Primo Caliente

                     LIZ

Mis ojos están rojos, no sé si es de rabia o de extremo dolor.

James está acostándose con la puta de Leticia en su cama, donde solíamos hacerlo nosotros. No puedo creer que me haya engañado, siento como si el mundo se hubiera derrumbado, mi visión se nubla por las lágrimas.

Creía en el amor de James por mí, creí que podríamos tener futuro juntos, incluso llegué a pensar en un futuro para nosotros.

Siento mucho asco de los dos, están ahí acostándose justo delante de mí.

No voy a dejar pasar esta traición así como así.

Entro en la habitación gritando:

¿¡Qué mierda está pasando aquí, James!?

Le hablo muy mal, él se aparta de ella de golpe y se enrolla en una sábana. Se acerca a mí con los ojos rojos, casi pareciera que voy a creerle.

James: - No es lo que piensas, mi amor. Te amo, ella no me gusta.

Liz: - ¡Aléjate de mí, me das asco! ¡Te estás acostando con esa puta de Leticia! ¡Sabes que no la soporto! ¿¡Cómo has podido hacerme esto!?

Estoy llorando a mares, esta es una de las mayores decepciones de mi vida. La muy zorra de Leticia se está vistiendo y se ríe de mí, está disfrutando de este espectáculo.

James: - Amor, iba a contarte toda la verdad hoy mismo. Nunca quise estar con ella, un día me emborraché y terminé en la cama con ella, y ahora no deja de amenazarme con contártelo para que me acueste con ella. No la amo, solo te amo a ti. ¿Me perdonas?

Dice llorando. No volveré a creer ni una sola palabra que salga de su boca, me ha roto por dentro.

Liz: - Nunca más volveré a creerte, no quiero volver a verte en mi vida. Se acabó todo. Hazme el favor de no buscarme, te odio.

Salgo corriendo de su casa. Se viste rápido y corre tras de mí, me agarra del brazo e intenta explicarse.

James: - Por favor, escúchame. Me amenazó, si no me acostaba con ella, te lo iba a contar todo. Estaba borracho, no tengo ni idea de cómo terminé en la cama con ella. Jamás te habría engañado, mi amor. No quería perderte, por eso me rebajé a estar con ella para que no dijera nada. No siento nada por ella, créeme. Solo te amo a ti. Por favor, perdóname.

Dice llorando. No quiero saber si está diciendo la verdad o no, el caso es que me engañó, lo pillé con las manos en la masa con esa zorra.

Le aparto la mano con la que me sujetaba el brazo y salgo corriendo. Por la calle está pasando un taxi, lo llamo, gracias a Dios se detiene. Entro y le doy la dirección al conductor.

Tengo los ojos rojos de tanto llorar, ¿por qué me ha hecho esto?, ¡maldito!

Taxista: - ¿Se encuentra bien, señorita?

El taxista me mira con cara de pena, debo tener un aspecto horrible, seguro que tengo los ojos hinchados.

Liz: - Sí, estoy bien... -miento.

¿Cómo voy a estar bien si el chico que creía que me amaba, con el que llevo más de un año saliendo, me está engañando?

Le doy la dirección de mi casa. Minutos después, el taxi se detiene. Le pago y abro la puerta para bajar del coche.

Abro la puerta y entro, voy directa a mi habitación, me quito la ropa y me meto en la ducha. Todavía estoy asimilando que mi novio me estaba engañando, ¿cómo ha podido hacerme esto?

Llegué a pensar en amarlo, ¿me habrá amado alguna vez?, ¿me habrá tomado el pelo siempre?

Me paso unos 20 minutos bajo la ducha. Parece que este peso no desaparece de mi pecho. Me seco, me pongo algo de ropa y me tumbo en la cama.

Estoy agotada y enseguida me quedo dormida.

Me despierta mi madre llamando a la puerta.

Eduarda: - Hija, ¿durmiendo a estas horas? ¿Ha pasado algo, mi amor? ¿Por qué tienes los ojos hinchados? ¿Has estado llorando?

Liz: - Mamá 😓😓😓

Eduarda: - ¿Qué ha pasado, hija? Me estás asustando.

Se sienta en mi cama y me abraza. Me derrumbo y empiezo a llorar de nuevo...

Continuará...