"Fueron muchos años de maltratos y humillaciones, pero ya no más, hoy, voy a ser todo lo que yo quiera ser".
Viviana es una chica abandonada por su madre, y en quien su padre descarga todas sus frustraciones. Pero un ángel dará luz a su vida y le ayudará a cruzar las más densas tinieblas.
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Aclaraciones
Esto era increíble, mi padre apareció de la nada irrumpiendo en mi casa y en mi vida de una manera catastrófica.
Ese hombre solo aparecía para complicarme la vida, por esa razón es que lo había mantenido a raya todos estos años, pero aquí estaba, destruyendo toda mi vida de un zarpazo.
— No les permito que me hablen de esa manera, deberían agradecerme que los haya criado, que les haya evitado la vergüenza de crecer como los bastardos que son.
— Cállate Rafael, no sigas ofendiendo a tus propios hijos, porque yo no necesito ninguna prueba para saber que estos chicos son mis nietos. Te vas a arrepentir de todo lo que has hecho, así que no sigas empeorando las cosas, deja ya de ofenderlos.
No me importó lo que él dijo, pero si el que Marcos y Cruz se pusieran agresivos, jamás los vi enfrentarme de esa manera, y solo hasta allí me di cuenta de que ya no eran niños, ahora eran hombres que podían golpearme, así que lo mejor era manejar la calma.
— Vamos a callarnos todos, iremos a la capital y nos haremos esas pruebas, si hubo un error en mi diagnóstico quiero saberlo.
Use esa estrategia de la calma, no podía exponerme a que estos tres me quebrantan los huesos. En el fondo estaba convencido de que no eran mis hijos, no podían serlo, de ser así, significaba que yo era un maldito y que toda la vida maltrate a mis propios hijos, y lo que es peor aún, tuve pensamientos obscenos hacia mi propia hija. Pero no, yo tenía que estar en lo cierto, ellos no eran mis hijos, yo era estéril y lo iba a demostrar.
En ese mismo momento nos fuimos a la ciudad contigua, era grande y su capital tenía muy buenos laboratorios, no era la capital del país, pues esa estaba bien lejos, como a cuatro días en auto.
Mi padre al menos sirvió para algo, y fue para pagar la costosa prueba, una que entregarían el resultado en un día, así que al día siguiente tendríamos los resultados. Fuimos a un hotel, pero no hable con ninguno, pues vi que los tres estaban a gusto interactuando con mi padre, él estaba convencido de que eran sus nietos, pero se llevaría una decepción.
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Por otro lado y al mismo tiempo.
Llegue a la dirección, a esa vieja casa donde había sido tan infeliz, los únicos momentos de felicidad que viví me lo dieron mis hijos, camine algo temerosa pero decidida, y después de un rato me di cuenta de que nadie había en casa. Me preocupo el hecho de que se hubieran mudado o algo así, pero averiguando con los vecinos, me di cuenta de que hasta esa mañana, allí habían estado.
Todo me temblaba, estaba nerviosa, ensaye muchas veces lo que les iba a decir, pero el tiempo paso y ellos no regresaron. Viendo esto, fui al taller, pero también estaba cerrado, y no supe que más hacer, averigüe, pero nadie sabía de ellos, y entonces vi el número del móvil para llamar. Lo anoté y traté de marcar muchas veces, pero no me atrevía, ¿Qué haría si él me respondía?
Fui al hotelito del pueblo para pasar la noche, haría guardia frente a esa casa hasta que alguien llegará allí. Y eso hice tan pronto amaneció, me senté frente a esa casa, y de vez en cuando iba al taller, pero ambas cosas continuaban cerradas.
— ¿Dónde están? ¿A dónde fueron?
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Tengo el resultado de las pruebas que se practicaron el día de ayer, como lo solicitaron con tanta urgencia, yo mismo en persona quise entregarles el resultado. ¿Están listos?
— Abra ese sobre de una vez, quiero acabar con esto lo más pronto posible.
— Bien señor Alvarado. La prueba que ud se practicó para comparar con estos tres jóvenes, es 99.9 positivos. La prueba que ud realizó con los cabellos de las otras dos muestras y la suya, también sin 99.9 compatibles, significa que también son sus hijos.
La cabeza empezó a dolerme, me zumbaron los oídos, no podía creer lo que escuchaba, tenía que ser mentira, todo tenía que ser un engaño. Mi padre era un experto en manipulación, no podía dudar de que esto también era un plan suyo en mi contra.
— Esto es cuento tuyo, si, definitivamente lo que quieres es manipularme, por eso te pusiste de acuerdo con estos doctores para engañarme, pero no te funcionó, yo no acepto este resultado, no lo acepto porque yo sé la verdad, estos no son mis hijos, ellos no pueden ser mis hijos.
Los tres me miraban de una manera que yo no podía soportar, me sentía perdido, no podía entender que es lo que había sucedido. Entonces escuché al doctor aquel hablar.
— Señor Alvarado, nuestras pruebas son cien por ciento seguras, aquí no permitimos ni aceptamos sobornos ni manipulaciones como insinúa, entiendo que esto es bastante sorpresivo para ud y como se siente, pero debe tomarlo de la mejor manera. El examen de revisión que se le practicó, arrojo que efectivamente ud sufrió una grave lesión a nivel testicular, pero no lo dejó estéril, es una persona completamente fértil, y el resultado está allí frente a ud, quizás el profesional que lo reviso en ese momento, le dio tal diagnóstico por la gravedad que él vio en su lesión, pero en cuanto ud sanó, su cuerpo se restauró completamente.
Le arrebaté el documento de las manos, tenía que verlo yo mismo aunque no supiera de medicina, todo esto me tenía demasiado aturdido y solo pude sentarme y tomarme la cabeza. Tantos años, exactamente 25 años, todos me los pasé siendo un miserable, por mi mente empezaron a pasar todos los recuerdos de lo malvado que fui, los castigos tan crueles que les aplique, y ni que hablar de mi niña, mi pobre niña a la que algunas veces yo... Quería morirme.
Mi padre se acercó, y sentándose a mi lado intentó consolarme, yo no podía creerlo, no podía aceptar que había maltratado a mis propios hijos sin siquiera saberlo. Mi padre estaba al borde de las lágrimas, se había quedado en silencio por un momento antes de hablar.
— Rafael, lo siento, lo siento mucho por todo lo que tuviste que pasar, por todo lo que te hice, por no haber hecho esto antes. No puedo creer que hayas estado tan equivocado, son tus hijos, son mis nietos.
Yo no sabía qué decir, estaba abrumado por la noticia, por la revelación de que estos jóvenes eran en realidad mis hijos. Cruz y Marcos me miraban con una mezcla indescriptible, era difícil procesar todo en ese momento.
— Lo siento, lo siento mucho por todo lo que les hice pasar, por no ser el padre que merecían. No merezco su perdón y tampoco que me tengan consideración, porque sé que soy un maldito.