Cassandra Yohana, una chica de 17 años que aún usa el uniforme gris de secundaria, tiene el pasatiempo de saltarse clases y dormir durante las lecciones. Aun así, sus calificaciones siempre son excelentes, lo que la ha vuelto bastante arrogante.
"¿De qué sirve tener cerebro si no lo usas? De nada sirve ser un ratón de biblioteca si tu cabeza sigue siendo débil", decía Cassandra con su lengua afilada al ver a sus compañeras estudiosas.
Hasta que un día, su clase recibe a un nuevo profesor que pone su mundo patas arriba.
Arsenio Xalendra, un hombre maduro con un carisma imponente, cuya mirada fría y penetrante intimida a cualquiera.
Pero para Cassandra, Arsenio Xalendra no es más que un hombre cruel que vino a destruir su tranquilidad.
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Capítulo 4
Casandra estaba sentada al borde de la cancha de baloncesto cuando se sintió cansada de estar de pie. El calor del sol la hacía sentir acalorada.
Casandra se puso de pie y comenzó a caminar con la intención de ir a la cafetería. Pero se detuvo en seco cuando vio a Devan y su grupo caminando hacia ella.
Casandra puso los ojos en blanco. "¿Quieres ir a la cafetería?", Dijo Devan. "Te traje una bebida". Devan le tendió una botella de agua a Casandra.
Los amigos de Devan dejaron a Devan y optaron por practicar baloncesto.
Casandra miró la botella fría que Devan le había dado, su garganta se sentía seca como si estuviera en medio del desierto.
"Toma..." Devan se lo ofreció de nuevo porque Casandra aún no lo había aceptado.
"Gracias..." Casandra lo aceptó, porque también necesitaba beber.
"No te cansas de estar bajo el sol todos los días, cariño, tu piel se dañará con los rayos del sol". Devan pareció sonreír irónicamente.
Casandra ignoró las palabras de Devan. "Lo siento, solo necesito beber. No tus tonterías". Casandra dejó a Devan, que se sintió frustrado de nuevo.
"Mierda, te haces la difícil". Devan gruñó molesto. "Te voy a conseguir". Devan sonrió con suficiencia.
Mientras tanto, desde el pasillo, Casandra pudo ver al nuevo maestro, que ya le había dado una impresión desagradable, caminando frente a ella.
Al verlo, Casandra también podía decir que el maestro era un hombre perfecto en términos de apariencia facial y forma corporal. Pero para ella, todo eso era solo un camuflaje para su personalidad desagradable, lo que la hacía sentir molesta y odiosa.
"Tsk". Casandra resopló cuando se cruzaron, y Arsenio ignoró a su alumna, que según él no tenía modales, en cambio, Arsenio sonrió irónicamente.
Al llegar al aula, Casandra caminó tranquilamente hacia su asiento.
"¿Qué están haciendo todos? Parece una tumba". Casandra se sentó con indiferencia.
Blum
Greta dejó caer un libro grueso frente a Casandra.
"Esa loca de hot dog cree que somos robots". Dijo Greta, aparentemente molesta.
Cassandra miró a Greta con el ceño fruncido. "¿Por qué?".
"Tsk, la tarea se entrega pasado mañana, si no está terminada, prepárate para obtener una D". Greta estaba frustrada.
"Pensé que podíamos convencer a ese maestro con un guiño, pero resulta que es irritante". Dijo una de las alumnas que también estaba molesta.
Casandra solo asintió sin responder. "Tsk, es listo como un látigo". Dijeron de nuevo.
"Definitivamente, voy a pasar la noche en tu casa". Greta pareció feliz cuando se le ocurrió una brillante idea.
Mientras tanto, Casandra estaba demasiado perezosa para hacer los ejercicios que Arsenio les había asignado.
En la sala de profesores, Arsenio, o como se le llamaba a menudo, Arsen, estaba leyendo la biografía de una alumna que había llamado su atención.
"Así que ella es la mejor estudiante". Arsenio sonrió irónicamente. "Veamos, este año..." Arsenio pareció sonreír con suficiencia.
Arsenio Xalendra era un hombre maduro que se convirtió en maestro temporal en la escuela favorita de la ciudad. El hombre accedió a ser maestro porque quería dejar su huella en la escuela donde era presidente de la junta directiva.
Además de maestro, Arsen también tenía un nombre en esa escuela, era el director de la fundación desde hacía 5 años, por lo que a Arsen no le importaba. Era solo que nadie conocía el estado de Arsen.
Toc... toc... toc
"Adelante..." Arsenio vio a una alumna sonriendo mientras abría la puerta.
"Disculpe, profesor, solo quería preguntar sobre esto". La alumna pareció acercarse tranquilamente a Arsenio, que seguía sentado en su silla.
"¿Qué?". Arsenio miró a la alumna inexpresivamente, no solo eso. Arsenio vio que los dos botones superiores de la blusa de la chica estaban desabrochados a propósito.
"Esto, profesor, no lo entiendo". La alumna inclinó su cuerpo hacia adelante, mostrando lo que no entendía, haciendo que su pecho fuera ligeramente visible si Arsenio la miraba.
"Puedes preguntarles a tus amigos..."
¡Bang!
Casandra empujó la puerta con fuerza, provocando un fuerte ruido.
"¡Ups...! Lo siento. Parece que hay una pu* aquí". Casandra, con cara de inocencia, sonrió irónicamente a Celine.
Arsenio miró a Casandra con ojos penetrantes, mientras que la alumna, conocida como Celine, miró a Casandra furiosa, conteniendo su enfado.
"¿Sucede algo, Casandra?", preguntó Arsenio, lo que hizo que tanto Celine como Casandra rompieran el contacto visual.
"Parece que sabe mi nombre". Casandra sonrió burlonamente, sobre todo al ver la cara de enfado de Celine.
Arsenio miró a Casandra intensamente. "Tu tarea". Casandra le entregó su cuaderno de ejercicios a Arsenio.
"Tsk, buscona". Celine resopló al ver a Casandra entregar su tarea tan rápido. Y sintió que Casandra solo estaba tratando de llamar la atención.
"Pensé que eras muy meticuloso al elegir con quién jugar". Casandra le susurró a Arsenio con una sonrisa irónica. "Pero resulta que tú..." Casandra no terminó su frase, en cambio, miró a Celine mientras se tapaba la nariz y se marchaba.
"¡Chica loca, maldita sea...!!", maldijo Celine furiosa.
Mientras tanto, Arsenio sonrió irónicamente.
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