EN OTRO TIEMPO 2: El Regreso De Ana

Capítulo 9 — vientos del pasado

Al día siguiente, miércoles, habría una reunión muy importante en el edificio de Cabos verdes. Anastasia debía presentarse: conocería a sus nuevas ayudantes. Ahora ocupaba el puesto de Val, encargada de vestuario y maquillaje.

Ya estaba allí; su hermana había asistido para ayudarla a arrancar.

—No sé para qué me diste tu puesto si vos seguís viniendo —bromeó Ana.

—Si no, ¿quién te presentará a tus empleadas?

—Compañeras suena mejor.

—Pero mandás vos… Elegí a las dos mejores. Ahí vienen.

Se acercaban dos chicas más o menos de su edad. La morena, bajita y robusta; la pelirroja, alta, delgada y muy pálida.

—Ellas son Nadia y Marisol —las presentó Val. Ana las saludó con una sonrisa—. Ella será quien más las guíe, deben obedecer.

Ana la miró con una mueca: no le gustaba sonar prepotente.

—Yo imagino que nos vamos a llevar bien, chicas. Ahora vamos a hacer inventario de los cosméticos.

Las chicas asintieron.

—Las dejo trabajar tranquilas —dijo Val y se marchó como pudo.

Ahí se quedaron: Ana con una lista en un cuadernillo, mencionando productos mientras las chicas comprobaban que estuvieran completos.

Levantó la vista… y se quedó paralizada. Por la puerta entraba Lucas Charles, “el hombre más bueno que conoció”, como solía llamarlo, de la mano de una joven asiática.

Al verla, Lucas se detuvo en seco.

—¡No puedo creer lo que trajo el viento! —exclamó en inglés, acercándose.

Ana lo recibió con los brazos abiertos.

—¡Qué alegría poder verte, Lucas! —dijo radiante.

Lucas le rozó la mejilla con la mano.

—¡Mirá qué bonita estás!

—Para nada… ¿Qué ha pasado en estos años con tu vida?

Lucas soltó su rostro y miró hacia atrás. Tomó la mano de la joven que lo acompañaba.

—Ella es Susy, mi novia.

Ana sonrió cordialmente.

—¡Un placer! Soy Ana… ¡Es muy bonita!

—Lo sé —respondió Lucas sonriendo—. Es bióloga marina.

—Muy bien por vos —lo felicitó.

—¿Ana? ¿Esa Ana? —preguntó Susy—. Al fin te conozco… podré hablar contigo de ciencias.

—Bueno… lo mío es otro rubro, pero creo que sí. Igual no le creas nada de lo que diga de mí.

—Creo que debería saberlo, cariño —dijo Susy a su novio.

Ana frunció el ceño.

—Vamos a ser papás —anunció él.

Ana se cubrió la boca y comenzó a aplaudir.

—¡Qué alegría! ¡Felicidades! —tomó las manos de ambos.

—Ah, ¿ya te enteraste? No seré el único padre del grupo.—bromeó Ralf, apareciendo de pronto—. Susy, Val está en el cuarto de al lado.

La joven se dirigió hacia allí.

—Es hermosa de verdad —dijo Ana a Lucas.

—Estamos casi todos juntos otra vez…- comento Ralf.

—No, todos no —replicó Ana—. Por suerte el personaje de Peter no sobrevivió para la secuela.

—¡Ana! —rió Lucas.

Pero el ambiente se puso serio. Lucas miró a Ralf, luego a ella.

—¿Ya lo has visto?

Ana negó con la cabeza.

—Aún no llegó —intervino Ralf.

—¿Y cómo ha estado?

Lucas y Ralf intercambiaron miradas.

—Bueno, Ana… hay algo que debemos decirte, pero no sé cómo… —empezó Lucas.

—Chris se casará con Clare —soltó Ralf de golpe.

Lucas quedó tieso.

—Probablemente asi no sería como te lo hubiera dicho…

Ana bajó la mirada. La noticia le cayó como un balde de agua helada.

—Bueno… está bien, ¿no? —murmuró.

Pero en el fondo pensó: ¡Maldición! Ella había paralizado su vida por dos años y él continuó con la suya… y justo con Clare.

Un silencio incómodo se apoderó de todos.

—El nuevo coproductor tampoco llegó —dijo Ralf para cortar la tensión.

—Pero si vinimos juntos —replicó Lucas.

—¿Coproductor? —preguntó Ana.

Lucas miró hacia la puerta detrás de ella y señaló.

Ana se dio vuelta.

—¡No puedo creerlo! —exclamó.

Delante de ella estaba Ben. Creyó que nunca más volvería a verlo.

—¡Ben! —corrió a abrazarlo.

—¿Y esta sorpresa? —preguntó él riendo mientras la estrechaba.

—Yo debería decir lo mismo… —contestó Ana.

—Dejame verte… cortaste tu hermoso cabello, ¿por qué? —bromeó él.

Ana le tomó la mano y lo llevó hacia los otros dos.

—¿Desde cuándo eres productor?

—Desde que convivo con esta gente loca… —respondió.

—Esto es magnífico —dijo ella, apoyando la cabeza en su hombro.

—Si te lo decía no era sorpresa —sonrió Ralf—. Ven, que quiero hablarte de lo que propusiste. Me gustó.

Ralf y Ben se apartaron para conversar. Ana volvió junto a sus dos ayudantes, y Lucas se quedó cerca.

—¿Y con tu vida? ¿Qué ha pasado en estos años?

Ana dudó antes de contestar.

—No escribiste ni llamaste. Cuando le preguntábamos a Val por ti, solo decía: “Está bien”.

—No hay mucho para decir… creo.

El silencio volvió a instalarse. Lucas miró hacia la puerta.

—Ay… llegó Chris. Es más guapo en persona… —susurró una de las chicas.

Ana se tensó. ¿De verdad era Chris?

Lucas la observó un segundo, luego miró a la puerta.

—¡Chris! ¡Amigo! Al fin llegás.

—Es que el taxi se perdió.

Ana no quería darse vuelta. No estaba lista.

Ralf, al oír esto, también miró la puerta, luego a ella y cruzó el salón para recibirlo.

—¡Qué bueno que llegás! Así estamos los tres antes de presentarte a los demás actores.

El pulso de Ana se aceleró; lo sentía en la sien y en el cuello. Respiró hondo y giró lentamente.

Ahí estaba: Chris, abrazando a sus dos amigos.

La miró, claramente sorprendido, y bajó despacio sus gafas de sol.

No me puede ver afectada, pensó Ana, endureciendo la mirada.

Se miraron unos segundos, sin decir palabra.

—Bueno —intervino Ralf—, ¿por qué no pasamos a la otra sala para comenzar?

Tironeó a Chris para que avanzara, pero él no apartó la vista de Ana hasta cruzarla por completo.

Ana respiró. ¿Y ahora cómo iba a concentrarse en su trabajo?

Ana intentó retomar la lista con Nadia y Marisol, pero las palabras se le enredaban. Cada vez que escuchaba una carcajada al otro lado de la pared, sentía una punzada en el estómago. Pasaba las páginas sin leerlas, anotaba cantidades que no revisaba. Sus manos se movían, pero su mente estaba atrapada en el eco de aquella mirada, en la certeza de que, aunque habían pasado dos años, Chris seguía teniendo el poder de desordenarlo todo.