La Edad Del Amor

Edward miraba con atención cada lugar del centro de investigación, cuando fue a Nueva York su idea era mejorar su especialización en el tratamiento de tumores malignos en el cerebro; para poder implementarlo en su país, y derivar solo los casos más complejos al extranjero.

El detalle era que mucho del patrimonio familiar había sido confiscado por el Estado, por los vínculos de su padre con negocios ilícitos y su propio patrimonio la utilizó para resarcir a las víctimas; lo propio hizo su hermana Eliana con el suyo. No obstante, ella aún conserva bastante del patrimonio que forjó con los años; sin embargo, no ha querido pedirle dinero, es algo complicado, teniendo en cuenta que es la esposa del hijo de Estrella.

El financiamiento vino de alguien, que años atrás, jamás hubiese considerado para recibir ayuda; Kevin Taylor, el hombre con quién alguna vez compartieron novia sin saberlo, y que después ha terminado casado con la mujer con quién el mismo estuvo a punto de casarse, precisamente para descubrir la verdad ante la injusta detención de Kevin.

- "Todos los papeles están en regla, solo necesitas firmar; y estarás a cargo de todo el proyecto", afirmó Kevin.

- "¿Cómo lograste conseguir todo esto en tan poco tiempo?", cuestionó Edward.

- "Mi esposa suele ser muy insistente, especialmente si esto es muy beneficioso para su hermano William, aunque debería decir para mi hermano William, que este vivo es un milagro, y te lo debemos a ti; y es más fácil, cuando mi primo es Tomás García York, la mano derecha del presidente electo Gabriel Larrea", respondió Kevin.

- "¿Hace años podrías haber creído que algún día seríamos socios?. Yo no, el camino de la vida puede ser muy curioso", comentó Edward.

- "Todo lo que ocurre a veces nos lleva a algo importante, y esto lo es. Vas a poder salvar muchas vidas Edward, y no te preocupes por los fondos, la Corporación Taylor se hará cargo de todo", expresó Kevin.

- "Debiste dejar el apellido Taylor en el nombre del proyecto, no debiste usar el Safra, hay mucha oscuridad detrás", manifestó Edward.

- "La mejor amiga de mi esposa, está casada con tu hermano, Bea dice que la única forma de cubrir la oscuridad es llenarla de luz. Así que si la corrupción se asocia a un Safra, que mejor que la esperanza lleve tu apellido. A pocas personas le confiaría la seguridad de mi familia, por increíble que parezca, tú eres una de esas personas. Así que, solo firma los papeles y acepta, este puede ser el mejor inicio de tu nueva vida", dijo Kevin.

La idea de una nueva vida era un concepto difícil de manejar, pero era lo que necesitaba para sentir que su existencia no era inútil y significaba que podía hacer algo significativo para las personas. Leyó con atención los documentos y luego firmó.

Ahora todas esas instalaciones médicas y de última generación eran su responsabilidad, por un momento sonrió, al menos eso lo iba a mantener muy ocupado, sabía que olvidar a Estrella sería muy difícil, pero ella había escogido a su hija, y no podía obligarla a cambiar de parecer.

Por otro lado, Camila está furiosa, creyó que convencer a su padre sería algo fácil, porque siempre había sido comprensivo con ella, pero ahora ante su majadero comportamiento, la actitud de su padre le resultaba intransigente.

- "Deja de gritar a tu madre, Camila. La decisión la he tomado yo, no creo que sea momento de que vayas a vivir conmigo. No aceptas ayuda psicológica, no quieres hablar de tus razones, porque no me vengas con el cuento de que porque un hombre no corresponde a tus sentimientos te vas a poner así, especialmente si ni novios han sido", manifestó Gustavo ya frustrado de la actitud de Camila.

- "Podríamos haberlo sido, si ella no se hubiese interpuesto, ella fue la que me lo quitó", dijo Camila, ya sin caretas.

- "Camila las cosas no son así", manifestó Estrella.

- "¿Qué tonterías dices?, ahora le levantas calumnias a tu madre", expresó Gustavo.

- "¿Son calumnias mamá?, ¿son calumnias?", inquirió Camila con rabia.

- "Camila ya basta, no voy a permitir que ofendas a tu madre. ¿Qué te pasa?, esto ya pasó los límites", dijo Gustavo.

- "Los límites los pasó ella, cuando se involucró con un hombre veinte años, acaso no te lo dijo", manifestó Camila.

- "Ya basta Camila, aun si así fuera, es asunto de tu madre, por la misma razón menos te tendrías que fijar en ese hombre, ningún hombre decente se metería con madre e hija a la vez; jamás permitiría que te involucres con alguien así", expresó Gustavo.

- "Papá, pero ella...", dijo Camila casi temblando de rabia.

- "Pero nada, no voy a permitir que arruines tu vida comportándote como una chica tonta, eres más que eso, y no voy a dejar que una obsesión arruine tu futuro, lo lamento Camila, pero no puedo secundar tus tonterías, tengo que ser tu padre aunque me odies. Y no hagas otra tontería, porque no voy a tener más remedio, que ir a juicio, limitar tus derechos e internarte en una institución mental", manifestó Gustavo con absoluta seriedad.

- "Gustavo", apenas pudo decir Estrella.

- "No pareces que seas la Estrella Portugal que conozco, sé que duele, pero tienes que pensar en lo mejor para ella. Hablamos luego", dijo Gustavo. "Recoge tus cosas Camila, y nos vamos al departamento de tu madre, y estoy hablando muy en serio, señorita, te esperamos afuera", añadió mirando a Camila.

Camila apretó los puños, pero sabía que su padre hablaba en serio, conocía esa mirada, y jamás se la había dado a ella, hasta ahora.

Estrella estaba apoyada en una columna, se suponía que eso debió haber hecho desde un inicio, pero con Camila siempre había sido demasiado blanda, había nacido prematura, y fue un casi milagro que sobreviviera, eso había causado en ella, una sensación enorme por protegerla demasiado, y al verla tirada en el piso de baño, con las muñecas sangrando, fue una impresión muy dura para ella.

- "¿Es cierto?, ¿el hombre de quien ella se enamoró es con quién tú salías?", preguntó Gustavo. "No te estoy juzgando Estrella, solo necesito saber".

- "Sí, pensé que podría saberlo, pero me fue más fácil negarlo", respondió Estrella.

- "¿Sigues con él?, en verdad no creó en ella...", dijo Gustavo.

- "No le dio pie a nada, te lo aseguro. Es un buen hombre, con quién nunca debí involucrarme y estar en esta situación. Lo que tuve se acabó, no podía dejar que continuara después de lo que pasó con mi hija", manifestó Estrella.

- "¿Por qué insiste tanto en irse conmigo?, Si está obsesionada con él, preferiría quedarse donde él vive", comentó Gustavo.

Estrella quedó mirando a Gustavo, como si le costara decirle la verdad, las relaciones familiares eran especialmente lo más difícil de asimilar.

- "Él regresó a su país, él es Edward", expresó Estrella con la poca fuerza que le quedaba.

- "¿Edward? ¿Edward qué?, (guardó un silencio luego de ver la expresión de Estrella) ¿Edward Safra, el hijo de mi esposa?", preguntó Gustavo.

- "Sí, lo siento no lo pensé, solo lo sentí. Por favor no se lo digas a nadie, menos a Alex, por favor", respondió Estrella casi como un susurro y una súplica.

Gustavo retrocedió, poniendo sus manos en la cabeza, como si las piezas del rompecabezas se hubiesen completado, y entendiera lo complejo de la situación.