CONSTANTINE

Constantine llegó al departamento de emigración, debía ver a un grupo de jovencitas que fueron secuestradas de sus países, para traficar con ellas. Porque la policía migratoria no solo perseguía indocumentados, también debían velar por las personas que entraban al país sea por engaños o en este caso, secuestro para tráfico de personas.

- Capitán Lamprou, una de las chicas está embarazada, ya llamé a servicio social. - le informa el oficial a cargo - El detective Rodríguez me pidió que le entregara esto. - le extiende una mano y le entrega un pendrive.

- Gracias, oficial Juárez. - recibe el diminuto aparato.

Luego de quedar solo, colocó la memoria en el computador portátil, para revisar lo que Rodríguez había recopilado.

Pronto en la pantalla aparecieron todos los miembros de la pandilla, no solo había personas de Sur América, había de Centro América y hasta de África. Al parecer la pandilla estaba creciendo, al punto de ser casi una mafia.

Definitivamente, debían acabar con esas escorias, antes de que tomaran fuerza y poder.

En ese pendrive estaba lo peor de la sociedad, violadores, asesinos, secuestradores, etc.

Se levantó, después de cerrar la ventana y borrar cualquier huella sobre lo que estuvo viendo, apagó su pc y se fue al bar de Michy's, lugar donde sabía que por un buen donativo, obtenías información de peso.

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- ¿Viste los archivos que conseguí? - pregunta Rodríguez.

Edson Rodríguez, detective de la Policía de Miami, 28 años, de origen mexicano, nació en Nueva York, pero por problemas con otro compañero en el departamento de policía de esa ciudad, fue enviado a Miami. Cómo hijo de emigrantes, sabía ser un mediador, además de ser un genio de las computadoras.

Había decidido ingresar a la policía para poder tener acceso a ajusticiar a quienes abusaban de los menos favorecidos en la sociedad. Sin embargo, en esta ocasión se trataba del honor de una familia, la familia de sus mejores amigos, quienes lo ayudaron cuando aquel malnacido golpeó y abusó de su hermanita de 14 años, dejándola en un estado mental depresivo que poco después la llevo al suicidio.

- Sí, esta noche tendremos fiesta, así que vístete de gala.

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Dos horas después, un venezolano se hallaba en medio de uno de los pantanos siendo torturado por tres hombres, con sed de venganza.

- Aaaahhh... les diré todo... - gritaba el hombre que estaba siendo torturado.

- Pues fíjate carnal que no nos interesa tu puñetera información. - dijo con burla, Edson Rodríguez, mientras clavaba un destornillador en una de sus piernas, mientras el hombre lloraba pidiendo piedad - ¿Te duele, maldito? A tu ex mujer y a tus hijas también les dolió cuando decidiste rebanarlas porque ella no quería vivir más contigo. - dijo el hombre con enojo.

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''Nuevamente otro hombre a sido encontrado por un hombre que estaba tomando fotografías de la flora y fauna de los pantanos de Miami, todo apunta a una venganza entre pandillas, el hombre era un emigrante ilegal, procedente de Venezuela''.

- Pappoús, mira a Melina. - acusa la pequeña niña a su hermanita de 2 años.

- No, deben pelear, son hermanas y los hermanos siempre deben protegerse, regaña el hombre que ve las noticias.

- ¿Es el cuarto o el quinto? - indaga el hombre de cabello cano y barba.

- Que importa Antas, esos malditos están pagando por lo que le hicieron a mi nuera. - dice Nikkos Lamprou, padre de Constantine, mientras observa a sus nietas jugar.

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El vaso de vidrio fue estrellado contra la pared de la oficina dejando el líquido ambarino regado también por todos lados.

- Maldita sea, ¿aún no sabe quién nos ataca? - dice el brasileño.

- Todo apunta que son irlandeses por el tipo de cruz que estampan en sus pechos. - dice El Simio.

- ¿Qué has sabido del policía? - pregunta.

- Sigue al parecer investigando sobre quienes atacaron a su novia. - informa.

- Dudo que ese idiota algún día de con nosotros. - dice y sonríe - ¿Ya averiguaste a dónde llevó a la garota? - pregunta.

- Aún no, es posible que la hayan llevado fuera de la ciudad, quizás algún condado pequeño. - concluye la información.

Luego de quedarse solo, se tuvo que ver obligado a auto complacerse, pues de solo pensar en ese par de piernas largas, su miembro reaccionaba.

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- Mamhó, ya piqué todas las verduras, ¿en qué más puedo ayudarte? - pregunta Iri, limpiando sus manos con una toalla de cocina.

- ¿Has alimentado gallinas y pollos? - pregunta la mujer mayor.

- Sí, mi mamá gusta de criar gallinas. - dice la morena con un atisbo de sonrisa.

- Entonces esa será tu próxima tarea, el maíz está en uno de los anaqueles cerca a los galpones. - le indicó.

La muchacha salió a cumplir con su tarea. De vez en cuando pensaba en Constantine, se preguntaba si había por lo menos atrapado a alguno de los asesinos de su amigo y los otros.

Quería verlo, saber que estaba bien, pero ya habían pasado dos meses desde que llegó a la granja Dunne y él no había vuelto ni una sola vez.

Por otra parte, Costas tenía pensando visitar a su abuela, también porque quería ver cómo estaba su custodiado, ya que debía presentar informe.

- Este fin de semana viajaré a casa de Mamhó, ¿vendrás? - habla Constantine, luego enciende un cigarro y cala.

- Es posible, extraño la comida de Mamhó. - dice Luke.

- Pues yo también iré, Mamhó se pondrá feliz de ver a este bombón. - bromea Edson.

- Lo más seguro es que acabes con la despensa de Mamhó. - dice Luke.

- Tú solo tienes envidia, porque ella me alimenta mejor que a ti. - bromea el trigueño.

Los tres volvieron a sus respectivos sitios de trabajo, ante todo, debían mostrarse como siempre, cumplir con el deber y aplicar la ley en contra de quien se requería.

- Señor, me disculpo una vez más, pero es necesario que vuelva a ausentarme. - le dice Evon, ni bien había entrado a su oficina.

- Dígame oficial Shakur, ¿hay algo en que la pueda ayudar? - pregunta serio el pelirrojo.

- No se preocupe señor, es algo que puedo resolver sola. - dice para no agobiar con sus problemas al hombre frente a ella.

Le avergonzaba pedir ayuda al hombre del que estaba enamorada, pues se trataba del padre de su hijo, que ahora la estaba acosando y amenazando con quitarle al niño, sino volvía a aceptarlo en su vida. Cosa que era totalmente improbable, pues prefería morir a volver a tener algo de ese hombre que solo se aprovechó de su inocencia y falta de experiencia.

No, claro que ella no volvería a acostarse con ese ser abominable y que hoy día cuando lo ve, se pregunta, ¿qué fue lo que le vio? Es verdad que muchas veces las mujeres metemos las de caminar al enamorarnos de semejantes estampas.

EDSON RODRÍGUEZ.

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El modelo es uno de mis lindos sobrinos☺