Mi Problema Eres Tú

Zhavia

Simplemente no entendí la reacción de Luca, me pareció muy dramático, totalmente sacado de onda. Y si pensó que con esas palabras me ofendía, estaba muy equivocado, por el contrario me dió harta risa. En mi vida peores cosas me han dicho, lo suyo apenas y fue una cosquilla. De todas formas, me pareció tan exagerado como el día que lo conocí. No sé porqué esa actitud tan remilgada. Cuando parece que por fin nos llevamos bien y estamos en zona de paz, sale con alguno de sus actos. Nada que deteste más que un hombre intenso.

Terminé de disfrutar la noche, no iba a permitir que el rey del drama la arruine. Tocaban las bandas de unos amigos, la pasé muy bien y luego volvimos a casa con Arturo. Él se dio cuenta que los chicos se habían ido y me preguntó la causa.

- La verdad? Ni idea, quizás no les gustó el lugar. Mucha actitud para ellos.- Arturo largo una risa burlona. Ellos no le caían mal, al menos no ahora. Pero de todas maneras las diferencias que existían entre nosotros eran muchas, notorias y amplias. Y aveces por más que queramos, simplemente no podemos soltar nuestros prejuicios. No soy idiota, ni ciega, Luca es un hombre muy apuesto, su acento italiano, su porte y su elegancia y ese cuerpo que se nota tiene horas y horas de entrenamiento, me dan a una ganas de imaginar cosas... pero somos muy diferentes. Y supongo que el debe pensar algo parecido.

A la mañana fui a surfear como siempre, serían los últimos días que estaría así, ya que debía conseguir trabajo, para pagar las cuentas y por mi libertad bajo palabra, entre otras cosas, es una de las cláusulas. No esperaba que vengan Luca y sus amigos, ya que lo había liberado de mí. Para mi ya estaba todo saldado, solo le dí esta especie de "trato" para molestarlo, sacarlo un poco de ese traje serio y de su vida de paquete y listas que organizan cada milisegundo del día. Para mi sorpresa acepto, podría haber agarrado el dinero y listo, pero quería molestarlo y en verdad, jamás hubiese aceptado el dinero por nada. Si hay algo que aprendí de andar de muy chica en la calle es que jamás aceptes dinero de un hombre! Siempre hay intenciones turbias detrás.

Para mi sorpresa llegaron Fabrizio y Bruno, ellos son muy buena onda, súper amables y divertidos, son más relajados que Luca. Surfeamos un rato, hablamos y comimos algunas frutas que había llevado.

- Lo siento por mi hermano ayer, a veces puede ser un viejo gruñón.- Me dijo Bruno algo apenado.

- No hay problema, supongo que no le gustó el lugar, está bien, al menos fueron un rato.

- Si, la pasamos bien estuvo bueno.- Dijo Bruno.

- Si la primera banda sonó muy bien, me hubiese gustado escuchar a la segunda, el nombre me pareció lo mejor.- Dijo Fabrizio entre risas.

Llegado el mediodía, los chicos tenían hambre y ya no querían solo fruta, me invitaron con ellos a su hotel y podríamos almorzar ahí. Hasta allí nos dirigimos. El lugar donde se hospedaban era tal y cual lo imaginé, un hotel cinco estrellas digno de hospedar a un presidente. Guardé mis prejuicios, sonreí y entre con ellos. Estaba en la habitación de Fabrizio esperando que este se cambie y busque algunas cosas cuando golpearon la puerta y abrí, era Luca.

- Qué haces aquí?.- Me dijo levantando una ceja.

- Espero a Fabrizio.

- Dónde está?.

- Se está cambiando.

- Por qué? Que hicieron? Vaya, tú si que no pierdes el tiempo.- Me dijo él con una risa burlona y en tono cínico.

- Oye, qué te pasa conmigo?. Cuál es tu problema? Qué te hice?.

- Perder el tiempo, eso me hiciste! Y no solo a mí, a Fabrizio y Bruno también. Vinimos por trabajo, no a jugar.

- Y? Yo no te obligó a nada, si lo dices por la playa y el surf, vas por que quieres.

- Sabes qué? Ya basta.. solo dile a Fabrizio que lo espero abajo.

- No le diré nada, no soy tu secretaria.

- Que mocosa eres, eres una insolente.

- Y? Creo que eso te encanta mas que disgustarte..- Me crucé de brazos y lo miré fijo a sus ojos.

- Eres increíble, estás aquí con mi amigo y no pierdes el tiempo de coquetearme.

- Coquetearte? A ti? Ni que estuviera pasando tanta hambre para tal cosa.- Su cara cambió a una de desagrado.

- Crees que eres mucho para mí? .. Tú? Niña, mírate a un espejo y luego mírame a mí.

- No soy yo la que se enoja por el coqueteo contigo o con otro.- Le dije con una sonrisa burlona.- Y te miro y eres un presumido remilgado, tú no me llenas ni un diente.

- Wow niña.. no juegues con fuego si no te quieres quemar.- Dijo y se acercó a mi, yo me quedé quieta en mi lugar y lo miré desafiante.

- Quemar? No creo ni que me hagas cosquillas.

- Me estás retando?.

- Tómelo como quiera.

- Me tratas de usted?.

- Usted me trata de niña, debería hacer lo mismo, después de todo tiene más edad que mi padre.- Él soltó una pequeña risa y mordió su labio algo disgustado.

- Si tengo la edad de tu padre es porque ellos no conocen algo que se llama control natal. No es normal ser padre a una edad tan joven, y bien claro está, mira el producto, lo que criaron.

- Es incluso usted más grande.

- A si? Mira, quizás deba encargarme de tu crianza, para hacerte más educada y no está mocosa mal hablada que eres.

- Me quiere terminar de criar?.- Le dije en tono seductor. Y él se ruborizo.

- Por qué hablas así? Qué buscas? Qué quieres?.

- Nada, solo saco charla.

- Así no se saca charla con un hombre, dudo que hablando así obtengas solo charlas.

- Quiere seguir y vemos hasta donde llega la conversación?.

- Niña.. no querrás. No soy de piedra pero contigo amor? No, me gustan mujeres de verdad, no niñas que andan de hormonales.

- En cambio a mi me encantan los hombres mayores.

- Basta!.- Y se acercó a mi a centímetros de mi rostro, miró mis ojos y luego bajo su vista a mis labios y volvió a mirar mis ojos.- Es un juego peligroso el que quieres, termina esto aquí. No busques algo con lo que no podrás preciosa.- Y su mirada seguía sostenida en la mía. Y en eso se escucharon pasos y era Fabrizio que se acercaba.

- Ey Luca, cómo estás? Estábamos por ir a almorzar algo, Bruno nos espera abajo, te nos unes?.

- No, no puedo, alguien tiene que trabajar aquí. Nos vemos luego.- Y salió de la habitación echándome una última mirada.

- Ya vengo!.- Le dije a Fabrizio y salí detrás de él. Él se dio vuelta y me vió.

- Qué haces aquí?.

- A que le temes? Me tienes miedo?.- Le dije tratando de buscar la respuesta con mis ojos en su rostro.

- Qué? Yo miedo de ti? Niña, yo me relaciono con mujeres de verdad.

- Entonces no tendrás miedo de invitarme a salir.

- Qué?.

- Si, una salida, a donde tú quieras. Pasa por mi hoy, a las 20.- Le dije y me regresé caminando tranquila a la habitación de Fabrizio. Luego de unos segundos en silencio él hablo.

- No sé dónde vives.- Lo escuché decir a Luca a lo lejos.

- Te dejo la dirección abajo, en la recepción.- Gire sobre mis talones y entre en la habitación. Una vez allí Fabrizio ya tenía sus borcegos puestos, estaba listo y nos fuimos a encontrar con Bruno. Solo entré a la habitación de Fabrizio por que quería ir al baño y debía dejar la tabla en algún lado, ni modo que la anduviera paseando por todo el hotel. Y luego él decidió cambiarse y así ya bajábamos de una vez los dos y veíamos a Bruno, nada más. Pero el destino quiso que me cruce a Luca y me encanta molestarlo, me divierte ver como se encabrona y piensa lo peor de mí. Sé que él pensó que me estaba follando a Fabrizio o algo por el estilo, lo que solo me dió risa, pero de tanto chiste termine sacando una cita. Al parecer hoy comeré gratis.