Finjamos Amarnos

Durante el camino hacia su domicilio, Perla le explicó a su hija, que solo fingieron estar juntos para alejar a su exesposa. La joven estalló en carcajadas incontrolables, burlándose de ambos, contagiándolos con su risa.

La diversión se terminó cuando Emiliano estaciona el auto, frente a la casa de ambas

_ ¡esto va a ser divertido! Parece que tendrán que seguir “fingiendo” _ murmura Sofía dibujando comillas en el aire, al ver a su padre parado en la puerta esperándolas. Toma sus libros _ ¡adiós papi falso!_ menciona bajando del auto, los dos vuelven a reírse, en tanto la joven se dirige hacia su padre

_ ¡Parece que tu hija tiene razón!_ susurra Emiliano, mirándola, mientras Perla desabrocha su cinturón _ ¿quieres que baje y me quede?_ le pregunta observando a su exesposo. El choque de miradas entre los dos hombres se rompe cuando la rubia le entrega la pila de libros a su padre, y este entra detrás de su hija al interior de la casa.

_ No. Vete, ¡yo me encargo! Haberte visto traernos, ayudará a que crea mejor nuestra mentira.

_ Como órdenes. Nos veremos en la semana, ¡gracias por el favor!

_ de nada, de todos modos parece que estamos enredados, ya ves, me lo acabas de pagar _ ella baja de auto. Suspira un momento en la puerta, antes de entrar, cuando Emiliano se va.

_ entonces ¿van en serio? ¡Me dijo nuestra hija que hoy te presento a su familia!_ menciona Osvaldo apenas ella cierra la puerta.

_ ¡no necesito explicarte nada!_ responde colgando su cartera y las llaves

_ ¿dónde lo conociste?_ su ex no sabe que el hijo de Emiliano, es el niño que Sofía ayudo para terminar herida y considera innecesario que lo sepa.

_ ¡Gracias a ti!_ la mira confundido _ necesitaba un abogado por la demanda que me hiciste para quitarnos… Mejor dicho para recuperar esta casa, que resulta, nunca fue mía.

_ no sé dé que hablas _ ella sonríe

_ ya sé toda la verdad Osvaldo, ¡deja de fingir! Los papeles que me entregaste de esta casa, son falsos. ¡No te preocupes dejaré esta casa e iremos a vivir con Irene! _ lejos de arrepentirse él, enfurece.

_ ¡Pues sería una lástima que tu hermana y su familia también queden en la calle!

_ ¡no serias capaz!

_ ¡Pruébame! No importa lo que intentes, al final terminaras en mis brazos gimiendo mi nombre otra vez, ¡porque soy el único hombre en tu vida!

_ ¡fuiste el único! ¡Fuiste! ¡Ahora no siento nada por ti! Acabas de ver a mi pareja, así que te pido que me respetes _ Osvaldo se acerca y la acorrala contra la puerta, abraza su cintura aproximando sus labios.

_ ¡tu cuerpo sigue reaccionando a mi tacto como cuando éramos adolescentes! Tú nunca dejaste de amarme _ menciona antes de unir sus bocas en un beso apasionado, que ella corresponde con la misma intensidad, logrando que el rubio quede orgulloso de su poder. Sus cuerpos se encienden, sin embargo, la cordura vuelve a ella, recordándole no caer otra vez, cuando corta el beso. El hombre la mira con soberbia

_ ¡ves! Nunca me olvidaste _ retoma los besos por su cuello

_ ¡por supuesto nunca te olvide! Eres el padre de mi hija, siempre serás parte de mi vida, pero no como hombre _ responde, mientras él baja por su cuello y hace a un lado la tela liberando su hombro _ la próxima vez que me veas venir con mi pareja, primero déjame lavarme los dientes _ él detiene sus acciones para mirarla _ ¡dime! ¿Es rico el sabor a sem€n de mi novio?_ Osvaldo palidece y la suelta para correr al baño.

_ me parece que eso de la fingida se está volviendo costumbre _ murmura Sofía apareciendo con el uniforme puesto, una mochila y los cascos en la mano.

_ ¿hace cuanto…? ¿Qué escuchaste?

_ vi el beso y escuché lo del sem€n de tu novio falso…_ las dos se ríen al escucharlo vomitar. _ mamá, me tengo que ir a trabajar, pero si quieres me quedo hasta que se vaya…

_ no es necesario, hija, los problemas son conmigo, puedo manejarlo.

_ me voy. Te amo _ le tira un beso con su mano _ no te beso porque no quiero hacer contacto con mis hermanos fingidos, quizás los tengas en las mejillas _ su madre la mira con el ceño fruncido y ella solo se ríe

_ ¡yo también te amo! Besos a los mellizos _ su hija solo levanta la mano antes de irse a trabajar.

Perla prepara un café y se sienta. El hombre sale furioso del baño, en tanto ella, toma un sorbo de la bebida humeante y luego lo mira sentada junto a la mesa

_ ¿y Sofía?

_ ya se fue. Lo sabes, ¿o me vas a decir que no oíste su moto, arrancar?

_ ¿fue una mentira, no es así? ¡Tú nunca fuiste una mujer que haría eso cuando llevan menos de un mes saliendo!

_ ¡no soy la misma que antes!

_ ¡lo eres! ¡Sé que es mentira, tú solo me amas a mí! Te vigilé todo este tiempo y desde que nos separamos ¡no te acostaste con nadie!_ sus palabras alertan a Perla.

_ ¿Cómo que me vigilaste?_ Osvaldo se percata de su error.

_ solo para protegerlas mi amor _ se arrodilla frente a ella, gira su silla sorprendiéndola _ nuestra habitación secreta donde me bailabas y te sometías a mí sigue intacta _ murmura metiendo sus manos debajo de su falda

_ Mi amor _ responde, acunando su rostro y él sonrió feliz, continuando con el propósito de sus dedos _ me dejaste por hermosas mujeres llenas de juventud, que se arrojaron a tus pies por el dinero que lograste con el esfuerzo de ambos. ¿Por qué vienes a mí ahora? Se terminó la magia y se convirtieron en simples fotocopias, que no te aportaron nada. En tus noches de soledad mis recuerdos te torturan, porque nadie se compara conmigo, porque yo, además de sexo, te di amor, compañerismo y lealtad…

_ ¡sí! Lo acepto, ¡tienes razón! _ sus dedos llegan al comienzo de su falda _ ¡regresa conmigo y te prometo fidelidad eterna!_ Perla se ríe, retira las manos ajenas, que querían escabullirse debajo de su ropa interior

_ ¡lo prometiste una vez y no cumpliste! Todo lo que una vez te di a ti, ahora le pertenece a otro _ sus ojos verdes se empañan con lágrimas.

_ No. No. No. ¡Tú me amas! _ se levanta limpiando sus lágrimas _ ¡me voy! Piensa en lo que te dije _ se aleja _ si amas a tu hermana, te espero el jueves que se vence el plazo de desalojo, en nuestra casa, para volver a estar juntos como antes… ¡Tus bailes, tu cuerpo y tus besos solo me pertenecen a mí y no me importa que tenga que hacer te recuperaré!

Sale dando un portazo, mientras la mujer comienza a llorar, como no lo había hecho en años desde que se enteró de su engaño. Aún lo amaba, quizás podría darle una oportunidad… Se dijo a sí misma. Su conciencia volvió a recordarle que él no creyó en ella cuando le dijo lo que paso con su madre. La abandono en el momento más duro cuando más lo necesitaba. No vale la pena volver a lo mismo.