Amor O Dinero

Arturo guardaba algo, vacilaba cuando hablaba del negocio y más aún cuando se le quería indagar sobre su socia, en todo caso debía irse despacio y si en verdad tenían dinero como decía él, debía aprovecharse de ello. Si lo querían de asesor, perfecto lo sería hasta donde le convenía y si querían hacer algo diferente como lo que parecía querer Arturo. Formar una nueva asociación de transportistas sería muy interesante y rentable. Un negocio que podría dar muchas ganancias.

Jhon: Papá! Tu hijo es el mejor motociclista, acabo de ganar la carrera de Guzmán. El hijo de tigre sale pintado si o no papá.

Jairo dejó a un lado sus pensamientos y puso atención a lo que decía su hijo que acababa de entrar. Eran idénticos física y mentalmente, a veces por ese mismo motivo se enfrentaban, pero era su adoración y orgullo más grande. Tenía 17 años, cuerpo atlético, cabello negro, piel trigueña y alto para su edad, media 1.70.

John Jairo Ramírez Melo

Jairo: excelente hijo, felicidades otro triunfo más y los que te esperan. Se levantó y lo abrazo.

Dina: que bueno que estén juntos, ya iba a llamar a almorzar. Pasen al comedor.

Jairo: ya vamos.Dina pero no vas a felicitar a Jhon ganó nuevamente una carrera.

John: si mamá dame un abrazo soy el mejor corredor de todo Montezuma.

Dina: que bien hijo felicidades, pero ya sabes que a mí me interesa es que saques buenas notas en el colegio, mira hoy tenías exámenes finales y preferiste salir a correr. Ojalá puedas recuperar esas notas. Vamos.

Jairo: vamos hijo y de los estudios ahora hablamos con los profesores. Tranquilo.

Dina era una mujer de casi 60 años, había intentado cuidarse y hacerse algunos retoques, también se mantenía en forma haciendo de vez en cuando algunas rutinas de ejercicio, se colocaba la ropa de las mejores marcas, utilizaba maquillajes y cuidados faciales que la hacían ver mejor, era una mujer robusta con grandes caderas, media 1.60.Tenia pintado su cabello de negro que disimulaban sus canas. Y sus rasgos fuertes demostraban carácter fuerte y dominante. Sus ojos negros demostraban su sagacidad y frivolidad.

" Dina " Cristina Melo Garcés.

Ya en ,la mesa Dina comenzó la conversación refiriéndose a su hija.

Dina: Lorena va a venir a pasar unos días, ahora que regresa de Bogotá. En quince días llega, quería avisarles para que estén para recibirla.

Jairo: Humm...pensé que nuevamente se iba a ir donde el papá, como ahora le da todo los gustos a su hija.

Dina: no. Ya es hora que pase tiempo con nosotros también, sobre todo contigo hijo al fin son hermanos y a veces parece que no se la llevan bien.

Jhon: ella es muy vanidosa y siempre dice que es de ciudad, que nosotros somos unos pueblerinos. Que odia este lugar y que viene obligada. Eso me molesta y por eso mejor ni le hablo.

Jairo: jumm nosotros no tenemos que soportar eso, lo sabes Dina. Yo tengo igual o más ciudad, clase y dinero que esa familia de tu exmarido y esa niña debe ya dejar su inmadurez y orgullo falso. John es mi hijo y nadie puede menospreciar le, el al igual que yo ha recorrido ciudades y países a su corta edad, de modo que tiene más mundo que tu hijita.

Dina: como siempre le crees a tu hijo todo y no permites que nadie te contradiga, mi hija si es mimada por su familia, pero es mi hija y sea como sea estará unos días conmigo y su hermano, al final está casa también es la mía. Si no, puedo irme con ella dónde mi madre y mi hermano que están en Puerto del Monte, allí estaremos tranquilas, ya que no se puede estar aquí.

Jairo: deja tus bobadas Dina y mejor almorcemos en paz, que venga a esta casa. Ya veremos qué pasa. Todos se quedaron en silencio, un silencio incómodo que desde hace años había permanecido en esa casa.

Jairo que tantas veces había jugado con las mujeres y que en más de una ocasión había tenido a todas a sus pies. Ahí estaba con una mujer amargada y fría que solamente le ocasionaba aburrimiento y fastidio. Cuando decidió hacerle caso a su familia, en especial a su madre con respecto a formar una familia tener un hogar una esposa que lo sirva que lo cuide cuando esté viejo y enfermo, no imaginaba que sería tan pesado menos aún sin amor, eso iba a volverse más duro.

No la había amado, ni antes ni después lo había hecho. Solamente que ella ahí había permanecido con su amistad, en su entorno de amistades y familia. Jairo después de su último fracaso amoroso encontró en Dina su consuelo; había aceptado su cariño y a pesar de ser un mujeriego empedernido, fiestero y tomador; aun así ella quiso continuar a su lado. Era manejable, sumisa y cuando de dinero se trataba ella obedecía su actuar tacaño, eso la hacía una opción de pareja estable en el futuro pensaba él. Hasta que apareció una de tantas mujeres que había conocido en alguno de sus viajes a San Juan, está vez embarazada de su última hija y Dina al enterarse decidió empezar una relación con Franco su mejor amigo, se casó y tuvo a su hija, dejando a Jairo a un lado.

Después de unos años Dina y Jairo volvieron a tener contacto y hablaron; comenzando a ser amantes, más tarde que temprano, Franco descubrió todo ello y se separaron, dejando a Dina sola con su hija y a Jairo el camino libre.

Así había iniciado su vida como pareja y después de un tiempo surgió el embarazo de Jhon. Dina había hecho su golazo, darle el hijo varón que Jairo tanto deseaba, después de tres hijas mujeres que no representaban el apellido y el machismo de los Ramírez. Eso había hecho que vivieran juntos, que el aparentara ser un hombre hogareño y juicioso, dandole a ella la confianza de ser la que mandaría en su vida. Años después ella dejo puerto del Monte y se fue a vivir a Montezuma, allí el tenía toda su vida laboral y familiar.

Así ya tenían más de quince años juntos, de puertas adentro era lejanía, peleas y discusiones por celos, dinero o simplemente porque alguno de los dos quería salir. Cuando Jhon era pequeño, eran diferentes las cosas, aún había cariño, respeto y algo de tranquilidad. Ella era una mujer que obedecía a lo que el quería, íntimamente lo aceptaba, de ese modo en algo se mantenía la relación, en la llamada costumbre.

Jairo en medio de todo aquello había decidido ser fiel y tratar de mantener la paz. Pero hoy en día soportaba menos sus reclamos, sus frases de tono amargo y sobre todo que cuando el quería tener sexo ella sacaba excusas, cómo que le dolía algo. Y la verdad era mejor porque ahora ella no le inspiraba nada,. Era una mujer simple, nunca había levantado su pasión,.su amor nada.

Solamente era la mujer que estuvo ahí siempre esperando su oportunidad y pues el se la había dado y debía estar feliz con ello. Siempre concentrada en sus cosas, en ser ama de casa,.era bueno en algún porcentaje pero más de ahí no, quiza debía dejarla salir a trabajar pensaba, pero si lo hacía dejaría la casa y eso no podía permitirlo, las mujeres solamente eran de casa. Cuando salían de viaje, eso era felicidad, se entendían y la pasaban bien, gastaban dinero y era ella quien mas lo hacía.Pero cuando estaban en casa era un problema y en época de fiestas, peor porque no quería verlo tomando,.con sus amigos en fin...y si una mujer se le acercaba era pelea fija y hasta matarlas deseaba. De modo que todos sus allegados tenían claro el panorama oscuro de aquella pareja. Dentro de casa hay un infierno y afuera de ella la familia perfecta y feliz... Siempre en redes guardando las apariencias.

Esa definitivamente no era la vida perfecta que el deseaba.