¡TU MIRADA... MI PERDICIÓN!

Él no lo puede entender, y yo no se lo puedo decir para no ser descortés, pero su presencia no es grata por varios motivos…

. - Pensé que nunca lo preguntarías e iba a tener que auto invitarme... - Su tono irónico me avergonzó...

. - Disculpa mi falta de tacto, tengo un horrible embrollo en la cabeza... - Nada más falso que eso, solo no quiero estar cerca de él...

. - Lo sé, por eso quiero distraerte... – Lo miré…

.- ¿Y cómo pretendes hacer eso con una taza de café?

. - ¿No sabes que compartir una taza de café puede desestresarte un poco...? -

¿Contigo? Por varias razones lo dudo mucho... ¡Pensé!

. - Adelante... - Resignada, le indiqué que pasara, pues él no iba a desistir de querer entrar...

. - Después de ti... - Dijo haciéndose a un lado y señalándome la entrada, voltee los ojos y me adelante a entrar...

. - Tengo cita con el abogado dentro de menos de 1 hora... – Anuncié mirando mi reloj, mientras entraba, con intensión de que entendiera que su visita debía reducirse solo a una pequeña taza de café...

. - Trataré de tomarme el café lo más rápido posible... - Volteé a mirarlo y él estaba sonriendo con disimulo y su mirada fija en mi...

. - Trataré de que no esté tan caliente... - Le dije en el mismo tono, y su sonrisa se amplió.

. - Te aseguro que mis labios te lo agradecerán... - Su voz era seductora e inmediatamente mi mirada se fijó en sus labios, ¡Que error! Leonardo se acercó, y yo estaba embalsada con su avance hacía mí hasta tenerlo justo al frente - Hay mejores formas de maltratar los labios que quemarlos sabes...

Pasó su lengua por ellos, y yo estaba hipnotizada mirando su gesto, e inconscientemente hice lo mismo, entonces Leonardo levantó su mano, la acercó a mi boca y con sus dedos los tocó, delineándolos, especialmente el labio inferior, lo que provocó que cerrara mis ojos, no voy a negar que disfruté su caricia, y menos que provocó infinidades de sensaciones en todo mi cuerpo, cuando los volví a abrir, su cara venía acercándose a la mía...

¡Dios mío! me punzaban los labios y sí, me sentí tentada, quise besarlo, o que me besara, pero la razón volvió a mí, y me aparte de él... ¿Qué me pasa? Por Dios, comparto este apartamento con el hombre con quien me voy a casar, ¿Cómo diablos se me ocurre algo así? ¿Acaso estoy loca?

Lo vi sonreír de medio lado, pero sin gracia en sus ojos, por haber roto el momento, y caminó de vuelta a la sala, pensé que se iría y sentí alivio, más el señor simplemente se sentó cómodamente en el sofá cruzando sus piernas... Y lo miré con el ceño fruncido, reclamándole en silencio.

El solo levantó los hombros como si nada, antes de hablar...

. - Me ofreciste un café, no pensarás negármelo también ¿Verdad?

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LEONARDO

Podía ver lo contrariada que estaba, por eso me alejé de ella, porque de no ser así, juro por Dios, que la estaría besando aún... pero me contuve de insistir por cuanto aún no sé su estado civil, y no la quiero ofender o que ella lo haga a su pareja. Tal vez, eso es parte de lo que la tiene ahora tan incómoda...

. - No creo que sea buena idea... - Su titubeo me hizo aceptar lo pensado antes y sonreí para calmarla.

. - No te preocupes Natalia, solo tomaré el café y me iré... - Ella me miró, suspiró y caminó hasta la cocina a preparar sin gana el bendito café...

Mientras ella estaba concentrada en eso, me puse a detallar el espacio donde me encontraba, especialmente los adornos de las repisas, había algunos porta retratos, con fotos obviamente de Natalia y su hermano, otra de toda la familia, otra con una mujer que reconocí como su amiga de la universidad, y la que más llamó mi atención, pero no por bonita o algo positivo ni parecido, sino al contrario, no me agradó para nada, era, una de Natalia abrazada con un hombre...

Me levanté y acerqué para verla mejor... la tomé en mis manos ¿Quién será? ¿Su esposo, o un novio?, el hombre es tan blanco como yo, de ojos también azules, más claros que los míos, su pelo es rubio, se nota que es menos alto y más delgado también, y ya me cae mal... cuando escuché sus pasos, puse la foto en su lugar... Ella se acercó y evitó darme la taza en las manos, por ello, la colocó en la mesita, lo que me hizo sonreír de medio lado, pues claramente, está evitando acercarse demasiado a mí, eso me gusto, y mucho...

. - No sé qué tan dulce lo tomas, allí hay azúcar - Señaló el tarrito, se nota mucho que está nerviosa...

. - Gracias, lo tomo sin azúcar, igual que tu supongo...

Solo asintió, yo la miraba fijamente y ella a todas direcciones, sin saber que hacer...

. - ¿Dónde está tu café Natalia? se supone que lo vamos a tomar juntos para que te relajes...

. - Si claro... - Se volteó y dirigió nuevamente a la cocina, su tono irónico me hizo sonreír nuevamente, me encanta verla nerviosa y molesta... Cuando regresó igual se quedó lo más lejos que pudo.

. - Cuéntame Natalia, te quedaste con las tacitas de té de la casa de tu Barbie? - Me miró extrañada, sin entender mis palabras... - Supongo que esta es la taza más pequeña que tienes en tu despensa... - Su sonrojo me encantó e hizo reír...

. - Muy gracioso... - Dijo volteando los ojos y tomando su café, tres sorbos que agarra esa taza y listo, sí que estaba apurada porque me marche...

. - La idea es que te relajes...

. - El café no me hará olvidar que tengo un hermano preso...

. - Bueno, podemos intentar con un masaje... - Levanté mis cejas insinuantemente, imaginándome ese cuerpo desnudo bajo mis dominios, otorgándole un masaje relajante que luego llevaría a uno excitante hasta hacerla pedirme que la tomara por completo...

. - Si te levantas de esa silla es para salir por esa puerta... - Me amenazó señalándome con el dedo, cuando intenté levantarme con la intención de iniciar ese masaje que mi libidinosa mente imaginó - No recuerdo que eras tan payaso Mendoza...

Aunque me provocó gracia su comentario, no me reí, al contrario, le mostré mi cara más seria pues recordé su desplante...

. - No me conoces, tú no tienes recuerdos de mí porque no quisiste conocerme... - Le reproché

Ambos nos quedamos observando en un duelo de miradas y recuerdos...

. - No me gustó el lado falso que quisiste mostrarme...

. - ¿Lado falso? ¿De qué estás hablando? - Ella me miró con ironía - ¿Esa es tu excusa? o ¿Más bien fue que supiste que la cuenta bancaria de Harry tenía más ceros que la mía?

. - ¿Me estas llamando interesada? - Me preguntó incrédula y ofendida, cuando ella me acaba de llamar falso, para justificarse...

. - Estamos a la par...

. - Será mejor que te vayas...

. - ¡Por supuesto! - Coloqué la taza en la mesita y me levanté molesto - Debo volver a la estación de policía... - Antes de dar un paso, vi su rostro palidecer... Este es tu talón de Aquiles, y lo lamento, pero será lo que te mantenga a mi lado...

. - ¿Por qué iras? - Su inquietud me hizo saber que se preocupaba por el impase que tuvimos, y que yo intente cambiar de opinión por ello...

. - Tengo asuntos que atender - Le respondí con firmeza y la vi acercarse después de querer mantenerse alejada…

. - Leonardo... - No pudo continuar y me conmoví porque realmente entiendo su inquietud y tampoco vale angustiarla así, aunque es bueno que entienda que depende de mí...

. - ¿Qué pasa?... - Me acerqué a la puerta - Recuerda que mí auto quedó allá...

. - Sí, es cierto... - bajó la mirada, sé que quería decirme algo referente al inconveniente que tuvimos...

. - No te preocupes, no ha pasado nada... descansa antes de volver a salir ¡No es bueno que manejes así!

. - Lo intentaré, gracias... - Asentí y salí del apartamento, ya en la salida del conjunto residencial, llame a un Uber de confianza que tengo para emergencias como esta. En el camino le envié un mensaje al Detective Taylor avisándole que voy para allá...

. - Le pediré que pueda permitir que Gabriel vuelva a su hogar, no quiero que Natalia vaya a enfermar o su condición empeore por estrés...