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De La Luz A La Oscuridad

De La Luz A La Oscuridad

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Intrigante / Maltrato Emocional / Dominación
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Daniel__CL

Es un libro sobre un romance entre dos jovenes universitarios, Nyx Frost y Jasper Brooks. Nyx es fría y distante, mientras que Jasper es cariñoso y comprensivo. La historia se centra en cómo Jasper se involucra en el oscuro mundo de Nyx, afectando su relación con sus seres queridos y explorando temas de manipulación y relaciones tóxicas.

NovelToon tiene autorización de Daniel__CL para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 9: Atrapado

La luz dorada de la tarde se filtraba entre los árboles, alargando las sombras y creando un contraste entre la calidez exterior y el frío que sentía en mi interior. El aire estaba cargado con el olor fresco de la tierra húmeda por la tormenta pasada, pero todo me parecía distante, como si estuviera caminando en un sueño.

La cabaña quedaba atrás, como un espectro que ahora formaba parte de mis recuerdos, algo que, aunque reciente, ya se sentía lejano.

Mientras caminaba por el sendero que conducía de regreso al camino a casa, el mundo exterior parecía no haber cambiado, pero en mi interior se libraba una batalla. Había esperado que estar con Nyx me llenara de alguna manera, que nos uniera más allá de la simple atracción física, pero en lugar de eso, me sentía más perdido que nunca.

Mis pensamientos eran un torbellino de emociones confusas. Quería creer que lo que compartimos significaba algo para ella, pero al mismo tiempo, sabía que con Nyx nada era seguro. Su comportamiento, siempre tan impredecible, me dejaba en la incertidumbre. Había una chispa de esperanza, pero también una sombra de duda que se hacía más grande con cada paso que daba.

El sol seguía su descenso, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados. Las sombras se alargaban, y mi casa se acercaba cada vez más. Mis pies avanzaban automáticamente, pero mi mente estaba atrapada en lo que había dejado atrás.

Llegué a la calle principal, y desde allí, el camino hacia mi casa no era largo. No me sentía listo para enfrentar la rutina, pero tampoco podía quedarme en ese limbo indefinido. A pesar de todo, debía seguir adelante, aunque no tuviera claro cuál era el siguiente paso.

Cuando finalmente llegué a casa, el sol ya estaba casi oculto. La luz en el interior proyectaba sombras suaves a través de las cortinas, y todo parecía en calma. Tomé una respiración profunda antes de entrar, sabiendo que debía mantener la compostura.

Cuando llegué a la puerta de mi casa, el peso de todo lo que había sucedido comenzó a apretarme el pecho. Mis pies estaban pesados, pero sabía que tenía que entrar, enfrentar lo que me esperaba. La puerta estaba entreabierta, lo cual no era común. Empujé suavemente y entré, notando de inmediato las voces que provenían de la sala.

Al girar hacia la sala, me detuve en seco. Ahí estaba Zack, sentado en el sofá, hablando con mis padres. Sus expresiones eran serias, y Zack tenía una mirada de preocupación profunda que rara vez veía en él. Cuando me vio, se levantó rápidamente, como si acabara de recibir una sacudida eléctrica.

—¡Jasper! —exclamó, dando un paso hacia mí, pero sin acercarse del todo.

Mis padres se giraron también, y vi en sus rostros la misma preocupación que Zack reflejaba. El corazón me dio un vuelco. No estaba preparado para esto, no después de todo lo que había pasado esa tarde.

—¿Dónde has estado? —preguntó mi madre, su tono era suave, pero cargado de una ansiedad que no pudo ocultar.

Sentí un nudo en la garganta, incapaz de responder inmediatamente. No podía decirles la verdad, pero tampoco tenía una mentira convincente preparada. Zack parecía estar observándome con más intensidad de la que me gustaría, como si intentara descifrar qué estaba pasando en mi mente.

—Estaba… —empecé, pero las palabras se quedaron atrapadas. Finalmente, opté por una versión simplificada—. Estaba dando un paseo, necesitaba despejarme un poco.

Sabía que no era suficiente. El silencio en la habitación se volvió pesado, y podía sentir los ojos de todos sobre mí, esperando más explicaciones que no tenía.

—Zack nos llamó preocupado porque no volviste después de salir de su casa —dijo mi padre, cruzando los brazos y mirándome con un brillo de interrogación en los ojos—. Dijiste que solo ibas a dar una vuelta, pero han pasado horas, Jasper.

La culpa comenzó a hacerse presente, mezclada con la frustración de no poder decir la verdad. Zack seguía observándome, y podía notar que no se tragaba mi excusa. Era mi amigo, conocía mis patrones, y estaba claro que algo en mi comportamiento le decía que algo no estaba bien.

—Perdón, no pensé que se preocuparían tanto —dije finalmente, intentando mostrarme más tranquilo de lo que realmente estaba—. Solo… necesitaba tiempo para pensar.

Zack intercambió una mirada rápida con mis padres antes de volver su atención hacia mí.

—Hermano, si necesitas hablar, sabes que siempre estoy aquí para ti, ¿verdad? —dijo con un tono de voz más suave, intentando alcanzar algún punto en común conmigo.

Asentí, pero no pude sostener su mirada por mucho tiempo. Lo último que quería era preocupar a mis padres o a Zack, pero sentía que estaba atrapado en algo que no podía controlar. No podía sacarme de la cabeza a Nyx, ni lo que había hecho, ni lo que significaba todo eso.

—Lo sé, Zack —respondí, tratando de sonar sincero—. De verdad, gracias.

Mis padres parecían un poco más tranquilos, aunque aún había tensión en el aire. Sabía que no iba a poder sostener esto por mucho tiempo. Las mentiras, las evasivas, todo se estaba acumulando, y tarde o temprano, alguien descubriría la verdad. Pero por ahora, solo quería salir de esa conversación y esconderme en mi habitación.

—Estoy cansado, creo que voy a descansar un poco —dije, buscando una salida.

Mis padres intercambiaron una última mirada entre ellos antes de asentir.

—Está bien, Jasper. Pero por favor, la próxima vez, no te vayas así sin avisar —dijo mi madre, tratando de sonar comprensiva, aunque todavía preocupada.

Asentí de nuevo y subí las escaleras hacia mi cuarto. Cada paso se sentía más pesado que el anterior. Sabía que Zack probablemente querría hablar más tarde, y mis padres no iban a olvidar lo que había pasado tan fácilmente. Pero por ahora, solo quería un momento de paz, lejos de las preguntas y las miradas preocupadas.

El silencio se sentía pesado mientras subía las escaleras hacia mi habitación. Cada paso era una lucha por mantener la calma que sabía estaba a punto de romperse. Apenas cerré la puerta detrás de mí, sentí el torrente de ira acumulándose, golpeándome como una ola que no podía detener.

No pasaron ni dos minutos antes de que la puerta se abriera de golpe, y Zack entrara en mi habitación sin siquiera tocar. Su cara mostraba una mezcla de preocupación y desconcierto, pero no me importaba. Mi sangre hervía y todo lo que podía pensar era en lo que acababa de hacer.

—Jasper, ¿qué demonios está pasando contigo? —preguntó, cerrando la puerta detrás de él. Su voz era baja, pero cargada de tensión—. ¿Por qué te fuiste así? No me dijiste nada y luego te desapareces por horas…

—¿En serio, Zack? —Lo interrumpí, mi voz más aguda de lo que pretendía—. ¿Viniste a mi casa a hablar con mis padres? ¿Qué demonios te pasa? No tengo 5 años.

Zack frunció el ceño, sorprendido por la dureza en mi tono.

—Estaba preocupado por ti, hombre. No respondías a mis llamadas, y sabía que algo no estaba bien. ¿Qué se suponía que debía hacer? —replicó, alzando ligeramente las manos como si intentara calmarme.

Pero sus palabras solo hicieron que mi enojo se intensificara. El peso de todo lo que había pasado: mi encuentro con Nyx, los policías investigando la muerte de Luke, la presión de mantener las apariencias—todo estalló en ese momento.

—¡No tenías ningún derecho a hacer eso! —grité, dando un paso hacia él—. ¡No tenías por qué involucrar a mis padres en esto!

Zack me miró como si no pudiera creer lo que estaba escuchando, pero en lugar de retroceder, se plantó más firme en su lugar.

—¿Te estás escuchando a ti mismo? —dijo, su tono también empezando a elevarse—. ¡Eres tú el que está actuando como un loco! Desde hace semanas, has estado… diferente, distante. Y ahora esto… ¡Tenía que hacer algo!

Me pasé la mano por el cabello, frustrado y furioso. No podía soportar la idea de que Zack hubiera metido a mis padres en esto, que les hubiera dado una razón más para preocuparse por mí. Sentía como si mi vida estuviera desmoronándose y Zack acababa de darle el empujón final.

—No entiendes nada, Zack —dije con veneno en la voz—. No puedes simplemente aparecer aquí y meterte en mi vida como si supieras lo que está pasando. ¡Esto no tiene nada que ver contigo!

Zack se quedó en silencio por un momento, mirándome con una mezcla de tristeza y frustración.

—Soy tu amigo, Jasper. Claro que tiene que ver conmigo —replicó, su voz ahora más suave, pero aún cargada de intensidad—. No sé qué está pasando, pero sé que esto no es normal. Y si te estoy molestando es porque me importa, porque no quiero verte hundirte en lo que sea que estás metido.

Sus palabras golpearon con fuerza, pero no podía aceptarlas, no ahora. Estaba demasiado enojado para reconocer que, en el fondo, Zack solo estaba intentando ayudarme.

—Solo déjame en paz —dije finalmente, sin mirarlo—. Si realmente me consideras tu amigo, déjalo. Ya no necesito esto.

Zack no respondió inmediatamente. Pude sentir la decepción en el aire, casi palpable, y finalmente lo escuché suspirar.

—Está bien, Jasper. Si eso es lo que quieres —dijo con voz apagada, dándose la vuelta para salir de la habitación.

Lo observé irse, sin decir nada más. En cuanto la puerta se cerró tras él, me dejé caer en la cama, tratando de calmar la ira que aún bullía en mi interior. Había alejado a Zack, a mi único amigo verdadero, y sabía que lo había hecho sin razón, pero no podía detenerme. Estaba atrapado en esta espiral, y cada vez me hundía más.

Miré el techo, tratando de no pensar en lo que acababa de pasar, pero sabiendo que había roto algo entre nosotros que tal vez no podría repararse.

El silencio en mi habitación era casi insoportable después de que Zack se fue. Me quedé tumbado en la cama, con la mirada perdida en el techo, pero mi mente seguía girando en círculos, atrapada en la tormenta de emociones que no podía controlar. La culpa, la ira, y la desesperación se mezclaban en una maraña de pensamientos que no me dejaban en paz.

Sabía que había sido injusto con Zack. No merecía el ataque que le lancé, ni la frialdad con la que lo había alejado. Pero en ese momento, todo lo que podía pensar era en cómo había metido a mis padres en todo esto, y en cómo Nyx me había dejado completamente confundido.

Me levanté de la cama, incapaz de quedarme quieto. La habitación se sentía demasiado pequeña, demasiado opresiva. Necesitaba salir, hacer algo para despejar mi mente. Pero cuando miré por la ventana, el cielo estaba cubierto por gruesas nubes grises, presagio de una nueva tormenta que se avecinaba. El aire se sentía pesado y denso, y me recordaba la tensión que sentía en mi interior.

No podía quedarme en mi habitación todo el día, ni tampoco podía enfrentar a mis padres en ese estado. Así que, sin pensarlo demasiado, agarré mi chaqueta y me dirigí hacia la puerta. Sabía que no tenía un plan claro, solo quería alejarme de todo y de todos por un rato.

Bajé las escaleras en silencio, intentando evitar a mis padres. Afortunadamente, no parecía que estuvieran cerca. La casa estaba extrañamente tranquila, un contraste con el caos que sentía en mi interior. Cuando llegué a la puerta de entrada, me detuve por un momento, tomando una respiración profunda. Estaba al borde de un precipicio, y no sabía si debía dar el siguiente paso o retroceder.

Finalmente, decidí que necesitaba salir. Abrí la puerta y me encontré con el aire frío y húmedo del exterior. Las nubes seguían acumulándose en el cielo, y sentí las primeras gotas de lluvia caer sobre mi rostro mientras me alejaba de la casa. No tenía un destino claro, solo quería caminar, dejar que mis pensamientos se despejaran con el tiempo y la distancia.

Cada paso que daba me alejaba más de la seguridad de mi hogar, y de Zack, pero también me acercaba más a la incertidumbre que se avecinaba. Estaba en un punto de no retorno, y aunque no sabía hacia dónde me dirigía, lo único que podía hacer era seguir avanzando, esperando que en algún lugar del camino encontrara las respuestas que tanto necesitaba.

El frío de la noche me calaba hasta los huesos mientras me tumbaba en una banca del parque, intentando encontrar algo de paz en la oscuridad que me rodeaba. La lluvia había arreciado, empapándome, pero no me importaba. El agua parecía arrastrar con ella parte del peso que llevaba en el pecho, aunque solo fuera temporalmente.

El parque estaba vacío, salvo por el sonido ocasional de alguna rama crujiendo bajo el viento. Me cerré la chaqueta, intentando mantener un poco del calor que quedaba en mi cuerpo, aunque sabía que era inútil. Estaba exhausto, tanto física como mentalmente, pero no podía obligarme a regresar a casa.

El tiempo pasó lentamente, y con cada minuto que pasaba, mi mente volvía al mismo lugar: Luke. Sus ojos fríos, el cuerpo inerte, las preguntas que giraban en mi cabeza, y el miedo latente de que todo terminara saliendo a la luz. El recuerdo me acechaba; parecía más real en la quietud de la noche, más palpable en la soledad del parque.

De repente, unas luces rojas y azules comenzaron a parpadear en la distancia, haciéndose más brillantes y cercanas a medida que un auto de la policía se aproximaba. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda, aunque no fuera por el frío. Mi primer instinto fue levantarme e irme, pero estaba demasiado agotado para moverme. Además, ¿adónde iría a estas alturas?

El coche se detuvo a unos metros de la banca, y dos oficiales se bajaron, caminando hacia mí con cautela. Sus figuras se dibujaban nítidamente bajo las luces del parque, sus uniformes oscuros contrastando con las luces intermitentes de la patrulla.

—¿Está todo bien, chico? —preguntó uno de ellos mientras se acercaba. Su voz era firme, pero no agresiva, aunque claramente no esperaba una respuesta agradable.

Me forcé a levantarme ligeramente, apoyándome en un codo mientras los miraba. Sentí mi corazón acelerarse, aunque traté de no mostrarlo. No quería parecer más sospechoso de lo que ya debía parecer, un chico empapado y solitario en un parque a estas horas de la noche.

—Sí, estoy bien —respondí, aunque la falta de convicción en mi voz fue evidente incluso para mí. No podía culparlos si decidían no creerme.

El otro oficial, más alto y robusto, me examinó con una mirada penetrante. Había algo en sus ojos que me hacía sentirme observado, como si pudiera ver más allá de mi fachada.

—¿Tienes alguna identificación? —preguntó, sin dejar de observarme.

Tragué saliva y asentí, metiendo la mano en mi bolsillo para sacar mi billetera. Las manos me temblaban ligeramente mientras se la entregaba al oficial. No sabía si era por el frío o por los nervios.

El primer oficial tomó mi identificación y la revisó bajo la luz de una linterna. Su expresión cambió ligeramente cuando leyó mi nombre, y me miró con más atención.

—Jasper Brooks, ¿verdad? —dijo, más como una afirmación que una pregunta.

Asentí en silencio, sin apartar la vista de sus ojos. Sentí que el nudo en mi estómago se apretaba aún más. Sabía lo que vendría a continuación.

—Sabes que hemos estado buscando hablar contigo, Jasper —continuó el oficial—. En relación con el caso de Luke Keller.

El nombre cayó como un peso muerto en el aire, y sentí que toda la sangre se me helaba en las venas. Había intentado evitar este momento, pero estaba claro que no había escapatoria.

—Ya hablé con la policía antes —dije, intentando mantener la calma—. No sé qué más puedo decirles.

El segundo oficial dio un paso hacia adelante, cruzando los brazos.

—Tus respuestas no fueron del todo satisfactorias —dijo, su tono más serio—. Y ahora, estás aquí, solo, en medio de la noche, mojado hasta los huesos. No parece que estés en una buena situación, ¿cierto?

No pude evitar mirar hacia el suelo, evitando sus ojos. Sabía que todo lo que dijera podría ser usado en mi contra, y lo último que quería era darles más motivos para sospechar.

—Solo necesitaba un tiempo a solas —dije, sabiendo que sonaba débil—. No he hecho nada malo.

Los oficiales intercambiaron una mirada rápida entre ellos antes de que el primero volviera a hablar.

—Vamos a necesitar que vengas con nosotros, Jasper. Hay algunas preguntas que necesitamos aclarar contigo

La desesperación empezó a llenar mi pecho mientras me levantaba de la banca. Sabía que no podía huir, no ahora. Pero también sabía que cuanto más tiempo pasara con ellos, más probable era que algo se derrumbara, que la verdad, o algo peor, saliera a la luz.

Me dejé guiar hacia el coche patrulla, el ruido de la lluvia golpeando el suelo acompañando el silencio que ahora me rodeaba. Todo lo que podía hacer era esperar que, de alguna manera, lograra salir de esta situación antes de que todo se desmoronara por completo.

El viaje en la patrulla fue tranquilo, el sonido de la lluvia golpeando el parabrisas se convirtió en un suave murmullo que me relajaba. A medida que avanzábamos hacia la estación de policía, mis pensamientos volvían a Nyx y sus palabras.

"Siempre mantén la calma, Jasper," me había dicho en su tono sereno. "El miedo es una debilidad que ellos aprovecharán. Pero si muestras seguridad, tendrán que buscar en otro lado."

Me aferré a sus palabras mientras el coche se detenía frente a la estación. Cuando los oficiales me guiaron a la sala de interrogatorios, sentí que la calma me envolvía como un manto. La luz fluorescente parpadeaba ligeramente, pero en lugar de incomodarme, me recordó a la manera en que Nyx manejaba cada situación, con precisión y control.

Me senté en la silla metálica fría, consciente de cada movimiento, de cada respiración. Sabía que debía proyectar la misma serenidad que Nyx, la misma falta de miedo. Este era solo un juego, y yo tenía que jugarlo bien.

Poco después, el detective Harris entró en la sala. Tenía una mirada penetrante, su rostro marcado por la experiencia de muchos interrogatorios. No me intimidó; al contrario, me hizo sentir más enfocado. Él era solo otra pieza en este juego.

—Jasper Brooks —dijo, sentándose frente a mí, con un expediente en la mano—. Supongo que ya sabes por qué estás aquí.

Le dirigí una mirada tranquila, sin apuro, dejando que mi postura relajada hablara por mí. Asentí ligeramente, pero no dije nada. No era mi trabajo llenar el silencio, sino el de él.

Harris abrió el expediente y sacó una serie de fotografías. Las colocó frente a mí una por una. Las imágenes de Luke antes y después de su muerte estaban ahí, pero no dejé que me afectaran. Mantener el control era la clave, como Nyx me había enseñado.

—Queremos saber más sobre la última vez que viste a Luke Keller —dijo Harris, su tono buscando alguna fisura en mi calma—. Hay testigos que dicen que tuvieron una discusión poco antes de que desapareciera. ¿Qué puedes decirme sobre eso?

Me permití una ligera sonrisa, una que no llegaba a mis ojos. Recordé la pelea con Luke, los insultos que se intercambiaron. Pero ahora, esos detalles eran insignificantes.

—Eso ya me lo habían preguntado antes, y como esa vez le respondo lo mismo, fue solo una discusión tonta —dije, con una voz tranquila—. Nada fuera de lo común.

Harris no pareció impresionado. Empujó otra foto hacia mí, una imagen borrosa que parecía mostrarme cerca del lugar donde se encontró el cuerpo de Luke.

—¿Puedes explicar esto? —preguntó, su tono inquebrantable.

Volví a sonreír, esta vez más amplia. Sabía que esta era una trampa, una más de las muchas que intentaría tenderme. Pero estaba preparado, como Nyx me había preparado.

—¿Es enserio detective? Estoy muestra su incompetencia para buscar pistas, pero si quiere una respuesta más clara, no lo sé —respondí sin perder la calma—. Quizás fue alguien que se parecía a mí. No estaba ahí.

Harris me observó por un momento, y luego asintió ligeramente, como si esperara esa respuesta.

—Mira, Jasper —dijo finalmente—. Sabemos que algo sucedió entre tú y Luke. Y estamos cada vez más cerca de averiguar qué fue. Si cooperas ahora, podríamos ayudarte.

Me incliné ligeramente hacia adelante, apoyando los codos en la mesa. Mantuve mi tono suave, sin un rastro de miedo.

—Detective Harris, le he dicho lo que sé. Si quiere

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Kaidenn
Me encanta como escribes, me hace sentir parte de la historia. Espero poder seguir leyendo más de tus obras.
Daniel: Muchas gracias por el apoyo 🫂😊 me da gusto saber que en algun lugar del mundo hay alguien a quien le gusta mi manera de contar las historias.

Espero no defraudarte y seguir contando con tu apoyo 🫂
total 1 replies
Tsubasa Oozora
Interesante, porfi no tardes en actualizar
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