Silencio En La Oscuridad.

Dylan agarro a Makoto y lo abrazo, mirando a su padre y diciendo en cada rato que él es suyo.

Hikari solo se puso a reír igual que Esmeralda.

El rato era algo de alegría, mientras caía la noche.

-Es hora de dormir.- Se alejó levemente de la sala y se fue a su habitación.

Esmeralda agarró de la mano a Hikari y se la llevó a su cuarto, mientras que Dylan se llevó a Makoto.

Llegaron a una puerta y solo Dylan abrió agarrando la manija después de sacar la llave, haciendo que levemente entrara Makoto a la habitación.

Dylan: Esta es mi habitación.

Makoto observo que no era más que un pequeño y espacioso cuarto, la cama estaba cerca de la ventana y su closet ni se notaba , estaba en la pared. Tenía una gran alfombra, suave.

Mientras que Makoto estaba distraído, Dylan cerró su cuarto con seguro. Se acercó levemente a Makoto agarrándolo de la cadera, el menor solo se sorprendió por la acción del mayor.

Dylan volteo a Makoto le dio un beso suave y apasionado, mientras comenzó a desvestirlo dejando le completamente sin prendas.

Sus caricias dejaban un poco de ardor, sus besos ganas de más y se volvió más salvaje. Tomando a Makoto de una pierna la alzó levemente.

Makoto: Q-q .. AHHG~ - Solo no le dejo hablar.

Dylan introdujo su miembro en la pequeña entrada del menor haciéndolo gemir de dolor, levemente salió sangre, pero al notarlo sonrió leve y siguió dando embestidas.

Makoto en un principio sintió un dolor pulsante pero después solo comenzó a gemir de placer.

Las horas pasaban, mientras que los gemidos eran suaves y se escuchaban leves en la habitación, Dylan callaba a Makoto plantando le un beso placentero en los labios carnosos rosados y a la vez, embestidas continúas, rápidas y llenas de placer.

Los dos llenos de sudor recorrer por sus cuerpos, Dylan se levantó y cargo a Makoto al estilo princesa, lo llevo al baño y limpio detalladamente el cuerpo marcado de moretones y mordiscos.

Makoto: En serio, eres una bestia Dylan…

Dylan: Lo siento pequeño, pero desde ahora eres mío, solamente mío. -Beso, los labios del menor- Quiero que seas mi pareja para siempre.

Makoto escucho y solo asintió leve su cabeza. Diciendo sí después.

Makoto: Primero me quitas mi primera vez y luego me dices que te gustó… Eso es nuevo para mí, pero sí quiero ser tu pareja para siempre…

Dylan sonrió un poco al escuchar las palabras del menor y se sonrojó un poco.

Dylan: Gracias corazón me haces el hombre más feliz…

Makoto Agarro de la nuca a Dylan y lo acercó a él, un leve beso de cariño fue puesto en los labios del mayor.

Dylan termino de limpiar un poco a Makoto luego metió levemente sus dedos en la entrepierna del menor sacando la esencia dentro de él. Haciéndolo gemir un poco para luego sacarlo y acomodar se los dos en la cama.

Dormir era la prueba de que estaban cansados, un leve sonido de ronquido se escuchaba en la habitación y la oscuridad de la noche era la mejor compañía para un sueño profundo. Sin embargo, Makoto se despertaba unas veces por aquel silencio, veía a su alrededor para luego acomodarse nuevamente.

En aquel momento, Makoto una vez más se despierta suavemente abriendo sus ojos acostados y viendo la cara de Dylan, El rostro de Dylan estaba algo adormilado pero sus ojos tenían una leve mirada, sus ojos brillaban. Un color carmesí brillante.

Makoto cerro sus ojos siente un leve miedo y sus pensamientos eran algo lógicos; hasta que llegó a pensar que Dylan no le haría nada y que su amor por él era más grande o eso era lo que creía.

La luz del sol tocó sus mejillas y levemente sus ojos, despertar viendo que la ventana estaba abierta, reviso la cama notando que Dylan no estaba en ella, se levantó y fue hacia la ventana. Observo que Dylan estaba afuera hablando con su padre, sonrió suavemente y se fue al baño.

No sabía que colocar, ya que no tenía ropa, tomo prestado del closet de Dylan y se lo coloco.

Salió luego, camino por los pasillos de la mansión hasta llegar a la puerta que estaba abierta que iba directo al jardín tracero y ahí estaban Dylan y su padre hablando; Makoto se acercó a ellos dando los buenos día.