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Por El Corazón De Un Capo

Por El Corazón De Un Capo

Status: En proceso
Genre:Mafia / Equilibrio De Poder
Popularitas:74.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Yesenia Stefany Bello González

Ming ha amado a Valentina Jones, su mejor amiga, toda la vida, pero nunca se ha atrevido a decirle lo que siente. Cuando su madre, que está muriendo por un cáncer, le pide como último deseo que despose a Valentina, Ming pierde la cabeza. Esa locura temporal lo arroja a los brazos de Valentina, pero el miedo a decirle la verdad arruina todo.
Ahora su mejor amiga cree que la está usando y se niega a escuchar la verdad.
¿Podrá el destino unirlos o las dudas terminarán separándolos aún más?

NovelToon tiene autorización de Yesenia Stefany Bello González para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Destruida

Val

–Podríamos haber ido a una farmacia y comprar una prueba. Lo sabes, ¿verdad? –le pregunto mientras muerdo la uña de mi dedo pulgar, ansiosa por saber si estoy realmente embarazada o no.

–¿Y perdernos la primera sonrisa de nuestro bebé? No lo creo –devuelve mientras sigue leyendo uno de los cientos de folletos que hay esparcidos sobre la mesa de centro de vidrio en la sala de espera.

–Creo que tienes tus expectativas demasiados altas, Ming –trato de razonar con él–. Aunque esté embarazada, no veremos nada en la ecografía, solo un destello.

–Y será el destello más lindo de todos –devuelve con una sonrisa que me hace rechinar los dientes.

Más presión para mí, ¡Yupi!

Comienzo a rebotar mi pierna derecha, cosa que no hacía desde que era una niña.

Maldita sea, que nerviosa estoy.

Frente a mí hay una mujer embarazada, que me sonríe cuando se da cuenta que la estoy mirando. Le sonrío de vuelta, sintiendo que algo me destroza desde adentro hacia fuera.

–¿Primeriza? –pregunta la mujer.

Asiento. –¿Tan evidente es mi temor? –pregunto de vuelta y ella ríe.

–No te preocupes. Este es mi tercer bebé, y aún me siento nerviosa. Tantas cosas pueden salir mal.

–Nada saldrá mal con nuestro bebé –interrumpe Ming.

Trato de contagiarme con su serenidad y resolución positiva, pero fallo. Soy doctora y sé que muchas cosas pueden salir mal. El bebé puede estar mal implantado, si es que hay un bebé. Puedo tener un embarazo embrionario o un embarazo ectópico. Puedo tener un embarazo Molar o un Mortinato… Tantas cosas pueden salir mal. Ahora o después, incluso en el parto.

Mierda, quizá debí asegurarme de que el bebé esté bien antes de involucrar a Ming.

Miro su rostro y un dolor nuevo astilla mi corazón. Si no estoy embarazada o si pierdo a este bebé, Ming sufrirá.

–Cuando volvamos a casa tenemos que contarle a mi mamá –dice entusiasmado.

–¿Casa? –pregunto sin entender–. Tu casa querrás decir.

–Nuestra casa –contradice–. Tenemos muchas cosas que planificar –declara casi zumbando de anticipación–. La habitación del bebé, a qué colegio irá, qué nombre tendrá –enumera sin detenerse ni siquiera para coger aire–. Y tenemos que planificar la boda.

–¡¿Boda?! –pregunto poniéndome de pie.

Ming enloqueció.

–Señorita Jones.

Me giro cuando una voz suave me llama. Tomo mi cartera y camino hacia el box. Ming trota detrás de mí como un perrito entrenado.

La doctora me recibe con una cálida sonrisa.

–Embarazada –dice levantando una hoja con lo que creo es el resultado del examen que me hicieron cuando llegué a la Clínica–. Tres semanas –agrega y respiro algo más tranquila.

Al menos ahora existe la posibilidad de que este bebé sea de Ming y no de Milton.

La doctora comienza con el discurso de los cuidados que debo tener y me recomienda algunas vitaminas prenatales.

–Val es doctora, y es la mejor –interrumpe Ming.

–Mucho mejor –celebra la doctora con una enorme sonrisa–. Sabrás que cuidados tener. A la camilla –ordena y obedezco mientras todo mi cuerpo se enfría con cada minuto que pasa.

Seré madre.

Seré una madre y ni siquiera sé si he hecho un buen trabajo cuidando de mí misma.

–Quiero a mi mamá –susurro mientras lágrimas nublan mis ojos.

Siempre me ha dolido haber perdido a mis padres en ese horrible accidente. Pero creo que nunca me ha dolido tanto como ahora.

–Me tienes a mí –declara Ming tomando mi mano–. No pienso ir a ningún lado, hermosa.

Golpeo su hombro. –¿Ya no soy Val la apestosa? –le pregunto cuando recuerdo cómo me llamaba cuando éramos niños.

–Siempre he amado tu olor –devuelve con una sonrisa tirando de sus labios–. Siempre he amado cada pequeña parte de ti.

Pongo los ojos en blanco mientras la doctora sube mi blusa y me aplica el gel.

La ginecóloga prende la pantalla y me incorporo para poder ver mejor. Sonrío cuando puedo ver una pequeña luz resplandecer.

–Aquí está su bebé –dice la doctora.

Ming toma mi mano con más fuerza. –Ya se parece a ti –declara–. Es brillante igual a su madre.

Vuelvo a poner los ojos en blanco, pero me tranquilizo al ver que, por ahora, todo va bien con mi bebé.

Mi bebé.

Tengo que repetirlo, porque me es difícil creer que en treinta y siete semanas más seré madre.

–El blastocito está bien implantado –me asegura la doctora.

–Lo sé –susurro y tengo que secar las lágrimas que siguen escapando de mis ojos–. Ya se puede ver el saco amniótico.

–Así es –devuelve.

–¿Eso qué quiere decir? –pregunta Ming sin despegar sus ojos de la pantalla.

–Va todo bien – le aseguro.

Ming me golpea con toda la fuerza de su sonrisa y tengo que incorporarme cuando mi corazón comienza a latir más de prisa.

No debo creer en sus sonrisas ni en sus palabras, no después de lo que hizo.

Recibo la imagen de la ecografía, que Ming se apresura en arrebatármela.

–Quiero enmarcarla –explica sin dejar de ver esa pequeñita luz dentro de un océano de oscuridad.

Mi pequeño blastocito.

Nos despedimos de la doctora y salimos de la consulta. Cuando estamos llegando al estacionamiento toma mi mano y entrecruza mis dedos con los suyos, como una pareja lo haría.

Me detengo en seco y recupero mi mano.

–Detente –le ordeno.

–¿Te sientes mal?

–No –siseo–. Deja de tratar de hacer de esto algo más.

Se rasca su cabeza y sonríe de lado. –Creo que no te sigo, hermosa.

–Y deja de llamarme así.

–Pero eres hermosa –devuelve mientras toma mi rostro en su mano–. Tan hermosa que es doloroso mirarte.

Me cruzo de brazos y me alejo un paso de su magnetismo.

–Te agradezco que no hayas enloquecido con la noticia de mi embarazo y me acompañes.

–No tienes que agradecerme. Es nuestro hijo.

–No lo sabemos. Tenemos que hacernos el examen de paternidad.

Se acerca y coloca sus manos detrás de mi espalda, pegándome por completo a su cuerpo.

–No lo haremos porque no tengo ninguna duda. Es nuestro hijo. Estaba destinado a pasar, Val. Ahora seremos nuestra propia familia, ¿no lo ves?

–Tú y yo no somos familia, Ming –digo retrocediendo un paso–. Entiendo por qué hiciste lo que hiciste, y en cierta forma me alegra, porque quizá gracias a eso Mei tendrá una alegría, pero no quiero que sigas mintiéndome. Somos amigos y nos queremos. No sigamos dañándonos el uno al otro.

–¿Dañándonos?

–No tienes que mentir.

Sonríe. –No estoy mintiendo. ¿Por qué lo haría? Te amo, hermosa, siempre te he amado. Quiero que seas mi esposa.

Cubro mi rostro y niego con mi cabeza. –No. Ya no es necesario, ¿no lo ves? Mei tendrá lo que quiere, no tenemos que casarnos.

–¡Claro que tenemos que casarnos! –gruñe.

–No, Ming. Ya no tienes que seguir mintiendo. Ya no es necesario –insisto golpeando el suelo con mi pie–. Mei estará feliz. No tienes que arruinar tu vida al lado de una mujer a la que no quieres.

Sonríe tensamente. –No crees que te amo, ¿verdad?

–Claro que no. Me utilizaste –le recuerdo–. Lo reconociste.

–No fue así –sisea tomando mi brazo con fuerza, pero se aleja de inmediato y luego pasa las manos por su rostro–. Fui un idiota, Val. Debería haberte dicho que quería casarme contigo porque te amaba, pero me acobardé.

–¡Deja de mentir! –le pido mientras enormes lágrimas corren por mis mejillas–. Solo deja de hacerlo –exijo antes de salir corriendo.

Odio sentirme así. Tan sensible que cualquier cosa pueda romperme, pero entiendo que es normal en mi etapa de embarazo. Lo que no entiendo es por qué Ming se empeña en lastimarme.

¿Es qué acaso no puede ver que su incapacidad para amarme me está destruyendo?

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Lisseth 👩🏽
Excelente
Maria Eugenia Romero Viñoles🤡
Me encantó este capitulo 🥰🥰 Mi GENTE BELLA FELIZ NAVIDAD 🎄 A TODOS
victor hernandez
la sorpresa es que son niña y niño y son de ming
Nilda Ovelar
Que lindo capitulo nos regaló la escritora por la Navidad!!!
Idalide Solano
que buena noticia ya no tendran mas el acoso de ese desgraciado
Dolores Hernández
gracias por el capítulo este Ming me encantó que el nada egoísta acepto como un echo que el bebé de el o no era su bebé sin importar de quién fuera si se Milton o de el por tan solo el echo de ser de Val el está encantado con asumir esa paternidad eso fue lo más bello que el podía hacer para demostrar su incondicional amor a Val pero ahora que el mismo a confirmado que los bebés son de el está que baila de felicidad en un solo pie 👣 jajajaja aunque yo aún desconfío de Milton algo va a hacer para hacer parecer que el bebé es de el para poder sacarle provecho pues ya es más que obvio que el lo que quiere es dinero 🤑 y si sigue así lo que va a conseguir es que Ming lo mandé al infierno sin boleto 🎫 este tiene un interés y va a dar problemas yo no creo que se rinda tan fácilmente pero bueno ahora que Ming sabe que esas cositas son sus bebés no dejará que Milton ni nadie se interponga entre el Val y sus bebés ahora solo falta saber dónde está Mauro que está pasando con su corazón ❤️ lastimado escritora Bello por favor nuevamente ago mi petición para Mauro el desamor lo está matando el necesita un amor aparte del de sus amigos por favor gracias escritora Bello éxito y bendiciones 👌👍🙏🍀💐🌺🥀🌹💖🤗🌻 un 🌎 de ellas
Dolores Hernández
compañeras lectoras feliz navidad 🎊🎄🎉😘 para todas y cada una de ustedes que gustan de esta historia de la escritora Bello les deseo un excelente y maravilloso día de noche buena y mañana navidad diviertanse disfrútenlo en una bonita y sana convivencia familiar lluvia ⛈️ de amor paz y felicidad para ustedes y sus familias felices fiestas bendiciones 🙏 feliz navidad 🎊🎄 🎉
Luzmery Atencia: feliz navidad 👍🙏
Yesenia Bello González: Que lo pases muy bien junto a tu familia!
total 2 replies
Dolores Hernández
escritora Bello feliz navidad 🎊🎄 para usted y su familia disfrútenla mucho felices fiestas en este maravilloso día que sea feliz en convivencia familiar feliz navidad 🎊🎄 bendiciones 🙏
Yesenia Bello González: Muchas gracias y que esta noche sea maravillosa para ti y tu familia ☺️☺️
total 1 replies
Isabel Balbuena
jajaja inténtalo a ver si puedes jajaja recuerda que val te conoce tanto tu como a ella jajaj
Isabel Balbuena
obvio que si Ming son tuyos jajaja por un momento creí que el que haría trampa sería el idiota de Milton al cambiar la paternidad de los bebés jajaja pero siempre vas un paso adelante Ming!!! me encanta
Gisella Peinado
ya necesitamos el siguiente capitulo querida autora, por favor queremos leer ya esa linda noticia.❤❤❤❤
Nairobis Cardozo Portillo
Obvio que eran tuyos que hermoso regalo serán dos princesas 😍😍😍😍
Soledad Biale Peralta
gracias aitora por este regalo!!! que pases unas Felices fiestas junto a tus afectos🥰👏👏👏
Mary Ney
Que emoción Milton seguro quería sacar provecho/Smile/
Rocio Veronica Azca Albornoz
me alegra mucho que Ming y Val formen su lindo hogar con dos bebés a bordo
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
weeee .más bien . donde pusiste el ojo pusiste la bala 😆😅😆
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
eres un desesperado
Alondra Gomez
era más que obvio Milton solo quiere fastidiar pero estoy segura que hasta el sabe perfectamente el resultado
Selena Rosales
Ay dios con el corazón en la boca😬
Espero que esto no cambie nada los resultados🥺😬
🌺 Diglass 🇵🇦🤗🌺
Ming ,porque andas de apurado
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