Triste Realidad

Después de revelarle a mi nieta, lo que pasó con su madre, le pregunto si quiere ir a despedirse de su abuela Constanza, la mujer que la crio hasta los siete años, y me dice que si, pero que no llegaría a tiempo, yo le digo que aliste todo que vamos saliendo y que llame al pueblo y avisé su llegada.

Media hora después estábamos en el avión privado rumbo a Borbor el pueblo que la acogió, llegamos ya la iban a sacar al cementerio, muchos pensaban que ella no llegaría, cuando entro a la iglesia donde la velaban todo el pueblo quedó en silencio, solo el llanto de mi niña se escuchaba por el lugar, el sacerdote fue el primero en abrazarla y darle el pésame, los ojos de la señora Constanza estaban entre abiertos, mi niña se los cerró y de ellos brotaron dos lágrimas, para la creencia popular de esa gente ella quería verla, la acompaño hasta su última morada, luego el hombre con quién quería hablar se le acercó y la abrazo y le entrego un sobre y un rosario ella los guardo en su bolso y me llamo para presentarme al capitán, ese era el hombre que me diría como encontraron la lancha a la deriva, pero lo que nunca me imaginé, que él la tenía guardada desde el mismo día en que la remolcaran asta la orilla, la tenía tapada guardada en un galpón grande, me llevo y la destapó después de 23 años de lo ocurrido, le pregunté si ellos había manipulado toda la lancha y me dijo que solo sacaron a la niña del pequeño camarote, ya que los cuerpos estaban arriba recostados de las barandas de la lancha, llamé a un amigo y me dijo que si se podía revisar para conseguir evidencia y eso hicimos llamamos a un equipo táctico que se encargó de revisar toda la embarcación, dónde se encontró el arma, que le faltaban cuatro balas y en el cuerpo de mi hija solo se sacaron tres proyectiles, eso quiere decir que faltaba uno, el capitán me dijo que a Michel le encontraron una herida de bala en la pierna, pero que los rastros eran como envenenados, ya que botaban espuma por la boca y a su lado habían dos copas y una botella de vino vaciá que todavía estaba en la lancha, todos estos detalles me pusieron a pensar en torno a los hechos y pruebas encontradas.

Después de dejar a los investigadores, nos despedimos y le dije al capitán que me hiciera llegar todas las pruebas, teníamos que regresar, Virginia quiso , quedarse pero Clara no la dejo, ella no quería separarse de su madre y eso se lo hice ver a Virginia, que ella era su madre y no la podía abandonar ahora, que no había dinero en el mundo que pudiera pagar lo que ella hizo por mi nieta.

Regreso con nosotros y me pidió que no la separara de ella, yo le di mi palabra.

Cuando llegamos a la casa el detective me estaba esperando para entregarme todo lo que había averiguado, él creía que Maikol no había matado a mi hija, sino que había alguien más detrás de este asesinato y él lo iba a demostrar, me pidió silencio en torno a esto para no alertar al posible homicida que para él estaba escondiéndose.

Me pidió ir al lugar donde murió mi hija y le dí la dirección ya que nunca más volví y desde entonces permaneció cerrada, solo le hable de Tomás el mayordomo y le dije como lo podía ubicar, el sabía todo de esa casa.