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Solo Un Deseo

Solo Un Deseo

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Amor prohibido / Magia y demonio / Apoyo mutuo / Pacto con el demonio
Popularitas:2.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Mya Lee

Cuando el demonio egocéntrico Dashiell termina atrapado en el mundo humano, conoce a Brooke, una estudiante de arte que oculta sus propios secretos. Transformado en un husky que ella rescata, se convertirá en su inesperado protector. Pero, con Noche Buena acercándose y donde la luna se convertirá en carmesí, Dashiell deberá decidir si volver a su mundo o quedarse junto a la humana que ha empezado a significarlo todo.

NovelToon tiene autorización de Mya Lee para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

UN ENCUENTRO BAJO LA LUNA (parte 1)

Recuerdo muy bien lo que ocurrió antes de llegar a este mundo humano. Todo comenzó en una de mis tantas expediciones, una misión más para recuperar un objeto que, según rumores, se encontraba en una zona hostil de nuestro reino. El monarca la deseaba con urgencia, aunque nunca me detuve a escuchar el por qué. Detalles innecesarios, pensé en ese momento. Si algo me caracteriza, es que no necesito instrucciones extensas para cumplir con mis deberes. Solo era cuestión de localizarla y traerla de vuelta.

Realicé una copia del mapa con mi poder que indicaba su ubicación. La cartografía del original era imprecisa, pero no sería la primera vez que me enfrentaba a un reto así. Varios aprendices se ofrecieron a acompañarme al notar que me preparaba; algunos incluso llegaron a rogar. No lo entendí, ¿de verdad querían ponerse en mi camino? ¿acompañarme? ¿a mí? Mi respuesta fue clara: no. Trabajo solo. Siempre ha sido así, y siempre lo será. No tengo tiempo para cuidar inútiles ni para detenerme a protegerlos si cometen errores. Esa clase de labores le corresponde a Lynne, no a mí. Yo estoy para cosas más importantes.

Así que emprendí el viaje. Fue largo, interminable, incluso para mis estándares. Mi mundo está cubierto de una vegetación exuberante que se extiende más allá de lo que la vista puede abarcar, un reino donde los colores parecen más vivos, casi agresivos en su intensidad. Los árboles, altos como montañas, formaban un dosel tan denso que la luz apenas penetraba en algunos lugares. Caminé entre raíces que se alzaban como colinas y lianas que colgaban como animales dormidos.

Con cada paso me adentraba en territorios más peligrosos. El aire, cargado de humedad y el aroma de plantas en descomposición, era sofocante. El sonido de criaturas extrañas llenaba el ambiente: aullidos lejanos, chasquidos de mandíbulas ocultas en la maleza, el batir de alas de seres que no se atrevían a mostrar su forma por completo.

Tuve que enfrentar más de un obstáculo. Recuerdo un río negro que parecía en calma, pero cuyas aguas ocultaban depredadores con colmillos más afilados que cualquier espada. Crucé desfiladeros estrechos donde el viento gritaba como un lamento, y en cada sombra, algo parecía acecharme. Nada de esto me intimidó, por supuesto. Estoy acostumbrado a estos desafíos; son el pan de cada día para un demonio reliquista como yo.

La brújula que llevé conmigo era mágica, sintonizada para guiarme hacia el objeto. Sin embargo, parecía tener una voluntad propia, girando y señalando caminos que se desdibujaban antes de que pudiera seguirlos. Cada vez que creía acercarme, el paisaje cambiaba, como si el entorno mismo conspirara para confundirme.

A pesar de todo, no me detuve. El objeto debía ser recuperado, nadie más que yo podría hacerlo y entregárselo al monarca. Lo único que importaba era seguir adelante, aunque no sabía que este camino me llevaría mucho más lejos de lo que había imaginado... hacia un destino que cambiaría mi existencia por completo.

Tras días interminables, finalmente llegué: una inmensa caverna rocosa, escondida tras un entramado de vegetación que parecía sellarla del resto del mundo. El aire era pesado, cargado de magia antigua y peligrosa. Al adentrarme, mis pasos resonaban en las paredes de piedra, un eco constante que se mezclaba con el goteo de agua desde las estalactitas.

Allí, en el corazón de la caverna, lo vi. Sobre un pedestal erosionado por el tiempo, reposaba el objeto de mi misión: un cetro magnífico y aterrador. Era de un dorado intenso, casi cegador, cubierto de grabados que narraban historias olvidadas en un idioma que incluso para mí resultaba arcaico. En su cúspide, una gema carmesí brillaba con una intensidad que parecía latir, como un corazón vivo. Su fulgor iluminaba todo, tiñendo la caverna con un tono rojizo que parecía transformar cada sombra en un espectro amenazante.

No podía evitar sentir una mezcla de fascinación y cautela. El poder que emanaba era increíble, tan denso que costaba respirar. Pero, por supuesto, no me dejé intimidar. Soy Dashiell, y no hay nada en este universo que pueda doblegarme.

Saqué mi grimorio mágico, un libro que ha sido mi compañero en incontables expediciones, y comencé a recitar las palabras necesarias para romper las defensas mágicas que protegían el cetro. Los símbolos del grimorio brillaron con un resplandor azulado, y mi maná fluyó a través de las líneas dibujadas sobre sus páginas. Sentí la conexión entre mi magia y el cetro, una unión que era como tratar de sujetar un relámpago con las manos desnudas.

La caverna comenzó a temblar. El aire zumbaba, cargado de energía que crecía descontroladamente. Apliqué toda mi concentración, trazando círculos mágicos en el aire, pero el cetro reaccionó con una fuerza abrumadora. La gema carmesí estalló en un destello cegador, un rugido de poder que superaba todo lo que había enfrentado antes. En segundos, todo desapareció. Mi magia, mi grimorio, la caverna misma... todo se desvaneció como si el mundo se hubiera convertido en un lienzo borrado de un golpe.

Y entonces, abrí los ojos.

Me encontré aquí, en este extraño mundo humano. Sin grimorio, sin cetro, sin poderes, sin respuestas. Solo un demonio reliquista atrapado en un lugar que no es suyo, rodeado de criaturas débiles y sin magia, pero llenas de una extraña vitalidad que no logro comprender. Ese fue el inicio de mi odisea en este lugar. Un fracaso que no pienso aceptar como definitivo. Y al ver esta escena, al ver a Brooke sonriendo días atrás y ahora tan débil frente esa otra humana, de alguna manera… me irritaba.

Antes de marcharse, la mirada de esa intrusa se posó en algo que se encontraba sobre una repisa cercana al lugar donde Brooke trabajaba.

Era un objeto peculiar, esponjoso, con una forma curiosa. Parecía una criatura pequeña, blanca, con orejas puntiagudas y un hocico delicado, como si estuviera a la espera de saltar a la vida. Por un momento pensé que era una criatura de compañía como el que vi aquella vez con la pequeña humana, pero pronto entendí que era algo inerte, aunque no por ello menos importante.

Esa mujer se acercó al objeto y lo tomó con una expresión de despreocupación, casi con desdén, como si estuviera evaluando su utilidad.

—Vaya, esto está lindo —dijo sosteniéndolo frente a ella como si fuera un trofeo. Una sonrisa burlona se formó en sus labios mientras lo giraba entre sus manos.

Brooke habló rápidamente, con una súplica en su voz.

—Por favor, no te lo lleves... Es mío, Hannah, te lo ruego...

—¿Mío? —soltó una risa fría y llena de burla—. No me hagas reír, Brooke. Ya te he dicho que nada aquí es realmente tuyo. Este peluche se verá mejor conmigo.

—No, ¡por favor! —exclamó Brooke, dando un paso hacia ella.

Pero esa mujer, con la misma crueldad con la que había alzado la voz antes, extendió su mano y la empujó sin miramientos. Brooke, débil y sin defensa alguna, cayó al suelo, quedándose allí, inmóvil, mientras esa mujer se dirigía a la puerta con el objeto en sus manos.

—No hagas un escándalo, primita. Tienes cosas más importantes de qué preocuparte, ¿no? —dijo con un tono venenoso antes de azotar la puerta tras de sí.

El sonido resonó con fuerza, dejando a Brooke aún en el suelo. Dentro del cuarto, el silencio cayó de repente. Solo los latidos agitados de Brooke rompían la quietud. La miré de nuevo. Su figura temblaba ligeramente, y aunque sus ojos estaban secos, la tristeza que la envolvía era muy notoria.

La escena frente a mí comenzó a cambiar drásticamente. Su respiración, que ya era irregular, se volvió aún más agitada. Sus manos temblorosas se dirigieron de inmediato hacia su pecho, presionándolo como si intentara detener algo que estaba a punto de explotar desde dentro.

La vi doblarse sobre sí misma, con los ojos cerrados y los labios temblando. Su cuerpo frágil comenzó a sacudirse, y un leve gemido escapó de su garganta. ¿Qué le sucedía? No tenía idea. La escena me golpeó como un recuerdo persistente: aquella pequeña humana que había observado antes, con el mismo gesto, con la misma necesidad de aire que parecía no llegarle nunca. Pero a diferencia de esa pequeña, Brooke no tenía a esa criatura felina que le ofreciera consuelo para calmarse.

Mi mirada se desvió por un segundo hacia la repisa vacía donde antes estaba aquel objeto esponjoso. Recordé cómo algunas noches ella lo abrazaba, cómo parecía darle una paz que nada más podía proporcionarle. No era solo un objeto para ella, era su ancla en un mundo que claramente parecía más cruel de lo que yo había imaginado. Pero ahora no estaba allí, y Brooke se hundía en un abismo que no parecía tener fin.

Mi pecho, o lo que quedaba de él como demonio, sintió algo incómodo, como si una presión desconocida me forzara a actuar. Sin pensar, di un paso hacia ese lugar estrecho, y de alguna manera mi forma, aunque invisible para los humanos, parecía romper la barrera que hasta ahora me había mantenido al margen.

Me arrodillé junto a ella, sin saber realmente qué estaba haciendo. Extendí mis manos, torpes y vacilantes, y las coloqué cerca de su rostro. En ese instante, una energía cálida y desconocida fluyó de mí. No era mi magia habitual. Era algo…, algo que no recordaba haber sentido jamás.

—Cálmate... —musité casi en un susurro, aunque sabía que ella no podía oírme al estar en ese estado.

Poco a poco, su respiración comenzó a estabilizarse. Su cuerpo dejó de temblar, y sus manos, antes aferradas a su pecho, cayeron suavemente a su lado. Sus párpados, cargados de agotamiento, se cerraron, y una calma frágil se posó sobre ella. La sostuve entre mis brazos, sintiendo lo ligera y delicada que era. Esa noche, Brooke durmió profundamente por primera vez en mucho tiempo. Y yo, que jamás había intervenido en la vida de un humano, me quedé a su lado, preguntándome… ¿Por qué la ayude?

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Isabel Leon
está súper , por favor no deje de publicar
Mya Lee: Ohhh 😸💕 muchas gracias, no te preocupes seguiré actualizando 📖✨🫰🏻
total 1 replies
Dana Jani
me gusto mucho es interesante😊🤩🤩
familia_de_cuatro: yo no tengo nada y😘🎎🎇🎆🇦🇲🏴‍☠️
Mya Lee: Gracias 😸🫰🏻, si te gusta el romance histórico, te recomiendo mi otro libro "Midnight Promises" 💕📖
total 2 replies
SaraWells
Me ha gustado mucho el primer capítulo, se ve interesante, seguiré con la lectura
Mya Lee: Gracias 💕😸, ya casi estamos a la mitad de la historia. Espero que lo disfrutes hasta el final 🫰🏻😼
total 1 replies
Caly
Está historia tiene muy buena pinta, veremos cómo sigue.😜
Mya Lee: Te lo agradezco 💕😸, se harán actualizaciones seguidas asi que espero que lo disfrutes 🫣📖
total 1 replies
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