Introducción
En las paradisíacas playas de Bali, nace la aventura y el romance entre dos jóvenes que tienen el mundo a sus pies, donde la pasión y el deseo consumió a Argelia Soria y a Paolo Gabellotti, es así como da inicio su trágico romance. Que como siempre su único final feliz será el fruto de ese amor.
Paolo el jefe de la mafia siciliana descubre años después, que su amor por Argelia había trascendido a la vida eterna, pero a su vida llega una dulce personita a poner su mundo de cabeza.
“No puedo creerlo, Mi papá es, El Jefe de la mafia”. Paola Soria.
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Recuerdo de amor
Capítulo 8
⚠️En este capítulo, se tocarán temas sensibles sobre agresión psicológica y física. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️
Pasaron semanas después del rompimiento con Paolo, ella intentaba seguir con su vida pero era una verdadera tortura. Poco a poco se comenzó a sentir extraña, así que decidió ir al médico, pensaba que tal vez estaba desarrollando la enfermedad que acabó con la vida de su madre. Sus sospechas resultaron erróneas, Argelia en realidad estaba embarazada, tenía ocho semanas. El temor a la reacción de su padre se hacía presente, no entendía como un momento tan feliz en su vida se ensombrecía por el miedo que le tenía a su padre. Mas tarde estaban compartiendo sus alimentos en casa, cuando Aníbal notó extraña a su hija. Así que no dudo en preguntar que sucedía.
—¿Qué pasa hija?¿Que te dijo el médico?—
—No estoy enferma, no he desarrollado la enfermedad de mi madre.—después de una leve pausa agarró aire para enfrentarlo de una vez.—Papá, estoy embarazada.—Aníbal inmediatamente perdió el control.
—¡Que estás diciendo!.—azoto los cubiertos contra el plato, Argelia, Tayde y Leonora morían del miedo al ver su reacción.—Eres una maldita prostituta, voy a matarte.—la levantó de su silla y la abofeteó sin piedad. Argelia no dejaba de llorar.
—Papá suéltala que no escuchaste, está embarazada la vas a lastimar.—intentaba detenerlo Tayde
—¡Quítate!—Anibal empujó a Tayde fuertemente, ella golpeó su cabeza en el respaldo de la silla cayendo inconsciente al piso.—Eres una estúpida, eres la vergüenza de mi familia, has arruinado todos mis planes. Pero ese engendro que llevas en tu vientre no va a nacer, primero acabo contigo que permitir que nazca el hijo de ese delincuente.—el continuo jaloneándola.
—Suéltala Aníbal, es tu hija y tu nieto. Ya no les hagas daño.—suplicaba Leonora
—Ese engendro no es mi nieto, es la humillación más grande que he recibido en mi vida. Ahora lárgate de mi vista antes de que te asesine, con todo y tu bastardo.—Leonora y Asuncion la ama de llaves, trataban de ayudar tanto a Argelia como a Tayde.
—Como pudiste golpear a tu hija, eres un animal.—le reprochaba Leonora
—Lleven a Tayde a su habitación, llamaré a Gonzalo para que venga a revisarla. Maldita seas Paolo Gabellotti, arruinó la vida de mi hija. Pero algún día me las va a pagar todas juntas.—
—Ahora más que nunca Argelia debe buscar al padre de su bebé, esto es responsabilidad de ambos.—sugirióa Leonora.
Aníbal le lanzó una mirada realmente aterradora a su hermana, sin decir una palabra fue a buscar a Argelia a su habitación. Asuncion trataba de consolarla, de pronto entró Aníbal a la habitación.
—Déjanos a solas Asuncion, fuera de aquí!.—Argelia no quería que se fuera, era la primera vez que su padre la golpeaba y estaba aterrada.
—Eres una estúpida, tantos métodos que hay para prevenir un embarazo. Pero ni creas que vas a usar a tu bastardo de pretexto para estar de nuevo con ese delincuente, elige es el bebé o ese maldito.—Argelia sabía que su papá no se detendría ante nada para salirse con la suya, lo creía capaz de todo.
—Mi bebé.—
—De acuerdo, de ahora en adelante no saldrás de esta casa para nada. A todos les diré que estás muy enferma, nadie se va a enterar de tu vergüenza. No intentes buscarlo, suficiente tendré con mirar en mi casa a su hijo.—
—No es una vergüenza, es el único recuerdo de mi gran amor. Si tan solo me permitieras avisarle.—
—No vuelvas a decir tus estupideces, prefiero que ese bebé sea un bastardo a que lleve el apellido de ese criminal. Te voy a comprobar que ese infeliz ya te reemplazo por otra, así que espero que ese bastardo te sirva de consuelo. Por cierto desde hoy no te quiero cerca de tu hermana, no quiero tu influencia cerca de ella.—
Argelia lloraba sin sentir consuelo alguno, su padre le hacía sentir la peor mujer del mundo. Pensaba si era buena idea seguir bajo su yugo o buscar a Paolo, pero saberlo con vida y a salvo también le ayudaba a estar tranquila.
—¿puedo pasar?—preguntó Leonora
—Si tía.—
—Ya no llores mi amor, tu bebé es algo sagrado, fruto del amor. Juntas vamos a salir de esta situación, lo veremos crecer grande y fuerte.—
—Lo sé, pero no deja de dolerme todo lo que dijo mi padre sobre mi bebé y sobre mi. Me dolieron más las palabras que los golpes. A propósito, ¿cómo está mi hermana?—
—Tayde está bien, estaba consciente cuando sugirió Gonzalo llevarla al hospital para una tomografía. Descartar alguna fractura o algo más severo.—
—Fue muy valiente cuando trató de defenderme, mi padre me prohibió acercarme a ella.—
—Tayde no lo permitirá, ya sabes cómo es.—
Mientras Leonora le daba consuelo a su sobrina, Aníbal destruía todo en su despacho, odiaba profundamente a Paolo Gabellotti. Pero el mantener alejada a Argelia y a su bebé de él, era una venganza justa y necesaria según su creencia.
Semanas después, Paolo se esforzaba para que todo estuviera en orden. Al final del día tuvo que aceptar el matrimonio entre Raphael Carruso y su hermana, Enzo y Fabrizio eran sus grandes aliados. Se había enfocado en aprender todo sobre el mundo de la mafia, alianzas, amigos y enemigos, etc. no podía olvidar a Argelia.
—Jefe, llegó esta información para usted.—Paolo abrió el sobre sin esperar más.
—Como es posible que no tengan información sobre ella.—
—La última vez que obtuvimos información, fue el comunicado que hizo Aníbal Soria. Afirmando que estaba enferma, tal vez sea verdad, la madre de la señorita Argelia murió de una enfermedad muy agresiva.—
—No hables de eso, ella tiene que estar bien. ¿Crees que deba desistir de ella?—
—Como tu amigo, pienso que sería lo mejor. Ella no quiere estar contigo, eres joven y además las mujeres se te colocan de alfombra. Sigue adelante con tu vida, si ella quiere estar a tu lado te buscará.—
—En estos últimos meses, ni si quiera un mensaje me ha enviado. Creo que es claro el rechazo de su parte, jamás voy a volver a enamorarme de nadie. Fui tan idiota, pero nunca voy a volver a creer en una mujer.—
Paolo tenía esperanzas de volver con ella, las cuales había decidido desechar. No podía seguir viviendo así, esperando por alguien que no lo quería en su vida.