia". ¿Logrará su sed de justicia consumirlo todo, o el precio de la venganza será demasiado alto?

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Capítulo 10

Señorita - dijo Leopold, su voz baja -. ¿Ha ido todo como esperaba?

- Mejor de lo que esperaba, Leopold, la semilla ha sido plantada. Ahora, solo es cuestión de tiempo para que Finnian muerda el anzuelo. Cataleya se encargará de que la historia llegue a él con todo el dramatismo necesario.

- Logramos descubrir que esa mujer ha sido amante del Duque por años, si han estado tanto tiempo juntos a considerado que podría amar a Cataleya, si es así, no dudara en exigir que se disculpe con ella, o intentara destruir los negocios…

- Tal vez, pero no puede actuar de manera abierta, si lo hace confirmaría los rumores de que Cataleya es su amante, y no sería agradable que esa noticia llegue a los oídos de los nobles, hace un par de meses le juraba amor a mi hermana, todos dicen que se amaban y que él se encuentra devastado por su muerte, veamos como actuara ahora.

- Estaré atento a cualquier movimiento extraño.

- Te lo agradezco.

Cataleya llego molesta al Ducado, e interrumpió en el despacho de Finnian de manera abrupta, enseguida comenzó a llorar, esperando que Finnian la consolara, sucedió todo lo contrario.

- ¡Finnian! ¡No vas a creer lo que me ha pasado! ¡Me han humillado! ¡Me han agredido! – lograda decir Cataleya entre llanto.

Esperaba que Finnian la abrazara, que su furia se encendiera al verla tan angustiada, que prometiera venganza instantánea, Finnian levantó la vista de sus documentos, sus ojos oscuros clavándose en ella con una molestia evidente.

- Cataleya. ¿Qué significa esta interrupción? Esperaba que tuvieras más control sobre tus emociones - el reproche de Finnian la detuvo en seco, sus lágrimas se estancaron por un momento, reemplazadas por una punzada de sorpresa y resentimiento.

- ¡Pero Finnian! ¡Me han insultado! ¡Me han puesto la mano encima! ¡Una vulgar forastera, en mi propio ducado! ¡En tu ducado! Acaso no me has escuchado…

- ¿Una forastera? ¿Quién? ¿Y por qué una "mano derecha del Duque" se involucra en altercados callejeros? Explícate, y hazlo con sensatez, de lo contrario es mejor que no me molestes más.

Cataleya, sintiéndose aún más exasperada por la falta de empatía de Finnian, comenzó a relatar el incidente, su voz subiendo de volumen con cada detalle de la supuesta afrenta.

- ¡Es esa mujer de los negocios! ¡La dueña de 'El Hilo Dorado' y 'El Sabor Esmeralda'! Se hace llamar Lady Nayana. Fui a la tienda porque había escuchado que sus vestidos eran elegantes y muy bonitos, y cuando le exigí que me atendiera ¡se negó! ¡Y luego, cuando me identifiqué, se atrevió a decir que yo no tenía privilegios, que Liora era la única digna de un título, y que tú... que tú eras un despechado por haberme metido en tu cama! ¡Y cuando intenté abofetearla por su insolencia, me detuvo y me tiró al suelo! ¡A mí, Finnian!

Finnian escuchó, sus ojos entrecerrándose, la mención de Liora, y la audacia de alguien que se atrevía a desafiar a Cataleya con tal descaro, capturaron su atención, una mujer que no se inmutaba ante la autoridad de su amante, que osaba hablar de Liora con tal familiaridad y que incluso se atrevía a la confrontación física...

- ¿Lady Nayana, dices? Interesante, una forastera con tanto descaro y con un conocimiento tan... particular de mis asuntos personales. ¿Mencionó algo más? ¿Algún origen, alguna conexión? Algo que en realidad me sirva.

- Bueno, después de tal humillación no pensaras que le iba invitar a tomar el té. Te exijo que hagas justicia por mí. ¡No! ¡Solo su insolencia! ¡Debes castigarla, Finnian! ¡Debes hacerla pagar por esta humillación! ¡Por el honor de nuestro ducado!

Finnian se levantó lentamente, su mirada pensativa, ignoró la súplica de Cataleya por consuelo o castigo inmediato. La humillación de su amante era secundaria a la intriga que esa "Lady Nayana" había despertado, una mujer que se atrevía a desafiar, que conocía la historia de Liora y que no temía a Cataleya, eso era algo nuevo en su ducado recién "pacificado".

-  No te preocupes, Cataleya, nadie humilla a mis allegados impunemente, pero esta mujer... esta Lady Nayana... parece tener un espíritu inusual. Me aseguraré de conocerla personalmente y entonces, decidiremos qué tipo de "justicia" es la más adecuada para su atrevimiento, recuerda que estoy de luto por la muerte de mi amada esposa – dice con sarcasmo -, no puedo actuar de manera abrupta.

Cataleya sintió un escalofrío, la calma de Finnian era más aterradora que su ira. Y la forma en que había pronunciado "Lady Nayana" no era de simple curiosidad, sino de un interés calculador, ahora se cuestionaba si fue apropiado hablar con Finnian sobre aquella mujer, tal vez, ella podía haberse encargado sola de arreglar esta situación.

Había pasado una semana desde el altercado con Cataleya, y Nayana se encontraba ansiosa, ya que, desde entonces ni Cataleya, ni Finnian aparecieron para molestarla como ella deseaba, se estaba desesperando por la situación.

Se encontraba en "El Hilo Dorado", supervisando el corte de una nueva remesa de seda, sus manos se movían con destreza, pero su mente estaba lejos. Esperaba una reacción, una señal de que su provocación había surtido efecto. La humillación pública de Cataleya, las palabras hirientes sobre Liora, el desafío directo a su autoridad... todo estaba calculado para encender la furia de Finnian, pero nada.

Leopold, siempre discreto, notó su inquietud, se acercó a ella con una pila de informes de ventas.

- Lady Nayana, los números de 'El Sabor Esmeralda' han superado las expectativas de esta semana. El rumor de su cocina exótica se extiende por todo el ducado, incluso algunos cortesanos menores han enviado emisarios para reservar mesas.

- ¿Y del palacio, Leopold? ¿Alguna noticia? ¿Algún rumor inusual?

- No hay nada de qué preocuparse.

-¿Del Ducado, existe algo preocupante?

- Todo tranquilo, el Duque Finnian ha estado inmerso en sus asuntos, y la señorita Cataleya... no se le ha visto en público desde el incidente.

- Esto no puede seguir así, necesito pensar, iré al restaurante.

- Le diré a su sirvienta que la acompañe.

- Gracias.

Junto Anastasia, Nayana se dirigió al restaurante, iba tan inmersa en sus pensamientos, sus ojos estaban fijos en el suelo, la frustración la consumía que no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor.  Estaba a punto de cruzar el umbral de la entrada cuando Anastasia, con una rapidez sorprendente, la detuvo, la mano de la doncella se posó firmemente en su brazo, tirando de ella hacia atrás justo a tiempo. Nayana levantó la vista, desconcertada por la interrupción, y sus ojos se encontraron con la figura que bloqueaba la entrada.

El aire se le atascó en los pulmones. Allí estaba, Finnian Seraphina, de pie en la entrada de su restaurante, imponente y con una expresión que Nayana no pudo descifrar de inmediato. No había furia evidente en su rostro, sino una curiosidad calculada, casi una expectativa. Vestía ropas finas, y su presencia irradiaba una autoridad innegable. Detrás de él, un par de guardias ducales permanecían en silencio, confirmando que su visita no era casual.

 Sus ojos esmeraldas se encontraron con los oscuros de él, y por un instante, el mundo pareció detenerse. Finnian la observó con una intensidad que la hizo sentir expuesta, a pesar de su disfraz. Sus ojos recorrieron su rostro, deteniéndose en su cabello cobrizo y sus ojos verdes, buscando quizás un rastro de la mujer que Cataleya había descrito con tanta vehemencia.

- Duque Seraphina - dijo, su voz tranquila y firme, sin rastro de la ansiedad que la había consumido minutos antes -. Es un honor inesperado tenerlo en mi humilde establecimiento – hace una reverencia ante él.

- Lady Nayana. El honor es mío, he oído mucho sobre su "humilde establecimiento" y los negocios que ha levantado en tan poco tiempo. Mi.… mi compañera, Lady Cataleya, me ha hablado de usted - la mención de Cataleya hizo que un músculo apenas perceptible se tensara en la mandíbula de Nayana, pero su expresión permaneció impasible. La sonrisa de Finnian era una máscara tan perfecta como la suya.

- Me imagino que Lady Cataleya le habrá contado su versión de los hechos. Espero que no la haya aburrido con trivialidades.

- No, en absoluto, las "trivialidades" de Cataleya suelen ser bastante... interesantes. Y la descripción de su carácter, Lady Nayana, ha despertado mi curiosidad, se dice que posee un espíritu inusual, una audacia refrescante, no voy a mentirle, esos aspectos han captado mi atención.

- Me esfuerzo por ser... memorable, Duque. En un mundo donde la conformidad es la norma, a veces es necesario destacar - Finnian dio un paso más, acercándose a ella.

- Y parece que lo ha logrado. No solo por su... memorable encuentro con Cataleya, sino también por el éxito que ha traído a estas tierras. Mis administradores me han informado del florecimiento de "El Hilo Dorado" y "El Sabor Esmeralda". Es un logro considerable en un ducado que, hasta hace poco, muchos consideraban... problemático.

- Con la visión adecuada y el trabajo duro, Duque, cualquier tierra puede prosperar, solo se necesita la voluntad de ver más allá de las supersticiones y los fracasos pasados.

-  Una filosofía admirable. De hecho, es precisamente por esa prosperidad que he venido. Me gustaría... observar de cerca cómo ha logrado tal éxito. Quizás aprender de su... innovación.

- Sería un honor, Duque. Mi establecimiento está a su entera disposición. Espero que encuentre nuestra hospitalidad tan... satisfactoriacomo nuestros platos.

La tensión entre ellos era un hilo invisible, tirante y a punto de romperse. Finnian había venido a investigar, a dominar, pero Nayana, la sombra de Alaia Elowen, estaba lista para tejer su propia red, y el primer paso de su venganza se había dado en el umbral de su propio restaurante.

- Hay un problema, no hice una reservación, quizás no pueda ingresar al establecimiento.

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Limaesfra🍾🥂🌟
y va ebtrando de a poco. La venganza es pasito a pasito
odonoroc
uy qué buena historia espero más capitulos
Limaesfra🍾🥂🌟
prepárate Alaia se fuerte, aprende a defenderte de mente cuerpo. Preparate en defensa personal espada y toda clase de armss
Limaesfra🍾🥂🌟
muy interesante, vamos a una nueva aventura
Francireth Riera
Se ve interesante...
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