Amor en Éxtasis

Rogelio. – Buenos días disculpa la tardanza Jessica… ¿otra vez bebiendo tan temprano Martha…?

Martha. – ¡Por Dios Rogelio de a cuando acá te preocupas por que este bebiendo…!

Rogelio. –¡Disculpa el comportamiento de mi esposa, como veras esta algo tomada...!

Jessica. – Por mí ni te preocupes, pero tienes que controlar su manera de beber, aquí están los documentos que debes de firmar para tu registro, los contrincantes van a destrozarnos si se enteran de quien es en realidad Martha Santos….

Martha. – ¡Conmigo no tienen que fingir! ¡ya sé que son amantes, por mi puedes quedártelo, quédate con todo a mí solo déjenme en paz…!

Rogelio. – ¡Por favor cálmate! Jessica deja ahí los documentos me encargo de firmarlos, te los llevo al partido, quieres dejarme solo con mi esposa por favor…

Jessica. – Perfecto querido, te veo en el partido dentro de dos horas, ¡hasta pronto querida…!

Martha. – ¡Largarte de mi casa, desgraciada, y tú no vuelvas a traer a esa perra en celo por que no respondo…!

Rogelio. – ¡Basta! ¿qué carajos te pasa?

Martha. – ¡No seas ingenuo, sabes perfectamente que me pasa estoy harta de esta vida a tu lado! ¡estoy harta de despertar todas las mañanas a tu lado, ya no puedo más…!

Rogelio. – ¿Y crees que eres la única? ¿Crees que es fácil aguantarte todos los días, aguantar tu manera de beber…?

Martha. – ¡Fue mi único escape, la única manera que encontré para evadir mi realidad…! ¡evadir tu desamor, tus traiciones con todas esas mujerzuelas, de soportar que ya no me tocaras, evadir que dejaras de verme como a una mujer…!

Rogelio. – ¡Me das asco Martha, mírate en lo que te has convertido en una mujer vieja acabada y gorda! ¿A qué hombre puedes inspirarle algo…? ¡ni intentes ponerme una mano encima por que no sabes de lo que soy capaz…!

Martha. – ¡Desgraciado poco hombre! Si tanto asco te doy ¿por qué no me dejas libre, porque no dejas de hacerme daño…?

Rogelio. – ¡Pudiste largarte y no lo hiciste, ahora no me conviene un escándalo! y deja de hacerte la víctima, a quien tratas de engañar, tu sabes perfectamente que fue lo que nos unió, todo menos amor, viste en mí una mina de oro, yo tenía el suficiente dinero para comprarte, eras la mujer más bella del Estado, eras la reina del pueblo la mujer más popular de ese entonces…

Martha. – ¡Eso tu dinero era lo único bueno en ti, y mis hijos fueron lo único bueno que mediste, siempre supe que eras un patán, un desgraciado como persona, que por muy atractivo que fueras por mucho dinero que tuvieras, nunca ibas a dejar de ser una basura…

Rogelio. – Dicen que la basura atrae basura Martha, claro la diferencia hoy en día es que mi dinero se ha incrementado, en cambio tu belleza ve… tan solo es ya un recuerdo y que no se te olvide de donde te saque de la basura…

Martha. – ¡Cállate, cállate!

Rogelio. – O ya se te olvido que te encantaba, andar de mi brazo, de ser la envidia de todas por andar con un Sanmillán, a mi encantaba ser la envidia de todos por traer a la reina de mi brazo, la mujer más hermosa, la mujer que cambio el amor con tal de ser mi esposa…

Martha. – ¿De qué me estás hablando?

Rogelio. – ¿A caso crees que no supe del imbécil aquel? por el que suspirabas cada que te enviaba baratijas y aquel ramo de rosas blancas en uno de tus cumpleaños, aquel ramo que según tu padre te había regalado, de donde si no tenían ni para tragar, aquel tal Alejandro Rodríguez el mismo que te dio aquel dije en forma de corazón con su nombre y el de tu madre aquel que le disté a Cristina es una lástima que solo pudiera arrancarle la mitad…

Martha. – ¿Eres tu quien se lo arranco a Cristina? Qué más da si ese dije está incompleto, no importa porque aun así mi corazón siempre le ha pertenecido a él…

Rogelio. – ¡Que patética eres Martha! Jajaja de que te ha servido, si tienes toda la vida siendo infeliz, ¡si fuiste tú quien lo cambio por dinero, fuiste tú la que le rompió el corazón!

Martha. – El precio que he pagado ha sido muy alto, y no me canso ni me cansare de arrepentirme, que si pudiera volver el tiempo…

Rogelio. – Si pudieras volver el tiempo volverías hacer esa mujer altiva, arrogante, aquella mujer que creía que nadie la merecía, menos ese pobre infeliz, a ese pobre infeliz le volverías a destrozar el corazón… aunque déjame decirte ese pobre infeliz ya no es tan infeliz vive en Aguascalientes y le va bastante bien, solo una cosa deja de meterle ideas a Cristina ella está hecha a mi imagen y semejanza, jamás va hacer la mujer que ni tu pudiste ser.

El Primer Beso…

“Lo más jodido de robar un beso

no es la manera ni el momento de como

hacerlo, es el alto riesgo de terminar

completamente enamorado de esos labios”

Edwin Vergara.

Las clases de natación, como el correr todas las mañanas comenzaban a dar resultados, Fernando no solo había estado al pendiente de mi salud mental, sino también de mi salud física, aun me resistía a creer cuanto peso había perdido.

Parecía que cada cosa iba tomando su lugar, y efectivamente era momento en que el tiempo, o Dios, me habrían de poner en el lugar indicado aunque muchas de las veces las circunstancias no son fáciles de enfrentar, aun cuando esta vez sería diferente, claro que no estaba preparado, jamás estuve preparado, siempre Salí corriendo cual presa asustada buscando como escapar de su depredador, si bien todo este tiempo las aguas habían estado tranquilas estaba por enfrentar una tormenta, con la pequeña diferencia que esta vez no saldría huyendo.

Fernando. – ¿Entonces paso por ti a las 9pm?

Alejandro. - Esta bien, voy a pedirle permiso a mamá y sirve que estreno algo de ropa.

Fernando. – Lo que te hace falta urgentemente es un corte de pelo no sé por qué sigues insistiendo en traer el cabello de esa manera…

Alejandro. – Aun no es tiempo ya llegara el día que tenga qué cortarlo, pero ok espero por ti a las 9 pm…

No fue fácil convencer a mi madre de que me dejara ir a esa fiesta, sabia de sobra que Fernando no le causaba nada de confianza y no entendía porque, él representaba muchas cosas buenas en mi vida él había pulido aquel muchacho tímido e inseguro, el cual lloraba casi de la nada, si bien mi madre jamás me hizo algún comentario negativo de Fernando, pero no era necesario sabía que no él caía tan bien, pero tal vez al ver lo entusiasmado que estaba de ir a una fiesta me dejo ir.

Jamás había ido a una fiesta, había mucha gente, Fernando no solo me presento con el anfitrión si no con todo mundo, hombres y mujeres quienes realmente la pasaban bien, yo estaba algo nervioso, sobre todo cuando a mis manos llego una cerveza, claro jamás había tomado una pero claro los demás no debían saber que era un ñoño y menos que no sabía tomar, vaya mucho menos fumar y vaya que no fue fácil darle los primeros sorbos y mucho menos tratar de darle el golpe al cigarro, Fernando fue quien me enseñó a fumar.

No tarde en marearme, una sensación que jamás había sentido, me sentía como nunca en las nubes como si flotara, raro pero me sentía muy a gusto ni siquiera recuerdo el momento en que alguna amiga de Fernando me saco a bailar, la música era ruidosa de finales de los 90´s pero agradable, y si fue una sorpresa cuando vi a dos tipos besándose pero me encontraba tan mareado que a pesar de que nunca había visto semejante cosa, seguí bailando con aquella chica que ni siquiera recuerdo como era como se llamaba, la música bajo de intensidad era algo más relajado era la oportunidad para ir al baño…

Alejandro. – ¡Fernando, necesito ir al baño! ¿dónde está…?

Fernando. – ¿Cómo estás? ¡se ve que te estas divirtiendo…!

Alejandro. – ¡Si me siento a toda madre! jamás me había sentido así, aquí nadie me juzga, nadie me crítica y tus amigos son a todo dar… pero dime ¿dónde está el baño…?

Fernando. – En la planta de arriba, vamos te acompaño…

Alejandro. – Si porfa que me va arre ventar la vejiga…

No sé cómo fue que subimos aquellas escaleras, ambos estábamos demasiado ebrios, recorrimos el corredor hasta el final donde estaba el baño, fue un alivio cuando pude descargar toda la orina, cuando Salí del baño ahí me esperaba…

Fernando. – ¡Sabes me da gusto ver que te estas divirtiendo…!

Alejandro. – ¡Como enano la verdad, tienes que invitarme más seguido a fiestas…!

Fernando. – ¡Es una promesa, no tienes idea de todo lo que podría hacer por ti…!

Alejandro. – ¡Creo que lo sé y sabes yo te quiero un chingo, eres todo para mi…!

En ese justo instante supe lo que era que te robaran un beso, había soñado, imaginado como debería sentirse un beso, pero nunca imagine que sería de esa forma, mi primer beso, sería absurdo negar que no me gusto, absurdo negar que respondí con esa misma pasión a ese beso a los siguientes besos, las manos de Fernando me rodearon la cintura y me jalaron hacia él.

fue inevitable sentir como nuestros miembros se iban ere-ctando, nos metimos a la primer habitación con la que cruzamos, nos desabrochamos los cinturones al agrado de quedar solo en bóxer, para tumbarnos en la cama comenzó a besarme el cuello, comenzó abajar poco a poco mordisqueo mis te-tillas, me sentía en un éxtasis total con sensaciones que nunca había experimentado, con sensaciones que ninguna jala-da me habían hecho sentir, pude sentir como sus labios besaban mi ombligo como iban bajando poco a poco hasta detenerse en el elástico de mi bóxer, fueron sus dientes quienes lo bajaron, sentí como devoraba mi miembro, vaya, ¡claro que sentí, claro que me gusto lo que sentía! pero todo a cabo cuando él dijo “Te amo Alejandro” abrí los ojos de golpe lo aparte inmediatamente de mí, me subí el bóxer y comencé a buscar mi ropa, estaba ebrio pero sabía qué hacía, sabía que era lo que debía hacer.

Fernando. – ¿Qué pasa?

Alejandro. – ¡No me toques, por favor no te acerques…!

Fernando. – ¡Esto no tiene nada de malo, ven déjate llevar déjame quererte…!

Alejandro. - ¡Pu-ta madre que no te acerques, que no me toques!