Liliana es una joven a la cual se le ha presentado la oportunidad de trabajar en una de las mejores empresas de la ciudad. El trabajo lo necesitaba tanto que hará lo que sea necesario para mantenerlo... Pero con lo que ella no contaba, era que se volvería el blanco del jefe, volviéndose una presa fácil para el despiadado. Sr Dominante.
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Se siente bien
Entro a mi oficina y detrás de mí está Alice con una sonrisa muy despampanante en su rostro.
—¿Qué sucede Alice? Esa sonrisa en tu rostro no es nada bueno— dije mientras me quitaba el abrigo y el bolso.
—No pasa nada— deja escapar una leve risita. —Conejita—
—¡Dios mío!— en este momento cae en cuenta de que ya ella lo sabe todo. De inmediato mis mejillas se vuelven calientes, y ahora mismo se me es difícil ocultar mi vergüenza. Miré sus ojos malvados llenos de travesuras. —¿Qué?—
—No intentes ocultar lo que es evidente— me guiñó un ojo y me sentí un poco mortificada. Le había dicho a Alejandro que no quería que nadie en la oficina se enterará sobre nosotros. —Tu lobo feroz me ha confirmado lo que ya sospechaba—
La puerta de mi oficina fue abierta y entro la razón de mi tormento. Solo mirarlo bastaba para desequilibrar mis funciones.
Entra luciendo increíblemente apuesto en su traje azul oscuro. Detrás de él ingreso otro hombre que era alto y muy atractivo al igual que Alejandro. Cómo si sintiera el peso de mi mirada, se volvió hacia mí, sus ojos visiblemente se suavizaron y sus labios se curvaron en una sonrisa.
Mi respiración se detuvo cuando me sonrió de esa manera, haciéndome sentir como si fuera el centro de su universo. Acortó la distancia entre nosotros en unos pasos seguros, y antes de que pudiera comprender su siguiente movimiento, sus labios se movieron hacia los míos, devorándolos con ganas.
Se escuchó una tos seguida de una risita detrás de nosotros y solo eso basto para que yo retrocediera un poco, pero él no me lo permitió, me sujetó con fuerza.
—Te eché mucho de menos— me susurró aún sintiendo sus labios rozando los míos.
—Alejandro, hay personas delante de nosotros ¿Lo olvidas?— respondo tímidamente, y es que su acto de amor ahora mismo es algo incómodo.
Me volvió a besar, y era como si no le importara nada ni nadie, —Jamás te soltaré—
Dios, ¿Por qué tiene que ser así tan... ¿El?
La forma en que me trata me fascina, me hace sentir muy especial.
Me soltó solo un poco, y en ese momento pude ver a las dos personas que están a nuestro lado, María y la otra persona aunque no la había visto de frente ya sabía perfectamente que era el mejor amigo de Alejandro.
Jake Smith, el mejor amigo de la infancia de Alejandro, era un total don juan empedernido, y siempre es visto con una mujer diferente.
—Jake, ella es mi Liliana—
Espera un segundo¿Su Liliana? La felicidad invadió cada hueso de mi cuerpo. Me iré para verlo, Pero él estaba mirando a Jake con una mirada tan fría y benévola. Cada músculo de su cuerpo gritaba que yo era suya y se aseguraba de que Jake lo supiera.
Intenté ser educada y de un paseos adelante para estrechar la mano de Jake, pero Alejandro me jaló contra él fuertemente impidiendo moverme, Jake sonrío cuando vio la posesividad de Alejandro.
—Es un placer conocerte, señor Jake— le contesté sin poder moverme debido al agarre del hombre a mi lado.
Jake me dio una sonrisa maliciosa, y está escena fue algo que me hizo sentir un poco abrumada, la coquetería de Jake y los celos de Alejandro.
¡Por Dios!
Alejandro me tomó de la mano y me sacó de mi oficina para llevarle a la de él.
Apenas cerró la puerta de su oficina, me besó hasta quedarnos sin aliento. —Te deseo tanto— su confesión junto con su agarre y besos, me hicieron gemir entre sus caricias.
—¿Qué fue eso? ¿Si eres consciente de que él es tu mejor amigo?— tome su labio inferior, y le di una mordida un poco fuerte, haciéndolo gemir de dolor.
—No me importa quien sea. La próxima vez que otro hombre te mire con intenciones de más, le sacaré los ojos—
Me volvió a besar, y es que solo la manera en que él lo hace con tanta intensidad es la que me hace quitarle la ropa ahora mismo. Solo cuando nos quedamos sin aire fue que se separó de mí, volviéndome a mirar con intensidad.
—Creo que necesitas ponerte más celoso a menudo— jadeo recuperando el aire.
—Y tú, necesitas saber que eres solo mía y de nadie más—
—Lo sé, y eso es lo único que quiero, ser tuya y de nadie más— gruño, y tan pronto como dije eso se apartó de mí.
—Te daré un segundo para que salgas de aquí, antes de que no pueda controlarme y te haga mía nuevamente de la manera más déspota que pueda haber sin importarme un carajo que te oigan afuera—
De inmediato me aleje, porque pude ver en sus ojos que lo que decía era cierto, me giré para salir y cuando pase por su lado me dio una fuerte nalgada que me hizo saltar un poco.
Me giré para mirarlo y él estaba recostado sobre el escritorio, pasando su pulgar con sus labios mientras me daba una mirada candente.
Por primera vez en mi vida, todo era perfecto. Lleno de felicidad, y mi fuente era el hombre que ahora estaba sentado en su escritorio luciendo muy atractivo y deseable.
Quién creería que el destino me dejaría tener esta Paz, que esta felicidad vendría y me golpearía en la cara tan fuerte que vería de estrellas, estás muy lindas.
Definitivamente, este hombre ha hecho en tan poco tiempo lo que ni yo misma he podido hacer en años. Su solo presencia basta para hacerme sentir tranquila, su sola miraba hasta para saber que con él estaré en paz.
Me siento tan bien cuando estoy con él. Su presencia es como un bálsamo para mi alma, me hace sentir segura y protegida. Me encanta la forma en que me mira, con una intensidad que me hace sentir como si fuera la única persona en el mundo.
Su sonrisa es contagiosa, y cuando la veo, no puedo evitar sonreír también. Me siento cómoda y relajada cuando estoy a su lado, como si pudiera ser yo misma sin temor a ser juzgada.
Me gusta la forma en que me habla, con una voz suave y calmada que me hace sentir tranquila. Me siento escuchada y entendida cuando estoy con él, como si pudiera ver dentro de mi corazón y comprender mis sentimientos.
Me siento feliz y dichosa cuando estoy con él, como si todo lo malo desapareciera y solo quedara la alegría y la felicidad. Me siento como si hubiera encontrado un pedacito de mí misma que había perdido, y que ahora estoy completa de nuevo.
Simplemente me siento completa por el y con el...