Prestando Mis Alas

Javier:

Abrí la puerta viendo a Kiara que parecía que no hubiera pasado nada, dejé las llaves sobre la mesa, mi hijo estaba en el instituto y así serían mejor las cosas que no nos viera discutir por algo que ella había provocado.

Javier: Te haces a la victima.

Kiara: No sé de que me hablas.

Javier: Alana te lo dijo. Todo este tiempo Kiara, te he dado de todo, siempre he estado atento a todo lo que has querido y me has pedido. Que si querías ir de vacaciones, te lo daba, auto nuevo, te lo dí… ¿EN QUE TE FALLÉ?

Rodó los ojos poniendose de pie, reposó sus manos en sus caderas mirando con desprecio, en su mirada era fácil deducir que me culparía de haberle faltado.

Kiara: en todo… Me fallaste en todo. NUNCA ESTABAS CUANDO TE NECESITE, SIEMPRE ERA PRIORIDAD JEIVI O TU TRABAJO.

Javier: NO DIGAS ESTUPIDECES… JEIVI ES NUESTRO HIJO, ES NORMAL QUE SIEMPRE ESTÉ PRIMERO ÉL.

Kiara: todo este tiempo te pedía atención, solo me daban las sobras.

Di varios pasos grandes llegando hasta ella, la sostuve con fuerza sin importarme que estuviera embarazada o la lastimara, pero ella no hacía ni el mínimo esfuerzo por soltarse, solo con esa sonrisa de ironía.

Javier: ERES MI ESPOSA… SI TE SENTÍAS DE ESA MANERA POR QUE NO HICISTE NADA PARA DECIRME.

Levantó sus manos haciendo que la soltara, negó con la cabeza dando media vuelta, se sentó en el sillón, ella no sentía ni la mínima culpa de lo que había sucedido, me dolía el corazón pensar que tuve la oportunidad de hacer mi vida con otra persona pero escogí a Kiara por que el amor de los dos era sincero.

Javier: No comprendo, no te importó que Román fuera el esposo de Alana, la que decías que era tu mejor amiga.

Kiara: Alana nunca me consideró su mejor amiga, solo a la zorra lagartona de Siara, así que ahora no se venga a la sufrida.

Javier: NO SE HACE A LA SUFRIDA, PERDIÓ A SU HIJO Y A SU ESPOSO QUE ELLA LO TENÍA EN UN PEDESTAL.

Kiara: Vaya… ahora la defiendes.

Cruzó las piernas y los brazos, negó con la cabeza. Sonrió desviando la mirada…

Javier: desde hoy mismo empiezo a ver el divorcio… no me importa tener que gastar todo para estar libre de ti.

Kiara: Haz lo que quieras, si piensas que te voy a suplicar por que no nos divorciemos estas en tremendo error.

Se puso de pie quedando a una corta distancia de mi, sonrió mirándome de pies a cabeza.

Kiara: La verdad… si me casé contigo fue para demostrarle a Siara que no es más que yo, si me casé contigo fue para estar muy cerca de Román.

Pasó junto a mi chocando su hombro con el mío, di la media vuelta sosteniendo su brazo. Levantó una ceja mirando hacia el agarre de mi mano.

Kiara: No tienes ni un solo derecho sobre mi. Tampoco tendrás derecho sobre la parte proporcional de la herencia que mencionaron en la lectura.

La solté negando con la cabeza. Sonreí dándome cuenta que no le importaba mi sentir.

Javier: Nunca me ha importado el dinero, nunca he visto a las personas por lo que tienen o dejan de tener. En cambio tú… ahora me queda claro que solo envidiaste la vida de Alana, siempre entrabas en competencia de ver quien era mejor, pero te diré una cosa. Alana no está sola, es mi amiga, y muy a su pesar, ella SI TIENE DIGNIDAD, DIGNIDAD QUE TÚ NUNCA PODRÁS TENER.

PLAAAAAAF!!!!

Giré un poco mi rostro al sentir la cachetada que me había dado, llevé mi mano a mi rostro mirándola.

Javier: Te haces a la indignada, cuando fuiste quien le faltó a esta tu familia y a la amistad que decías tener por Alana.

Kiara: Alana nunca… me oyes… nunca podrá ser igual que yo, ESTÁ POR DEBAJO DE MI.

Javier: Eso ¿te lo hizo creer Román?

Me aparté de ella caminando hacia las escaleras, subía uno por uno viendo desde arriba que me seguía con la mirada. Apresuró sus paso siguiendo hacia donde estaba yendo. Entré a la habitación, lugar donde profesamos muchas veces amarnos, lugar donde tenía la seguridad que era el único hombre en la vida de mi esposa, entré hacia el armario tomando mi maleta.

Kiara: Román siempre me dio mi lugar.

La miré de reojo, negué con la cabeza dejando la maleta en la cama, abrí la cremallera entrando de nuevo hacia el armario, empezaba a bajar mi ropa colgada, tomé bastante enrollando, la arrojé dentro de la maleta, ella entreabrió sus labios esperando a que mis palabras no fueran la verdad de que me marcharía. Volvía hacia el armario abriendo los cajones, no quería que nada de lo mío se quedara aquí, un lugar donde prefirió meter a su amante y estar en la misma cama que yo.

Se interpuso en mi camino, me miró sin decir nada. Pero yo si tenía mucho por decirle.

Javier: Román, te dio tu lugar… que mal estas.

Dejé caer la ropa en la maleta, volviendo al armario.

Kiara: Aunque lo dudes, él me amaba, por eso me dejó todo.

Cerré mis ojos con fuerzas pretendiendo no escuchar lo que estaba diciendo, abrí otro cajon sacando toda mi ropa, caminé hacia mi maleta dejando caer, levanté la tapa cerrando la cremallera. Caminé hacia el armario y ella extendió sus manos evitando que entrara.

Kiara: Román y yo, nos amamos.

Javier: Felicidades por ello, ahora tienes la fortuna robada a Alana, por que él estaba más viendo por como hacer que se quedará sin nada su esposa e hijo, que amarte. Pero si ante tus ojos eso era amor. Que bueno que lo valores.

La sostuve del hombro suavemente apartándola..

Kiara: Gane… eso es lo que me importa, le demostré a todo el mundo que puedo lograr lo que me proponga.

Sostuve otra maleta, abriendo la cremallera dejando en el piso, los cajones faltantes los iba vaciando echando todo encima de la maleta. Ni se daba cuenta de lo que ella misma se sentía tan victoriosa, cerraba los cajones ya vacíos. Cerré la cremallera alzando. La jalaba cuando ella la sostuvo. Negué con la cabeza.

Kiara: si te vas pierdes a Jeivi. Nunca más lo vas a ver, impediré que lo veas. Exigiré una buena suma de pensión. Pero a mi hijo no te lo vas a llevar.

Javier: No te preocupes, él tiene 6 años, pero aun así puede decidir con quien desea estar. Por mi puedes pelear todo en pensión si quieres, puedo solventarlo.

Jalé con fuerza la maleta haciendo que la soltara. Tenía un nudo en la garganta, pero para ella era importante verme sufrir y volverse a sentir victoriosa. Bajé la otra maleta dejando sobre el piso.

Kiara: Claro, te vas con esa tu amante Siara… ¿crees que no lo sé?

Sentí tanto coraje e impotencia de no poder estrangularla, pero no me iba aprestar a su sucio juego.

Javier: No creas que todo lo que has hecho no pueda tener consecuencias, disfrutas el dolor de una mujer para ser feliz tú… pero en esta vida Kiara… en esta vida todo se paga, hoy te ríes de haber dejado sin nada a una mujer que se ha esforzado en darle la mejor vida cuando tenía a su hijo. Dices que ganaste, pero no está Román a tu lado, tienes un dinero que le corresponde a otra persona. Pero Alana, tiene estudios, es una mujer preparada, decente y digna de llevar su apellido en alto, tú solo te conformaste en ser la mantenida de los hombres.

Kiara: Púdrete.

Javier: Dices que ganaste. Si Román siguiera con vida, te quedarías con el que engañó a su esposa tomando por mujer a la esposa del que decía ser su amigo. Hubiera llegado otra mujer más astuta que tú y te daría sin dudarlo. NO GANASTE NADA.

Kiara: Vete al infierno.

Sostuve las agarraderas de las maletas caminando hacia la salida, esperaba que mi hijo estuviera tranquilo aunque su madre le llenaría la cabeza de tonterías tendría que ver la manera de verlo antes que ella hablara con él.

Salí de la habitación. Bajaba las maletas por las escaleras, venía tras de mi apresurando su paso, en verdad no había más que decirnos. Acerqué las maletas a la puerta cuando se abrió. Entreabrí mis labios al ver a mi hijo que lo había traído una de las mamás del instituto.

Madre: Nos vemos.

Jeivi: Papá te vas de viaje por trabajo.

Cerré los ojos con fuerza, los abrí soltando el aza de las maletas, Kiara llegó hacia él abrazando…

Kiara: Tu papá me ha pedido el divorcio, por que se va encontrar con otra mujer.

Javier: Eso es mentira hijo.

Se soltó de ella corriendo hacia mi, lo alcé abrazando con fuerza, miraba a Kiara que sonrió, tenía todas las intenciones de hablar con él y le haría saber una versión nada buena.

Jeivi: Quiero irme contigo.

Kiara: Tu padre no puede tenerte y menos donde esté con otra mujer.

Javier: Basta Kiara, es mentira lo que dices.

Mi hijo se apartó viendo sus pequeñas lagrimas con la mirada baja, lo tomé de la barbilla haciendo que me mirara, mis ojos se llenaron de lagrimas, era por él quien hubiera quedarme, pero con todas las mentiras de mi esposa, eso no estaba en juego.

Javier: Tu madre y yo no nos entendemos..

Kiara: Por que tiene de amante de Siara… ¿te acuerdas?

Fijé la mirada en ella, negando con la cabeza, ¿Cómo tenía el valor de decir algo que era mentira? Pasé la mirada hacia mi hijo. Aparté sus lagrimas haciendo que no apartara de mi su mirada.

Javier: Sé que no podré verte siempre, por que dependerá de lo que un juez diga, pero sabes que te amo con todo mi ser. En mi vida solo estas tú, no hay nadie hijo, tu madre y yo ya no coincidimos, no quiero que nos veas discutir o levantarnos la voz, es mejor estar separados, pero el amor que te tenemos es único. Los dos te amamos y eso nunca lo vamos a cambiar.

Jeivi: Te creo papá, pero… llévame contigo.

Javier; No puedo hijo, por ley debes quedarte en tu casa, esta es tu casa. De nadie más.

Jeivi: No quiero quedarme con mamá. Ella me regaña mucho.

Javier: Tranquilo hijo.

Lo bajé quedando a su altura, su llanto me estaba doliendo demasiado, Kiara se acercó sosteniendo del brazo, él se resistía.

Kiara: tu padre se tiene que ir corriendo con su otra mujer.

Javier: Basta… Basta… BASTAAAAA… DEJA DE DECIRLE ESO.

Jeivi: Papá no tiene nadie… lo sé, no me dejes con ella papi.

Mi hijo suplicaba que lo llevara, pero no quería empeorar las cosas. Mis lagrimas empezaron a caer, miré a mi hijo que… Dios… Dioss, no quería dejarlo con ella, pero no podía llevármelo solo así.

Javier: Escucha. No me voy a separar de ti, solo que por otros motivos no puedo quedarme en esta casa. Sube a tu habitación, mañana te iré a buscar en el instituto.

Me abrazó dejando un beso en mi mejilla, ella cruzó los brazos rodeando los ojos, movía su pie con desespero. Ni ver a nuestro hijo así le causaba remordimiento. Se apartó sonriendo, pasó al lado de su madre…

Jeivi: Eres mala mamá.

Javier: Hijooo, es tu madre… tú si tienes que respetarla.

Jeivi: Sé que es por tu culpa… TODO FUE TU CULPA MAMÁAA… no te quiero…

Entreabrí mis labios al ver subir a mi hijo, ella lo siguió con la mirada, negó con la cabeza. Me acerqué a ella sosteniendo de mala manera su brazo.

Javier: Si me entero que vuelves a decirle a mi hijo que es por otra mujer, atente a las consecuencias.

Kiara: ¿Qué me harás?

La solté dando pasos hacia atrás, estaba sorprendido en conocer una parte de Kiara que nunca había visto. Abrí al puerta de la entrada tomando mis maletas. Me detuve dando la media vuelta.

Javier: SOLICITARÉ LA PRUEBA DE PATERNIDAD DE ESE HIJO QUE LLEVAS EN TU VIENTRE.

Entreabrió sus labios, hasta la expresión se le había quitado de esa carita de no hacia nada malo, salí con las maletas cerrando la puerta. Tenía que ver hoy mismo la situación de mi divorcio, más que por liberarme de Kiara, tendría que hacerlo por mi hijo que sé que no estaría para nada a gusto en vivir con su madre.

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Javier

Kiara