El Barón Y La Plabeya

-Te quedas bien, ahora vamos!

Sandra sube a un caballo, no sabe montar muy bien, aun asi puede seguir el paso de la marquesa.

-A dónde vamos?

-Vamos sobre las montañas, ahí tengo una cabaña, te quedarás ahí y te entrenaré.

-Bien

-La hice hace algunos meses, John no sabía y un día me siguió porque pensó que lo engañaba.

-En serio?

-Si, pero acepto que entrenará y por eso solo la uso de vez en cuando.

-Estaré unos días contigo, te enseñaré a cazar tu comida, vas a realizar entrenamiento para fortalecer tu cuerpo, eso lleva tiempo no esperes que sea en días.

-Hare lo que ordene.

Al llegar había un gran bosque, una cabaña al fondo, era cómoda, a pesar de tener solo dos habitaciónes pequeñas

-Es muy bonita.

-Se que no sabes montar muy bien, sabes cocinar?

-Si se, lo básico para mí.

-Bien, aquí estarás hasta que yo diga que estás lista.

Sandra lleva sus cosas al cuarto, ahí deja la poca ropa que lleva y se cambia por un traje mas sencillo, en el armario hay otros trajes, son algunos ligeros y otros más gruesos.

-Esos son para cazar, son para estar de noche en el frío, con los más ligueros podrás moverte entre los árboles, sabes de costura asi que ajustarlos a tu talla.

-Cuando empiezo?

-Mañana, ahora descansemos.

Ellas solo se preparan algo de comer, la marquesa le cuenta un poco de sus niños.

-La cocina es pequeña, hay carne seca, diferentes granos y té.

Al día siguiente ella está frente a la marquesa.

-Debes tener la cara cubierta, tu identidad no debe ser descubierta, será tu mejor arma y la más importante.

-Por qué?

-Tu misión en un futuro será estar al servicio de la corona, así puedes salir a la calle sin que sepan que eres un caballero, podrás asistir a reuniones y pasar desapercibida, incluso puedes ir a otros reinos y nadie sospecha de una joven delicada, no crees.

-Ya entiendo.

-Ahora más adelante hay un llano, necesitó que tu cuerpo esté en condiciones adecuadas.

Así Sandra empieza una nueva vida, un nuevo propósito.

-Bien aquí todas las mañanas antes de que salga el sol, saldrás al correr solo una hora, después al regresar a la cabaña, te bañaras y desayunas, te enseñaré ejercicios para estirar tu cuerpo, por las tardes vendrás aquí a montar también una hora.

-Y después?

-Con eso es suficiente por el momento, tu cuerpo es débil, no podemos forzarlo o te vas a lastimar, Sandra todo lleva un proceso.

-Entiendo, gracias, no le fallaré.

-No, claro que no.

Después de unos días, la marquesa se va, Sandra hace día con día lo que le dicen, sale a correr antes de que el sol salga, ella optó por caminar y dejar el caballo.

-Aqui está muy solitario, siento paz y miedo a la vez.

Día a día, todo se convierte en rutina.

Está ocasión viene a cazar, tiene algunas idea de cómo es, su padre es un buen cazador y al estar sola con él, lo acompaño en algunas ocasiones, solo lo recuerda y llora por no verlo.

-Debo ser fuerte, así cuando me vea sentirá orgullo por mi.

Solo recuerda sus consejos, consejos que nunca quiso escuchar.

-Sandra, Sandra, pon atención, tu mano debe sostener el arco y tú brazo va a esta altura

-Padre!! No quiero mis manos.

-Sandra por favor, al menos práctica un poco.

-Bien, bien

-Por favor, solo quiero que seas feliz

-Lo seré, me casaré con alguien especial

-Dios

Sandra siente nostalgia por su padre, así que práctica un poco y al final del día logra cazar un conejo, el problema es que no sabe como limpiarlo, en el río, intenta recordar como lo hacía su padre, lo logra después de algún tiempo, cansada regresa a la cabaña, ahí cocina y para su sorpresa la marquesa llegaba.

-Sabes cazar?

-casi no, mi padre intentó enseñarme, pero no le ponía atención.

-Entonces sabes cómo agarrar el arco?

-Sí... más o menos.

-Entonces ya sé cuál será tu próximo ejercicio.

Después de algunas semanas, Sandra ya tenía destreza en correr y en el arco, era momento de otro tipo de entrenamiento, la marquesa iba y venia cada ciertos días.

-Sandra has mejorado mucho, me sorprende y bastante, ahora tengo que irme, pero quiero que estés todo el tiempo que puedas con los ojos vendados.

-Todo el tiempo?

-Sí, necesito que tus sentidos estén listos para lo que sigue, en tres meses regresaré, hablé con John, necesito estar mínimo 6 meses contigo para enseñarte lo básico de combate cuerpo a cuerpo.

-Lo que ordene.

Así Sandra tenía vendados los ojos, los primeros días fue un gran problema, después de un mes ya lograba hacer todo con los ojos cerrados, la marquesa regresaría hasta dentro de dos meses en ese tiempo ella hacia todo lo que ya le había enseñado.

La marquesa optó por enseñarle el arte de la Katana, algo que solo ella conoce, le mando hacer dos de un material ligero, espera en unos años mejorarlas.

En lo que ella calma su conciencia en lo alto de una montaña, un joven barón supervisa el inicio de la construcción del puerto, no solo es eso se pondrá un cuartel para los marineros.

-Baron soy el encargado de la obra, los trabajos están contemplados para un tiempo de dos años, espero trabajar a su lado.

-Así será, todos los todos loses serán enviados por barcos, cualquier cosa que necesite no dude en pedirlo.

-Gracias.

Noah solo ve al mar, la marquesa le aviso que Sandra decidió alejarse un tiempo, los chismes día con día fueron olvidados, pero algo dentro de él siente que debió hacer más por ella.

Aun así espera que ella encuentre lo que busca, ahora solo le toca lidiar con su madre quien cada día le insiste en conocer a alguien, él se mantiene en su posición y no tan fácil cederá a la insistencia de su madre.

-Vaya hasta que vuelves.

-Madre, buenas tardes.

-Espera necesito hablar contigo.

-Cual es el problema.

-La hija de una amiga vendrá unos días, quiero que la atiendas que seas cortés y sobre todo que!!

-BASTA!! Ya estoy cansado de esto.

Julián... Julián... ven aquí.

Julián era el mayordomo que tenía, el llega corriendo por qué Noah gritaba y se escuchaba por toda la casa.

-Digame, que sucede?

-Prepara las cosas de mi madre, ella se irá de aquí, pero no vas a ir con tu familia, irás al norte.

-Que? Me estás corriendo de mi casa?

-Es mi casa, si te comportas como una madre no haría esto.

-Adonde iré?

-Con mi hermana, el invierno se acerca y tú estarás bien ahí.

-No pienso ir ahí.

-Soy el barón de estas tierras, no te estoy preguntando, así que alista todo saldras en dos dias