En el oscuro arte de la escritura, Ella dio vida a una novela donde la astucia de la villana desafiaba los límites de la imaginación. Sin embargo, está muere a causa de los protagonistas, la autora fue cruelmente criticada pues la historia no tenía mucho sentido. En "El último acto de la villana caida", descubre cómo la mente maestra lucha por redimirse en un mundo donde la realidad y la ficción se entrelazan, desafiando las expectativas y sumergiendo al lector en un juego de venganza y astucia. ¿Te atreves a explorar las páginas de esta historia donde la autora se convierte en su propia creación?
NovelToon tiene autorización de Amilkar para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Ese hombre podría ser mi padre
Isabella, leyó la carta, era de parte del rey de Li wei, al parecer quería saber la razón de visita de la hija de uno de los hombres más importantes de Astaroth, El duque Nolan Hart, era famoso por su gran potencial en la mafia de luz, era capaz de acabar y mantener a los monstruos fuera de el territorio de Astaroth.
Isabella se levantó temprano, se vistió con un vestido sencillo, pero elegante, era de color verde, casi toda su ropa era en negro y verde, rara vez utilizaba otros tonos, luego de vestirse salió, dejo a Duke cuidando de Flint, y se fue al palacio imperial.
Al llegar, se dirigió a la entrada, dónde los guardias le dejaron pasar y luego un grupo de soldados le dijeron que la debían guiar hasta el trono de su majestad, pues eran órdenes del emperador.
Isabella cruzó el umbral del majestuoso palacio escoltada por los imponentes soldados del Imperio Ling Cheng. El resonar de sus pasos marcaba el compás de su llegada, mientras el emperador Li Wey, un hombre apuesto con cabello negro y ojos rojos, la aguardaba en el suntuoso salón. era un hombre bastante mayor, pero en muy buena forma.
Isabella ingreso y realizo una perfecta reverencia, desde niña a pesar de estar en el norte, su padre se encargó de que recibiera la mejor educación, tal y como la épica lo dictaba, pero Isabella agrego unos cuantos detalles en su preparación.
Al lado del emperador Li wei, se encontraba un joven, con cabello negro y ojos rojos igual que el emperador, Isabella supuso que sería uno de los tantos príncipes de ese imperio, para nadie era un secreto que el emperador Li wei, era un hombre mujeriego, por todos lados se decía que tomo tantas concubinas como pudo.
— "Bienvenida, Isabella. Es un honor recibir a la hija de uno de los duques más destacados del país vecino. Vuestra presencia ilumina mi palacio." — Le menciona el emperador.
Isabella, con elegancia, y con una cara que denotaba seriedad se dirigió al emperador
— "Gracias, emperador Li Wey. Estoy honrada de estar aquí." —
Los ojos rojos del Hombre que se mantenía en completo silencio, se encontraron con los verdes de Isabella, creando un vínculo instantáneo que no podía pasar desapercibido, Isabella pudo sentir cierta tensión en el ambiente, era obvio que había llamado la atención de ese chico.
Isabella pensó, que quizás no sería tan malo distraerse un poco con ese principito, pues a su ver no se veía tan mal, además, desde que llegó a ese mundo, no había tenido nada de diversión, en su anterior vida, no era una monja, más bien era todo lo contrario.
Emperador Li Wey, con una sonrisa, interrumpió los pensamientos de Isabella
— "Vuestra belleza rivaliza con la de las flores más exquisitas de mi jardín imperial. ¿Qué os trae a nuestro reino, además de vuestra gracia y encanto?" —
Era obvio que ese emperador estaba coqueteando con ella, Isabella no pudo evitar sentir asco, ese hombre de verdad era un depredador, ella solo tenía diecisiete, mientras que el debía tener unos sesenta, si no eran más.
Isabella, con una mirada completamente neutra le contesto.
— "He venido solo de paseo, decidí disfrutar un poco antes de volver al ducado con mi padre, y escuché que en su imperio, habían muy buenos objetos que adquirir, las telas y joyas son exquisitas.
Isabella invento una excusa creíble, ningún hombre dudaría de eso, pues es lo que las damas acostumbran a hacer cuando salen.
Sin embargo, el príncipe la quedo mirando intrigado y se pregunto cómo era capaz de mentir con tal naturalidad, le pareció fascinante, si cuando la vio por primera ves le pareció llamativa, en este momento le parece mucho más.
El emperador, intrigado, y confiado de que lo que Isabella le contó le dijo
— Me alegro, de que le hayan gustado nuestra mercancía, la verdad la calidad de nuestros productos son muy buenos, ¿Cuánto tiempo más estará en nuestras tierras?
— Oh, partire mañana de regreso, mi padre me necesita en el ducado —
El emperador se sorprendió del pronto regreso de Isabella, mientras que el príncipe pudo notar el interés de su padre hacia la joven, su padre nunca cambiaría.
— Es una lastima que tenga que volver tan pronto, pero espero que nos vuelva a visitar. — Isabella solo asintió — ya que parte mañana quizás el sexto príncipe pueda acompañarla, ya que se dirigen al mismo sitio.
— Será un honor acompañarla, solo si la joven desea que así sea —
Isabella, sintió que la propuesta era más como una orden, eso le molestó, pero no quería problemas así que acepto la compañía del dichoso príncipe.
Luego Isabella se retiró, cuando iba por uno de los pasillos, el príncipe la llamo.
— ¿Que desea sexto príncipe?
— Necesito hablar contigo, pero aquí no... Dime dónde te estás quedando, está noche pasaré, necesitamos hablar antes de partir a Astaroth. —
— Bien, hablaremos, yo también quiero hacer una preguntas antes de ir con usted.
Isabella le dió el nombre del lugar donde se estaba quedando, luego de quedar en verse en la gira de la cena Isabella partió hacia la posada, cuando llegó se quitó los zapatos y se acostó boca arriba.
"¿Que querrá ese principito? Aunque bueno si está, joder este imperio es desconocido incluso para mí que fui quien escribió la novela, como todo era es Astaroth, no había necesidad de hablar de ling cheng, aunque ya no puedo hacer nada"
Isabella seguía pensando en lo que esa tarde había ocurrido,ese príncipe tenía una mirada seductora, pero al mismo tiempo amenazadora, era como si deseara comérsela en ese momento. Pero lo que más impacto a Isabella fue el hecho de que el emperador que es más viejo que su padre, le estuviera coqueteando.
" Jamás, estaría con semejante viejo, antes lo mató y me quedo con todo su imperio, debería hacerlo, así no tendría que volver a Astaroth y salvaría mi vida, pero no, no quiero una responsabilidad tan grande"
Isabella sabía que ser emperatriz no era un trabajo fácil, pues debía encargarse de tantas cosas, que estaría segura de que moriría de estrés, sin embargo cuando en su mente se visualizo la mirada sicópata del príncipe, sonrió.
" Con ese si que pasaría una noche, se ven tan malvado. Por dios... Soy una pecadora".