Con la muerte de su padre, Alecxis se convirtió en el nuevo duque a una edad temprana. A pesar de su juventud, demostró una madurez y una determinación que sorprendieron a muchos. Asumió sus nuevas responsabilidades con seriedad y dedicación, trabajando incansablemente para mantener el legado de su familia y servir a su comunidad.
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voces
La tormenta se cierne sobre nosotros como una bestia furiosa. El viento aúlla, agitando los árboles y levantando remolinos de polvo y hojas secas. Las primeras gotas de lluvia, frías y gruesas, comienzan a golpear nuestros caras. Valerius y Aelia intercambian miradas de preocupación.
"Debemos encontrar refugio", grita Valerius por encima del rugido del viento. "Si nos atrapa la tormenta a campo abierto, no sobreviviremos".
Miras a tu alrededor, buscando algún indicio de un lugar seguro. A lo lejos, entre la espesura del bosque, vislumbras una estructura que parece ser una cabaña abandonada.
"Allí", señalas con el dedo. "Creo que veo un refugio. ¡Vamos!"
Corren a través del campo, luchando contra el viento y la lluvia, hasta alcanzar la cabaña. La puerta está entreabierta, y el interior oscuro y silencioso. Valerius la empuja con cuidado, y entrán los tres.
El interior es pequeño y miserable. El techo gotea en varios lugares, y las paredes están cubiertas de musgo y humedad. Un hedor a madera podrida impregna el aire. Sin embargo, es mejor que estar a la intemperie.
"Al menos aquí estaremos a salvo de la lluvia", dice Aelia, tratando de ocultar su disgusto.
Valerius recoge algunas ramas secas que encuentra en un rincón y enciende una pequeña fogata en el centro de la cabaña. La llama vacilante ilumina tenuemente el espacio, revelando su estado ruinoso.
Mientras se calientan junto al fuego, Valerius comienza a contar historias de fantasmas y criaturas míticas que habitan en los bosques. Aelia, aunque asustada, se aferra a su brazo y escucha con atención.
De repente, un fuerte golpe resuena en la puerta. se sobresaltan y se miran con temor. Valerius toma un palo afilado y se prepara para defenderse.
"¿Quién anda ahí?", grita con voz temblorosa.
Un silencio sepulcral responde a su pregunta. El viento aúlla con más fuerza, y la lluvia golpea con furia el techo de la cabaña. El ambiente se vuelve tenso y opresivo.
Lentamente, te acercas a la puerta y la abres con cautela. Fuera, la tormenta continúa azotando con violencia. No ves a nadie.
"Debe haber sido el viento", dices, tratando de calmar los nervios.
Cierras la puerta y regresas al fuego. Pero la sensación de inquietud persiste. Sabes que algo no está bien. La tormenta parece haber despertado algo oscuro y siniestro en el bosque.
De repente, escuchas un susurro que proviene de la oscuridad. Una voz suave y melodiosa que te llama por tu nombre.
"Alecxis..."
Te giras bruscamente, buscando el origen de la voz. Valerius y Aelia te miran con confusión.
"¿Has oído eso?", preguntas.
"¿Oír qué?", responde Aelia. "No hemos oído nada".
Valerius niega con la cabeza. "Debes estar imaginando cosas, Alecxis. La tormenta te está afectando".
Pero sabes que no estás loco. Has oído la voz. Y sabes que no viene de este mundo.
La voz susurra de nuevo, esta vez más cerca, más fuerte.
"Alecxis...
la Máscara te llama..."
La sangre se te hiela en las venas. La mención de la Máscara de Xok'tar en este lugar remoto y en medio de la tormenta no puede ser una coincidencia. Valerius y Aelia, ajenos a la lucha interna que se libra en tu mente, se abrazan con fuerza, visiblemente asustados por tu repentino cambio de actitud. Ignoras su temor y te concentras en la voz, tratando de discernir su origen y su intención.
De repente, la fogata chispea y se extingue, sumiendo la cabaña en una oscuridad casi total. Un relámpago ilumina brevemente el interior, revelando sombras danzantes y distorsionadas en las paredes. En ese instante, ves una figura en la esquina más oscura de la cabaña. Una figura alta y delgada, envuelta en ropas raídas, con un rostro pálido y demacrado. Sus ojos brillan con una intensidad inquietante.
La figura levanta una mano huesuda y te señala con un dedo largo y torcido. ´La Máscara... debes traerla...´, susurra la figura con voz gutural. ´Ella te mostrará el camino... Ella te dará el poder...´
Sientes una fuerza invisible que te empuja hacia adelante, hacia la figura oscura. Tus pies se mueven involuntariamente, como si estuvieras bajo un hechizo. Valerius y Aelia gritan horrorizados, tratando de detenerte, pero no pueden. La figura se desvanece en la oscuridad, dejándote solo en medio de la cabaña.
La lluvia arrecia con más fuerza, y el viento aúlla como un lobo hambriento. El miedo te paraliza, pero también sientes una extraña fascinación por la Máscara y el poder que promete. Sabes que debes resistirte a la influencia de la figura oscura, pero la tentación es demasiado fuerte.
Decides que debes encontrar la Máscara de Xok'tar. No sabes por qué, ni cómo, pero sientes que es tu destino. Informas a Valerius y Aelia de tu decisión. Al principio, se muestran reacios a acompañarte, pero al final acceden, temerosos de dejarte solo en este lugar maldito.
A la mañana siguiente, la tormenta ha sesado, pero el cielo permanece cubierto de nubes grises. Salís de la cabaña y se adentrán en el bosque, siguiendo las indicaciones que te ha dado la figura oscura. El camino es difícil y peligroso. se enfrentán a terrenos accidentados, ríos caudalosos y animales salvajes. Pero la determinación es inquebrantable.
Después de varios días de viaje, llegán a una antigua ruina en lo alto de una colina. La ruina está cubierta de vegetación y en ruinas, pero aún se pueden ver los restos de una imponente estructura de piedra. Sientes que están cerca de la Máscara.
De repente, un grupo de guerreros nativos enmascarados los rodea. Sus rostros están pintados con diseños aterradores, y sus cuerpos cubiertos de tatuajes rituales. Empuñan lanzas y escudos, y los miran con odio y desconfianza.
El jefe de los guerreros, un hombre corpulento con una máscara de jaguar, avanza hacia nosotros. ´¿Qué hacés en nuestras tierras?´, pregunta con voz amenazante. ´Esta ruina es sagrada. Nadie puede entrar sin nuestro permiso´.
Les explicas que estás buscando la Máscara de Xok'tar, y que no tenés intención de profanar su santuario. El jefe de los guerreros se ríe con desprecio. ´La Máscara de Xok'tar es un mito. Una leyenda para asustar a los niños. No existe´.
Insistes en que la Máscara es real, y que debes encontrarla. El jefe de los guerreros se enfurece. ´ como se atreven a mentirme. Los castigaré por su osadía´.
Ordena a sus guerreros que los ataquen. La batalla es inevitable. Sabes que están en inferioridad numérica, pero no te rendirás sin luchar.