No Eres Mi Verdad

Los pensamientos de Eduar fueron interrumpidas cuando alguien llamó a su puerta, abandono sus pensamientos y se dirigió a la puerta.

- Perdón por tocar tu puerta a esta hora, pero tengo algo muy importante que hablar contigo- le dijo Elián.

- ¡Supongo que debe ser algo de mí padre!...- Eduar contestó.

- Estás en lo correcto, hace días trabajo en el caso, y la sospechosa es una mujer, ¿sabías que tu padre tenía muchos deslices con muchas mujeres en contra de su voluntad?

- Sabía que tenía amantes, pero no que el les forzaba a que estén con él.

- La última mujer quien lo mato, no dejo ningún rasgo ni evidencia, sabía perfectamente lo que estaba haciendo y como evadir la verdad. Pero sigo trabajando en ello y voy a encontrar a la asesina de tu padre.

- Alguien tomó su vida en contra de su voluntad y no estaré tranquilo hasta que agarre a esa mujer, si necesita algún medio de ayuda no dude en pedírmelo.

- No creo que sea necesario, pero te tomó la palabra, por otro lado, Ariana abrió los ojos, ¿no se si lo supiste?.

- No, no lo sabía, pero gracias por la información en cuanto pueda iré a verla.

- Bueno, me retiro estamos en contacto.

Elián después de hablar con Eduar se fue directamente al hospital para verme, sabía que en cualquier momento Eduar iría a verme y no quería cruzarse nuevamente con él, silenciosamente entró, yo estaba más estable y consciente, estaba atenta al noticiero, porque seguían hablando de la muerte del padre de Eduar, decían que una mujer despreciable le había quitado la vida a un buen hombre, pero nadie sabía que esa mujer era yo. No me di cuanta que Elián en silencio me observaba, desde la puerta.

"No sabía que eras un hombre muy importante, pero sí que eras un maldito cerdo, te mataría una y otra vez si fuera necesario", hablaba con mi voz interna.

- Aún estamos en la búsqueda de la sospechosa- Elián quiebro mi atención en la televisión.

Odio tu presencia, me pregunto ¿que haces aquí?, me dije.

-¿Aún no encontraste evidencias?- le pregunté para sacarle algo de información.

- Si vos recordaras algo más o hicieras un pequeño esfuerzo en recordar un poco más de lo que viste, seria de una gran ayuda.

- Cuando encuentres a la asesina, ¿qué harás?.

- Ponerla bajo rejas.

- Antes de ponerla bajo rejas, ¿escucharías su versión?

- Obvio que la escucharía, pero nada justificaría lo que ha hecho.

- En vez de hablar de eso, ¿por qué mejor no te acercas mas a mi?...

- Me echaste..., ¿no lo recuerdas?

- Las drogas del hospital me ponen algo grosera, anda ven...- Con mi dedo le llamé.

Tenía que sacarle algo más de información y para eso necesitaba de su celular y enloquecerlo por mí para que fuera mas sencillo, por otro lado, tenía sed, quería jugar con él, no me importaba el sitio, solo quería saciar mi sed, mi hambre y mis deseos. Quería sentirme yo nuevamente, Elián ya no podía escapar, se dejó llevar y lentamente se acercó, sentí su olor, sus labios olían a besarme, sus músculos empezaron a tensarse. El viento sopló muy fuerte abriendo las ventanas, un aire frío entró, Elián despertó del trance y fue corriendo a cerrar las ventanas.

Mis ganas de volverme loca y conectarme con él, una ola de viento se lo había llevado.

- Ariana, perdón por venir estas horas- rompiendo el silencio dijo.

Le miré una vez más, y le dije.

-! Sácame de aquí!..., odio este maldito lugar.

- No puedes irte, aún no estás bien del todo.

- Lo que necesitan curarme aquí no lo harán, por favor, Llévame a mi casa.

No podía estar más en ese lugar, llame con el botón a la enfermera y ella enseguida vino.

- ¿Señorita, esta bien? - La enfermera vestida de blanco con un poco de maquillaje para ocultar sus ojeras me preguntó.

- ¡Quiero irme!... ¿Dónde tengo que firmar mi consentimiento de abandono del hospital?- Dije.

- Su salud aún es delicada, piénselo un momento.

- No tengo nada que pensar, tráigame el papel por favor.

Tome mis cosas y como pude me cambié, Elián quiso ayudarme, pero no lo dejé.

- Ariana, aún estás mal, lo que estás haciendo es una locura- Elián estaba preocupado.

- No te pedí tu opinión, solo llévame a casa, no te estoy pidiendo gran cosa.

Termine de cambiarme y salí a paso lento, Elián me presto su hombro para apoyarme, firme el papel y salí de ese lugar que me enfermaba más.

Subí al auto, el detective arranco y me llevó a casa, sentía como el aire chocaba en mi rostro, extrañaba este aire a libertad, las luces en la ciudad abrían mi deseo de querer estar en una gran fiesta y bailar sin control, moviendo mis caderas como en el último otoño, recordaba aquella noche y sonría sola, Elián me observaba y veía una primera en mis ojos. La fiebre que me amenazaba desaparecía de mi cuerpo, quería vencer todo el dolor que me perseguía, quería volver a nacer y ver las cosas de diferente manera, pero mis raíces ya estaban crecidas y mis ramas solo intentaban subsistir.

Por mucho tiempo viaje sola en la sombra y en la oscuridad, intentando que no me llegue el sol para quemarme, mis padres no podían cambiar mi forma de pensar, no quise arrastrarlos al vacío conmigo y solo decidí alejarme de ellos, por eso cuando estuve en el hospital, nadie vino a preguntar por mi, tampoco necesitaba de nadie, si ese era mi final, lo hubiese aceptado.

El auto paro frete a mi casa, el viaje había terminado, baje con su ayuda, no lo vi venir, cuando escuché la palma de una mano que chocaba con mi cara, mis cachetes se volvieron rojos por el dolor, por unos segundos me perdí, hasta que escuché una vos femenina que me gritaba- Sos una maldita zorra, que no tienes sentimientos, por tu culpa perdí muchas cosas.

Levante muy bien la vista para ver quien era, Mía estaba parada frente a mí, tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

- ¡No es mi culpa que no sepas utilizar bien lo que tienes entre las piernas!...- le contesté.

- Me dijiste que no te habías metido con Elián, sos una maldita mentirosa, ojalá te hubieses muerto en ese accidente.

- También hubiese deseado lo mismo, pero lástima que Elián me haya salvado la vida, reclamáselo a él y no a mí.

- Lograste quitarme a Elián, pero te aseguro que te vas a arrepentir, no voy a parar hasta destruirte- gritó más fuerte.

- Ja, ja, ja... - Me reí en su cara- Mía, me estás amenazando frente a un policía, porque no vas a tomarte un trago y te relajas un poco que mucha falta te hace. Y no vuelvas a cruzarte en mi camino, porque te aseguro que será el último día que respires- Fue lo último que le dije y entre a mi casa.

Elián se preguntaba de donde había sacado toda esa energía para enfrentarme a su ex, él vino tras de mí, sin decir ninguna palabra, Mía quedó desconcertada, se subió al auto, esperando que Elián vaya tras de ella, yo para enfurecerla más deje que el entrará conmigo a mi casa.

Mía no controló su ira, al ver que abría la puerta a lado del hombre que amaba, corrió tras de mí, me tomó del pelo y caí al suelo, ahí se aprovechó de mi débil cuerpo, con toda su maldad me cacheteo una y otra vez, quería matarla en ese instante, quería verla sufrir.

Eduar terminó con todos los pendientes que tenía y fue al hospital, se dirigió directamente a mi habitación, cuando una enfermera le detuvo y le preguntó a quién buscaba, porque estaban haciendo un nuevo ingreso, le dio mi nombre y le dijo que pida información en recepción, se dirigió hacia haya y preguntó, le dijeron que me había ido por mi voluntad. Salió corriendo por los pasillos tropezando contra todo, subió a su auto y fue directamente a mi casa, cuando vio tal escena se apresuró para llegar hacia mí, Elián a la fuerza apartó a Mía para qué dejará de golpearme y se la llevó al ver que Eduar me metía en sus brazos a mi casa.