Cuando las sombras de un pasado oscuro y doloroso llegan nuevamente a la vida de Damián obligándolo a confrontar todo lo que quería olvidar.
Olivia regresa haciéndole reabrir cicatrices que lucho por sanar. ¿Que sucederá cuando ese pasado le reclamé venganza? ¡Descúbrelo! (+21)
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Cap 10. Destruiras tú vida.
Damián entro a la enorme casa con su ceño fruncido, la ira reflejada en su rostro, con ganas de matar y comer del muerto si era necesario. Todo su cuerpo dolía de la golpiza, pero no era mucho lo que pudieran hacer más que continuar con el plan.
Aceptaron las reglas que Oliver imponía para los que tomarán el trabajo estando de acuerdo y las habían desobedecido en más de una oportunidad.
Se paró en el medio de la gran sala.
Sus zapatos blancos llenos de barros los miro, él, era lo único que desencajaba en ese lugar tan pulcro. Algunos nacían con todas las oportunidades para ser feliz, pero aún así era más desdichado que haber nacido en la extrema pobreza.
Observo a Olivia, salir con una taza en la mano de lo que talvez fuera la cocina con una flanelilla blanca ajustada a su esbelta figura que dejaba al descubierto su abdomen plano. Enmarcando su delicado cuerpo unos leggins negro, su cabello rojizo suelto de una forma rebelde, sus pecas resaltando por sus pómulo y su respigada nariz.
Esos ojos verdes se encontraron de una manera nerviosa con su cara.
Su semblante frío se suavizó al hacer contactó con la mirada de Olivia.
Por su mente pasaron sus recuerdos de lo que pasó en la camioneta debajo del puente, sin dar crédito a lo que recordaba, si abia pasado.
Olivia bajo un poco su flanelilla dejando al descubierto el chupete situado en medio de sus senos.
En los labios de Damián se dibujó una pequeña sonrisa casi imperceptible, un brillo en sus ojos, sintió el calor recorrer por todo su cuerpo.
-¡Camina! Espero no te hallas robado algo porque te cortaré las manos.
Hablo Dylan empujando a Damián.
Su rostro volvió a ensombrecerse con la misma rabia del inicio.
Miro de reojo mientras subía las escaleras donde seguía Olivia, siguiéndolo con su mirada curiosa.
Dylan volvió a empujar a Damián está vez dentro la oficina de Oliver que estaba sentado en su escritorio.
-¡Bebé!
Ronroneo Ricky tratando de agarrar el rostro de Damián cuando entró en la oficina.
Damián rápido retrocedió golpeando su mano lejos de su cara.
-Uff bravito como me gusta para domarlos.
Hablo seductor Ricky en dirección a Damián que se mantuvo en guardia.
-Ya fue suficiente.
Hablo Oliver.
-Siéntate muchacho y ustedes dos ¡fuera!
Damián se mantuvo firme sin moverse, pero fue Dylan quien por tercera vez lo empujó.
-Obedece pordiosero.
Está vez Damián, se le abalanzó regresando él empujó.
-¡Fuera!
Siseó Oliver entre dientes.
-Muchacho, se que estás bravo con el mundo completo, pero créeme que lo que intento hacer es regalarle otra oportunidad y que deje ese maldito vicio que acabará con sus vidas.
Damián rio burlón
-Una oportunidad convirtiéndonos en tus sicarios.
-Bueno muchacho nada en esta vida es realmente gratis y no fueron obligados a tomar este trabajo.
-¿Nos matará luego de hacer tu trabajo sucio?
-Mira muchacho el trabajo de por sí solo es bastante peligroso, si salen con vida y victorioso me encargaré de darles una nueva oportunidad de vida. Estará en ustedes si continúa con ese vicio.
-¿Eres traficante?
Inquirió Damián.
-Asi es, muchacho, pero para mí gente no quiero ese vicio en su vida porque sé lo que es capaz de hacer ese maldito vicio.
-Eres muy hipócrita ¿No lo crees?
Oliver le regaló una sonrisa de suficiencia
-Todos lo somos, muchachos, pero el vicio, las drogas, eso es lo que tiene a mi familia casi hundida.
-Se quedarán estos días en mi casa espero se comporten. No, pienso arriesgarme que lo arruinen todo con su vicio.
Damián salió de la oficina y fue guiado por Ricky, a la que sería su habitación en el área de servicio de la casa grande.
-¿Puedo ir a comer algo? Pregunto Damián con ganas de poder ver a Olivia.
-Claro que si bizcochito, solo cuidado con lo que haces porque aunque el jefe sea muy bueno por las malas es muy malo.
-Necesito ropa de cambio.
- En el bizcochito rico, hay todo lo que puedas necesitar yo mismo me encargue de sus cosas.
Damián le lanzó una mirada fulminante dejando a Ricky, plantado en la habitación para irse a bañar...
Se alistó como si tratara de una competencia, se colocó un jean negro con una chemin gris y una chaqueta de cuero negra, con zapatos blancos.
Salió rápido en dirección a la cocina, se quedó parado en el umbral. Dónde miro a Olivia de espalda sentada.
-Niñas que son esos antojos tan locos, pero de cuando acá a usted le gusta el cambur y con pan.
-Y un poquito de leche condensada también mi Rosita, preciosa. Pidió Olivia, animada.
Rosa colocó sus ojos en blanco sin percatarse de la presencia de Damián.
-Hola
La piel de Olivia se erizó antes su voz.
Le sonrió a Damián
-Hola ¿Y tus amigos?
Damián frunció su ceño ante la pregunta de Olivia hundiéndose de hombro, su intensión no era de responderle.
-¿Niña segura que querrá cambur con pan?
-Si, mi Rosita, bella me provoco.
Damián hizo un gesto de asco.
-¿Y usted joven que quiere comer?
-Si tiene pan está bien eso.
-Hay lo que guste, joven y lo que no, se mandan a pedir.
-No se preocupe, no es necesario tanta molestia. Deme lo que tenga.
Rosita le dió la espalda concentrándose en preparar la cena
-¿Cómo te llamas?
-¡Olivia!
Ya no tenía sentido seguir negando su nombre más cuando estaba en su propia casa. Denny gritaría como guacharaca al enterarse de la noticia.
Rosa se acercó colocándole sandwich a Damián con jugo de parchita. Ambos comieron en silencio con la atenta mirada de uno sobre el otro.
-Sigueme.
Olivia ganó el descuido de Rosa, saliendo por la puerta de servicio hacia la parte trasera de la gran casa.
Damián llegó a su lado y enlazo su mano con la de ella, se dirigieron a los linderos de la casa, a un área sin seguridad donde podían estar sin ser visto.