Por Mis Malditos Tacones

...BELÉN CLINT...

El médico finalmente me reveló el sexo de mí bebé y tengo sentimientos encontrados ya que es niña. Me da hasta pánico que se enamore de alguien como lo hice yo y que sufra, lo único que deseo es protegerla de todos los peligros que existan hasta que ella sea capaz de defenderse por si sola.

Pensé en honor a la señora Marta que tanto me ayudó ponerle su nombre a mi hija pero ella se negó ya que es algo anticuado y hoy no se usa ese nombre. Ella me dijo que le gustaría elegir el nombre de mí hija y yo acepté. Elegiría uno que comience con la letra M como ella.

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Ya estoy en el último mes de mí embarazo y falta poco para que Molly llegue a nuestras vidas, ese es el nombre elegido por la señora Marta y me parece muy bonito.

Mi vientre creció muchísimo así como todo lo demás pero no me molesta, creo que nunca fui más feliz como en este momento.

Finalmente la enfermera que siempre acompaña a mí doctor me dijo que ella mandaría alguien a cuidar a la señora Marta cuando llegue mí momento de dar a luz, ya que eso me preocupaba mucho y eso me deja más tranquila.

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Faltando una semana para mí fecha probable de parto fui al último control y no me sentía del todo bien. Tenía bastantes dolores a los que ya me había acostumbrado pero esta vez se extendían más y por más tiempo.

El doctor pudo notar que yo tenía contracciones bastante seguidas y ordenó que debía quedar internada para poder estar pendientes de mi. Creía que mi hija podía decidir nacer hoy mismo así que la enfermera mandó enseguida alguien con la señora Marta.

Fui llevada a la habitación donde me ayudaron a desvestirme y ponerme una bata de hospital que me hacía sentir desnuda, razón por la cual me cubrí con las sábanas.

El doctor vino muy seguido a verme y tuvo que hacer un examen manual que me puso demasiado nerviosa, yo no quería que él me tocara ni que nadie lo hiciera.

-Estás progresando muy bien, hoy nacerá la niña- eso me hizo sentir más tranquila aunque también más asustada

Lamentablemente dilaté cinco centímetros y eso fue todo. Mi proceso se frenó y el doctor me dijo lo que haría.

-Tengo que hacer una cesárea Belén, no puedo hacer sufrir más a las dos cuando ya no hay avances desde aquí- eso me dió mucho miedo pero entendía que era necesario

-Haga lo que tenga que hacer- le dije decidida

Vinieron dos enfermeras para ayudarme a levantar para quitar mi ropa interior ya que yo aún la conservaba puesta y después vino un hombre para explicarme lo referido a la anestesia que usaría, lo que sentiría.

Después ingresaron con una camilla y me ayudaron a subir para llevarme al quirófano. Cada luz en el pasillo me hacía cerrar los ojos, me mareaba viéndolas pasar rápido.

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En el quirófano miraba a todos los que estaban allí concentrados en sus tareas, no podía verles ni el rostro porque usaban un tapabocas y un uniforme que cubría cabello, cuerpo, guantes.

Me hicieron sentar y el hombre que me había hablado anteriormente me puso una inyección en la zona de mí columna que me dolió bastante y después sentí una electricidad en mis piernas. Me ayudaron a acostar cuando terminó y yo ya no podía mover mis piernas libremente, las sentía pesadas.

Pusieron después algo que me impedía mirar lo que hacían en la operación y después de sentir como tiraban de mi y algo de incomodidad escuché el llanto de Molly. No podía tocarla, no había forma de hacerlo porque tenía mis brazos atados pero aún así pude darle un beso antes de que se la llevaran.

Terminaron conmigo y me llevaron a la habitación donde ya había una pequeña cuna y estaba una enfermera con Molly en brazos.

Pude verla mejor, tenía la piel muy blanca y la enfermera me mostró un poquito de su cabello que era rojo como el mío. Ella era muy parecida a la foto que me mostraron en el orfanato de cuando llegué por no decir que era exactamente igual.

Me ayudó la mujer a ponerla en mi pecho porque no tenía nadie que pudiera ayudarme y se quedó conmigo unas pocas horas.

Me pusieron una faja para comprimir mi abdomen y sujetar la zona de mi cirugía y me ayudaron con cuidado a levantar. Jamás había sentido tanto dolor antes y era la primera vez que estaba en ésta situación.

La enfermera que estaba con la señora Marta me llamó y me dió con ella. Lloramos las dos al teléfono y quién estaba conmigo en ese momento le tomó una foto a Molly para enviársela y que la conociera.

El médico y la enfermera que estuvieron conmigo en cada control trajeron regalos para Molly y los agradecí profundamente. Venir a ésta ciudad me había hecho conocer buenas personas que me apoyaron cuando más sola y desamparada estaba, no se que habría hecho sin ellos en mi vida.

Recordé los días antes de salir del infierno y supe que de haberme quedado allí yo habría muerto pero aquí tuve esperanzas.

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NOTA DE AUTORA: chicas ya casi se conocen nuestros protagonistas, aún queda un poquito. Tenía que narrar antes lo referente al embarazo y aún pasarán unas cositas.

¿Cómo imaginan que se conozcan Xavier y Belén?