Mi Vecino, Mi Amor

El sol del día golpeaba los ojos de Diego, tocó la cama y al sentirla vacía abrió los ojos, al principio pensó que solo fue un sueño pero al verse en aquella cabaña, lo dejo mucho más confundido pensando que solo fue un hermoso sueño, él estaba dispuesto a cancelar la boda no podía nadar contra corriente con eso que comenzaba a sentir.

Pero al ver la cama vacía hubo un gran temor en Diego, sobre la mesa de noche había una nota que decía lo siguiente:

*Gracias por esa gran noche, pero tú declaración de amor llegó muy tarde a mi vida ahora hay muchos obstáculos que no nos permiten estar juntos, yo no soy capaz de dejar a un niño sin su padre ojalá puedas ser felices yo también buscaré mi felicidad, adiós mi amor.

Posdata: recoge las sábanas y sal con cuidado para que mis padres no te vean por qué son capaz de matarte, sal por la puerta del jardín por dónde nos escapábamos de niños.*

Diego se sentía demasiado confundido más hizo lo que Monserrat le pidió, ahora no solo tenía una cruda por lo que había tomado si no por lo que había hecho le había quitado su inocencia a Monserrat y no de la mejor manera, fue hasta su casa se ducho y cambió para ir a la casa de Monserrat total faltaban algunas horas para la boda, salió a toda prisa pero su madre lo detuvo.

—Hijo tenemos que ver los últimos detalles de tu boda—

—Después mamá ahora tengo cosas más importantes que hacer—

Diego salió a toda prisa era como una alma perseguida por cientos de demonios, llegó hasta la casa de Monserrat, tocó la puerta con desesperación

—Joven Diego ¿Qué hace por aquí?— dijo una de las empleadas, Victoria que se encontraba ahí pero antes de que ella pudiera emitir alguna palabra dijo él:

—¿Dónde está Monserrat?, Tengo que hablar con ella —

—Monserrat se ha ido Diego, me pedido que si llegarás a venir no te dijera hacia donde fue, ella quiere dejar el pasado atrás, además tu ya estas por casarte—

—¡Por favor dígame donde está!—

—Lo mejor será que no la busques más por él bien de los dos no crees que ya ha sufrido bastante —

Diego salió de la casa de Monserrat más confundido, que debía hacer casarse o ir a buscarla, fue a dónde se encontraba María José que hablaba con una de las chicas de servicio y decía:

—Diego es mi vida sin él mi vida no tendría sentido además el hijo que estoy esperando va ha ser la luz de nuestras vidas si Diego me hubiera dejado juro que terminaría con mi vida—

Diego no podía cargar con la muerte de María José y de su hijo ya no había marcha atrás la boda se realizaría pese a que él amaba a Monserrat.

Llegó la hora de la boda que más bien era como un funeral para Diego por más que trataba de ocultarlo simplemente no podía, por su parte María José estaba muy feliz aunque la ceremonia no era lo que esperaba pero por lo menos ahora sería la esposa de Diego Montreal, había muy pocos invitados se podría decir que fue una boda secreta pues así lo dispusieron sus padres, durante la ceremonia y la recepción Diego estaba como ausente María José se dio cuenta que algo andaba mal.