Anya despierta en el mundo de una historia que escribió hace años. Una historia sobre una bella princesa, un valiente caballero... y un despiadado dragón.
Decidida a mantenerse al margen de la gran guerra que se avecina, vive tranquilamente en un pequeño pueblo, hasta que accidentalmente salva a un pequeño niño y unos meses después un dragón aparece en su puerta.
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El Contrato
Aquí está el contrato - el duque colocó unas páginas frente a Anya, quien inmediatamente las comenzó a leer mientras él hacía un resumen - Estaremos casados hasta que Rowan sea mayor de edad, después de eso cualquier parte puede pedir el divorcio y debe ser concedido.
En este mundo la gente alcanzaba la mayoría de edad a los dieciséis años, Rowan tenía cuatro actualmente, aunque era pequeño para su edad. Así que estarían casados un poco más de once años.
- Es obligatorio dar la impresión de una pareja real - continuó el duque - especialmente frente a Rowan, así que mantendremos una relación cordial y compartiremos el dormitorio principal...
- ¡¿El qué?! - Anya casi se fue de espaldas en su asiento.
"Compartir el... dormitorio. Quiere decir... ¡¿dormir juntos?!"
- No se preocupe, como dije antes, no tengo intención de que cumpla con ninguno de los deberes de cónyuge - aclaró el lord dragón inmediatamente - No le pondré un dedo encima.
- Aun asi... - ella no podía evitar sentirse intimidada, sin embargo ¿qué podía decir? En ese reino no era común que las parejas casadas durmieran separados, a menos que su relación no fuera buena. Tal situación haría que Rowan se sintiera triste. - Bien, pero debo advertirle que tengo malos hábitos al dormir.
- Comprendido - el duque aceptó eso sin darle mucha importancia. Anya desvió la mirada con el rostro encendido, no quería meterse más en el tema así que respiró hondo y continuó.
- Muy bien, siguiente punto - dejó atrás el asunto y puso su voz de negociación - usted dijo que me daría tres meses para decidir si me quedaría.
- Así es - Raenor asintió y procedió a explicar - como tal vez sabrá, los nobles deben hacer una presentación de su matrimonio y nacimiento de hijos a la familia real, de lo contrario el matrimonio no será reconocido como oficial o los hijos no serán considerados parte de la familia y, por tanto, no tendrán derechos de herencia
Fue bueno que amablemente lo explicara, ya que Anya no tenía idea de ello.
- Normalmente la presentación se hace lo antes posible, pero podría retrasarla hasta que nos veamos obligados a reunirnos con la familia real en el cumpleaños de Rowan - un toque de desagrado se filtró en la voz del duque ante la idea de ver a la familia real, dada la situación de Demasco, la chica lo comprendía - Más allá de eso y correríamos el riesgo de que sospecharan o incluso negaran el matrimonio, de cualquier forma sería problemático.
- Ya veo...
- ¿Algún otro tema que quisiera abordar?
- Mis responsabilidades como madre de Rowan.
- En pocas palabras, usted quedaría a cargo de su bienestar físico y emocional, de su educación y de todo lo relacionado con el desarrollo del niño.
- Espere... ¿Va a dejarme a mí todas las decisiones relacionadas con su crianza? - preguntó Anya con preocupación, la forma en que el duque habló lo hizo sonar como si le fuera a dejar los asuntos de Rowan por completo a ella ¿Acaso se deslindará de la responsabilidad de ser su padre?.
- Siempre que considere que no son perjudiciales para el niño, tendrá total libertad para tomar decisiones sobre cómo educar a Rowan, tal como lo haría una verdadera madre.
Bueno, eso significaba que al menos podría discutir algunas de las decisiones con él, ¿no es así?.
- ¿Y si no podemos llegar a un acuerdo sobre algo? - la chica se preguntaba quién tendría la última palabra en una situación así.
- Hay varias situaciones descritas en el documento pero, para decirlo simplemente, lo único que necesita recordar es esto... - el duque se inclinó ligeramente hacia adelante y la miró directamente a los ojos con tal intensidad que Anya no pudo evitar concentrar todos sus sentidos sobre él - Usted puede hacer lo que quiera, siempre y cuando sus acciones no lastimen a Rowan.
Se sentía claramente como una amenaza. Bueno, realmente no importaba ya que Anya nunca pensaría en hacer nada que pudiera causarle algún daño a Rowan.
- Entendido - ella asintió con seguridad.
- Bien - la postura del lord se relajó nuevamente y continuó elaborando sobre las responsabilidades que Anya tomaría - diariamente atenderá las necesidades de Rowan, tareas como despertarlo o prepararle la comida ya son atendidas por sus sirvientas, así que solo tendrá que darle la atención que un niño de su edad requiere, excepto en los horarios en que se encuentre en clases o los domingos.
- ¿Domingos? - preguntó la chica.
"¿Pasa algo los domingos?"
- Ese es tu día libre.
- ¿Día libre? - ¿Era este un trabajo a tiempo parcial? ¿Cómo se puede tener un día libre como madre?.
- ¿No es conveniente para usted? - el duque inclinó la cabeza hacia un lado - dado mi horario, los domingos es el único día que puedo cuidarlo, por eso lo elegí.
- N… no, no es eso…- Anya no estaba segura si debería tener un día libre de la maternidad, sin embargo, un día libre es un día libre - Los domingos está bien.
- Excelente, ¿eso sería todo entonces?
Anya observó los papeles que sostenía en la mano.
"Cuando los firme me convertiré en una mujer casada."
¿Cómo había llegado hasta ahí?
Lo sabía, estaba haciendo esto para salvar a Rowan. Ese era su único objetivo a partir de ahora.
- Sí, eso sería todo.
El lord dragón le ofrece un bolígrafo y ella lo toma, rozando brevemente su mano.
Puso su firma en el contrato, justo al lado de la de él.
- Ahora tiene una esposa, Duque Demasco, por favor cuide de mí.
- Ahora tiene un esposo, Duquesa Demasco, cuidaré de usted.