Ésta es la historia de una doctora que conquista sin querer a todos quienes la rodean... hombres, mujeres, niños... Todos la llegan a querer sin medidas, y muchos son los que quieren ir más allá con ella, pero su corazón siempre perteneció a alguien más...
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Peligroso para ti...
Haley...
Miro al teléfono como si yo me hubiese enloquecido. No puedo entender que pasó... ¿Será que esta mujer si me está diciendo la verdad? Pero y ¿Qué hay si solo es una pantalla de humo para que yo le crea y sacarme información? ¡¡¡Dioooooooooosssssss!!! que frustración tan horrible...
Hago una videollamada con Maxwell a ver qué me dice... Estuvimos hablando un poco de lo frustrado que el también se siente allá, y aprovechando esa coyuntura que el mismo hizo, le cuento lo que ocurrió. Pero mayor es mi sorpresa, cuando él también me cuenta lo que ha estado averiguando. Amor, ese hombre está metido en negocios sucios. Estuvo a punto de irse a la quiebra porque vive como si el fuese el mismo rey de Inglaterra, pero la verdad es que no es más que un Vizconde. Por eso cuando estuvo al borde de la quiebra, se metió en negocios turbios, nadie sabe en realidad de que se trata. Solo saben que de la noche a la mañana, comenzó a ganar mucho dinero.
Me quedé en silencio pensando en lo que mi esposo estaba diciendo. ¿Y entonces que podemos hacer? -Pregunté a mi esposo ya con desesperación- Estoy MUY preocupada Maxwell, nuestro hijo está mal, no es nada más que un Zombi. Uno extremadamente amargado. Todo esto pasó en el peor de los momentos amor. Mi bebé está sufriendo mucho y lo peor es que lo que está haciendo es bebiendo hasta la inconsciencia. Estoy asustada. -Admití con angustia- Mi amor, tranquila que todo se va a resolver. En este mismo momento voy a apartar mi cita con el consejo para poder empacar e irme hoy mismo a casa. Mi hijo me necesita y ahí estaré.
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Pasaron 12 horas en las que Maxwell Edwards hizo todas las gestiones que debía pedir y dejó el Reino Unido. Pero no sin antes pasar por el apartamento de Priscila. Ya los Johnson habían regresado a New York.
Tocó la puerta del departamento y de inmediato recibió la respuesta. Un momento... Cuando Priscila abrió la puerta del departamento, casi cae para atrás, Señor Maxwell... Fueron las únicas palabras que pudo articular. Le dio la entrada con la mano y el hombre ingresó al departamento. La visita del padre de su amado era una total sorpresa para ella. Le ofrezco algo? -preguntó con cortesía tal como su madre la había enseñado- No pequeña, escucha no voy a tomar mucho de tu tiempo. Respondió el mayor.
He venido hasta aquí para ponerte al tanto de que la familia que nos está presionando con que Max se case, puede ser que sea peligrosa. Por esa razón te pido que si de verdad amas a Max tanto como él te ama a ti, te cuides. -Dijo tomando las manos de ella entre las de él- Mi hijo y tú hace un par de semanas que se separaron y ya él está muerto en vida. No es tanto porque te hayas venido aquí o porque estés estudiando lejos de él, es porque sabe que te puede perder. Sé que eres una gran chica, y estoy feliz de que mi hijo haya encontrado a alguien como tú en su vida. Es solo que en este momento ambos son peligrosos el uno para el otro. Él para ti porque te podría desconcentrar de tus metas y tú para él porque podría cometer una locura por el amor que te tiene y ponerlos a ambos en peligro. Entonces estoy aquí para pedirte, mejor dicho para suplicarte que te alejes de él por un tiempo, mientras logramos resolver todo esto.
Para Priscila escuchar lo que decía ese hombre era desconcertante. ¿Que está muerto en vida? Amor... ¿Que estás haciendo? Su mente viajo hasta su amado. Pero las últimas palabras de Maxwell, la trajeron de vuelta y la sembraron en ese sillón. ¿Y como podría yo alejarme más de lo que ya estoy? -Preguntó Priscila desconcertada- Estoy a 9 horas de distancia de el, a horas de diferencia en tiempo... Ya el nudo en la garganta de ella era incontrolable. ¿Que es lo que verdaderamente quiere de mi señor Maxwell? A lo que él respondió... Bloquealo, elimina cualquier comunicación que puedas tener con él. Quiero evitar el peligro para él y para tí también. Mi hijo no me perdonaría si permito que algo te pase. ¿me ayudarás en eso? Priscila sentía que su corazón estaba volviéndose añicos. Casi podía sentir los pedazos caer. No sé preocupe señor Edwards. Por mi parte tiene mi palabra de que su hijo no sabrá nada más de mi.
Será solo por un tiempo hija. -Abogó el hombre, pero para ella que le dijera hija era doloroso en ese momento- Tranquilo, le juro que no tendrán manera de acercarse a mi. Ni el ni nadie más. Maxwell sabía que tal vez sería doloroso ese proceso, pero a la vez, necesitaba cuidarlos a ambos. No fue la mejor manera de hacerlo, pero ser tan cuadrado y sin haberlo consultado con Haley o haber dejado que ella hablara, le traería sufrimiento a ambos.
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Mientras en Reino Unido estaba Priscila con el corazón roto en mil pedazos, Max no estaba muy diferente en New York. Lloraba y maldecía porque quería estar con su bebé, llamó a su hermana y lloró con ella. Mía sabía que su hermano estaría afectado, pero no se imaginó jamás cuánto sería. Hablaron hasta que Max se quedó dormido. Por primera vez en semanas no caía inconsciente de la borrachera. Cayó rendido del cansancio y de tanto llorar. Mía en sus ganas de ver a su hermano mejor, le propuso... ¿Que tal si mañana le haces una videollamada? Al grandote se le iluminó el rostro y se prometió que la llamaría tan pronto llegara de su trabajo.
Aunque ni él ni Mía se imaginaban la sorpresa que les esperaba...
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Mujerones... Prometo que mañana les daré un capítulo más largo. Ya volví al trabajo y pues estamos despachando varios pedidos que tenemos. Termino la jornada extremadamente agotada!! Les agradezco su comprensión!!! Un beso de esta agotada pero cumplida escritora...
Juli 😘💕💜😘💕💜😘💕💜
