No soy como las demás a las que estás acostumbrado, me defenderé si intentas lastimarme. Mi nombre es Dairys
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Mía
Gustavo, no te imaginas de lo que me acabas de salvar.
- ¡No sé preocupe Srta Levi!- Dijo riéndose. - Ya había visto al señor Fuenmayor y estaba preparado para evitar que se le acercara.
- ¿Lo conoces? - Dijo Dairys sorprendida.
- Si claro, él y señor Raggi eran muy cercanos.
- ¿Sabes qué pasó entre ellos?
- Creo que lo mejor es que se lo pregunté al Sr Raggi señorita.
Dairys se frustró un poco al no obtener respuesta.
-¿Entonces también eres guardaespaldas? - bromeó Dairys.
- La verdad es que sí señorita, soy el guardaespaldas del Sr Raggi.
- Wow dije eso como una broma y resultó ser cierto. Pero espera un momento, ¿por qué no estás con él ahora?.
- El señor Raggi transfirió mis servicios a usted por está tarde. - Gustavo se llevó la mano a su cabeza en señal de saludo.
Llegaron a la mansión Raggi y ella esperó encontrarse con Leonel, pero aún no había llegado. Fue a su habitación, cambio su ropa por algo más cómodo, shorts y franelilla. Decidió pasear por los jardines, aún se encontraba nerviosa por todo lo que había pasado.
Se sentó en una de las sillas de la piscina, cuando alguien le tocó el hombro.
-No quise asustarte. - Le dijo Leonel, a Dairys le pareció ver una leve tristeza en su mirada
-¡Leonel hola! - Dairys se puso de pie. - Necesito preguntarte algo.
- Imagino que es sobre Daniel.
-Si, sobre eso y sobre la fiesta.
- Dairys mira, si lo conozco, antes éramos muy amigos. Prácticamente crecimos juntos, pero un día todo acabo. - Leonel presionaba su puño con fuerza.
-Ese día, en la montaña... ¿cómo supiste que estaba allí?
- Ya te lo dije, te vi tomar la dirección equivocada y decidí subir a ayudar.
- ¿Cómo supiste quién era yo?
-¡Basta! - Leonel estaba molesto y dió un golpe a la mesa. - ¿Eso qué importa ahora?
Dairys se molestó con su actitud así que le dió la espalda para marcharse. El maldijo en voz baja y la tomó del brazo.
- ¡No he terminado de hablar!
- Yo no quiero hablar contigo si vas a tener esa actitud, suéltame.
Ella comenzó a luchar por salir del agarre de Leonel, que ahora la tenía completamente pegada a su cuerpo.
-¿Por qué tenía que oler también? - pensó Dairys.
Ya estaban muy cerca del borde de la piscina, así que terminaron cayendo al agua.
Leonel la tomó nuevamente y la subió rápido para que respirara. Él notó que ella se aferró rápidamente a su cuello.
- ¡Leonel no sé nadar! - Estaba muy asustada.
Leonel la abrazó más fuerte, verla mojada, con esa franelilla que dejaba poco a la imaginación y asustada en sus brazos hizo que la deseara aún más. Sin que ella lo esperara la besó apasionadamente, demandando cada vez más de sus labios y de su lengua. Ella correspondía el beso aunque casi no podía llevarle el ritmo; la tenía, era sólo para él. La tomó por el cuello y la besó más profundamente. Luego bajo sus manos hasta su busto y los apretó con firmeza, ella dejó escapar un gemido. Al oírlo fue como si Leonel hubiese escuchado el cielo. Sacó su pecho de la franelilla y comenzó a succionar su pezón. Dairys gimió de nuevo, pero intentó detenerlo, sin embargo, el seguía, ahora con el otro pecho.
-Basta Leonel, no podemos hacer esto aquí, nos van a ver. - Logró decir con la voz ahogada.
Leonel se detuvo, no quería que sus empleados vieran a Dairys así, no quería que nunca más nadie que no fuera él viera su desnudez.
Dairys podía sentir su dureza entre sus piernas, estaba completamente excitada por Leonel.
Él acomodó su ropa y la subió por la cintura para que pudiera salir de la piscina. Luego salió El. Dairys estaba intentando tomar aire aún sentada en el suelo cuando sintió que Leonel la levantó y la subió a su hombro.
- ¡Leonel! ¿Qué haces? ¡bájame!.
Él caminaba y no decía nada, ya estaban dentro de la casa. Subieron las escaleras, aún con ella en su hombro y su mano colocada firmemente en sus glúteos. La llevó a su habitación y la dejó caer en la cama.
Se quitó la ropa mojada rápidamente y se mostró completamente desnudo ante ella. Dairys lo miraba incrédula. Era un hombre espectacular, pero no estaba bien que hicieran eso. Se levantó de la cama e intentó salir, pero Leonel de nuevo la tomó en sus brazos y la besó nuevamente. Tocaba sus glúteos, su espalda, luego tomó la franelilla y se la sacó por completo. Desabotonó sus shorts y se agachó para sacarlos junto con su ropa interior. Desde allí besó sus muslos y luego levemente su monte de Venus. Separó un poco sus piernas y paso su lengua suavemente, probando así su elixir.
Dairys gimió más fuerte mientras acariciaba su cabeza. El presionó más y más y paso su lengua por toda su intimidad, la besó y succionó hasta que Dairys no pudo evitar gritar de placer.
La llevó de nuevo a su cama, abrió sus piernas y entró en ella, era como si se completaran perfectamente. De nuevo tomó sus pechos y los succionó, eran una obra natural maravillosa y tan grandes que no entraban por completo en su boca. La embistió cada vez más fuerte, ella gritaba de placer sin parar, hasta que ambos alcanzaron el orgasmo.
Leonel tomó su rostro entre sus manos y le dijo:
- Aún quiero más...
literariamente bien lograda.
Felicitaciones a la autora!/Ok//Pray//Rose/