James Jones, J.J es un hombre guapo, orgulloso y sexy, hijo único de la famila más rica y poderosa de la ciudad. Acostumbrado a tenerlo todo al precio que sea.
Casandra Howell una joven sencilla, tímida, y solitaria, enamorada desde niña en secreto del joven Jones quien era diez años mayor que ella. Pero Casandra creció con problemas de autoestima debido a que de niña fue obesa, y su hermana mayor Monique en cambio si era una auténtica belleza.
El destino de Casandra pondrá su voluntad a prueba cuando, un día se despierta en la habitación de un hospital y le informan que fue drogada y abusada sexualmente.
Alguien le había robado su virginidad y su inocencia. Y ella no recordaba nada.
Cómo pudo ese encuentro de una noche cambiarlo todo?.
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Capitulo X
James se encontraba inmerso detrás de su escritorio con la cara metida entre el montón de carpetas y papeles que tenía esparcido por su gran escritorio de roble europeo. Cuando de pronto sonó el intercomunicador de su oficina, saliendo por este la voz femenina y profesional de su secretaria.
_ Señor Jones, la señorita Howell desea verlo.
Por un momento James levantó la mirada y el rostro se le endureció.
_ Cual de las señoritas Howell?_ respondió él áspero.
_ La señorita Monique Howell señor_ le respondió su secretaria.
_ Dígale que no estoy_ dijo él apretando el botón en tono burlón, sabiendo que Monique lo estaría escuchando directamente.
_ La señorita se niega a marcharse, dice que tiene información importante que a usted le interesa señor Jones_ le respondió la voz de la mujer.
James titubeó por un segundo, no le gustaba que jugarán con él, y menos que lo estuvieran involucrando en cotilleos de pueblo, tras una pausa le indico.
_ Hágala pasar.
_ Querido cuñado_ le dijo Monique en tono sarcástico, quien iba perfectamente arreglada.
_ Ve al grano Monique no tengo tiempo para perder. Que es eso que quieres decirme_ le dijo James en tono austero.
_ No seas grosero, y saluda a tu cuñada_ dijo la joven en tono meloso.
_ Déjate de tonterías y comienza hablar o te sales de mi oficina_ dijo él iracundo_ No soporto estar cerca de ninguno de los Howell.
_ Pero bien que estuviste cerca de mi quería hermanita_ se mofo está.
_ Casandra es solo asunto mío_ dijo él con los ojos encendidos.
_ No seas mal agradecido solo quiero ayudarte, para que te deshagas de ese absurdo compromiso del que te obliga tu padre y el mío_ dijo la chica en tono triunfante.
_ De que hablas Monique?_ dijo James con aparente curiosidad.
_ Pues toma es un regalo de mi parte_ le dijo Monique y le tendió un cuaderno que sacó de su cartera. Se trataba de un diario de color fucsia muy llamativo con flores de varios colores, y tenía una cinta negra a su alrededor con un lazo a medio hacer.
_ Que es esto?_ dijo él recibiéndolo.
_ Es el diario íntimo de mi hermanita, allí tienes las pruebas de lo obsesionada que estaba Casandra contigo, y lo que la llevo a enloquecer a tal grado de planear algo tan perverso como lo que te hizo_ le contesto la chica.
_ Y tú lealtad, no debería estar con tu hermana?_ le dijo James asqueado.
_ Mi lealtad está del lado de la verdad_ dijo Monique enfatizando cada palabra.
_ Si claro; y supongo que mi dinero, no tiene nada que ver con esa lealtad_ le lanzó James implacable.
_ Me ofendes cuñado, lo único que quiero es ayudarte_ le dijo ella en tono aterciopelado, y acercándose a él tambaleando las caderas seductoramente.
_ Aléjate de mi Monique_ le dijo James iracundo_ Te lo he dejado claro muchas veces, no me interesas como mujer, sencillamente no eres mi tipo.
_ Y la insípida de Casandra, si lo es?_ dijo la joven herida.
_ Eso no es asunto tuyo, ahora si no tienes nada más que decir, te ruego que te retires y no vuelvas a molestarme en mi trabajo, algunos si tenemos cosas que hacer_ le dijo James sarcástico.
_ Imbécil_ susurró Monique antes de que James la sacara de su despacho sujetándola por un brazo. Pero por alguna razón la joven tenía una enorme sonrisa en su rostro.
James se quedó mirando la puerta cerrada por donde acababa de expulsar a Monique, aún tenía el diario de Casandra entre sus manos, no sabía ahora que estarían planeando las Howell, pero no caería en sus juegos nuevamente, abrió la gaveta de su escritorio, y tiró el cuaderno adentro. Sin ni siquiera tener la intención de abrirlo. No le interesaba nada de lo que pudiera estar escrito en el diario de Casandra lo que le importaba ahora era encontrarla, por más que intentaba concentrase en el trabajo, no podía, se encontraba ansioso, no había tenido noticias aún de Herderson, los días pasaban y nada que la chica aparecía, no puede estar tan lejos, donde se estaría escondiendo, si no tenía a quién acudir. Sabía que Casandra era una joven solitaria y no tenía amigos, excepto la señora para la cual trabajaba en la tienda, pero el día que fue a preguntar por ella, se había quedado tan sorprendida que había sido evidente que se había ido sin despedirse, no se había llevado toda su ropa, y no tenía casi dinero, información que le había dado el señor Howell, cuando llegó preocupado a informarle que su hija había huido en el medio de la noche. Así que no podría estar muy lejos. Que haría una chica sola, fuera de su zona de confort, en un mundo capaz de devorarla en un abrir y cerrar de ojos, Casandra era astuta pero no estaba acostumbrada a estar lejos de su familia en algún momento la atacaría la nostalgia y saldría de su escondite. Entonces él daría con ella y comenzaría su verdadera pesadilla. No la dejaría en paz hasta que ella le suplicara perdón, hasta doblegarla, y saciar su cuerpo con el suyo, cuando se cansara de ella, la dejaría a un lado y por fin él podría continuar con su vida, y ese capricho que tenía por ella al fin se le quitaría y volvería su gloria cómo mujeriego. Desde que tuvo a Casandra entre sus brazos no le interesaba estar con ninguna otra mujer, solo la quería a ella, y eso le preocupaba más que cualquier otra cosa, tendría que averiguar de una vez por todas que era lo que le estaba pasando. Esa mujer no se merecía nada de él. Y se odiaba a si mismo por desearla tanto.