Un Secreto Para Ambos

...Antonella - 15 años...

Matteo cumplió con su palabra y desde entonces empezó a separar una pequeña cantidad de tiempo para disfrutarlo solamente conmigo. Entre lecturas o viendo películas, cualquier medio de entretenimiento era mucho mejor con su compañía.

Seguí escribiendo una que otra historia y a la edad de 15 años, finalmente una editorial aceptó uno de los tantos manuscritos que había hecho. Ahora me encontraba en una no muy pequeña fiesta por el lanzamiento de mi libro, obviamente, todo esto fue preparado porque mi padre era un talentoso y famoso escritor.

Nadie haría una fiesta para un escritor recién llegado y realmente no me molestaba que otros creyeran que todos mis esfuerzos fueron aceptados simplemente por el hecho de ser la hijastra de Matteo Moretti. Sabía perfectamente que ese no era el caso, me aseguré de mantenerme en el anonimato hasta que una editorial aceptó el manuscrito sin siquiera conocer mis datos personales.

Solo deje mi número de teléfono y eso fue suficiente para que ellos decidieran ponerse en contacto.

—No era necesario que asistieras.—Le mencioné a mi padre.—Sé que odias salir de casa.

La fiesta era por mí y por mi primer libro publicado a la temprana edad de los 15 años, pero todos estaban pendientes de los movimientos de Matteo y solo se acercaban a mí para acercarse a mi padre.

Era jodidamente molesto ver como otras mujeres prácticamente empujaban sus pechos hacia su cuerpo con una fingida caída o tropiezo hacia él.

Mi cuerpo aún se encuentra en desarrollo o eso espero, porque mis pequeños pechos ni siquiera podrían rellenar mi sostén de copa A. No me agrada compararme con ellas, pero sí lo hago y siempre termino perdiendo.

—No podría dejarte sola en una fiesta rodeada de extraños.—Respondió mientras bebía un sorbo del vino de su copa.

—No sabía que podías actuar como un padre sobreprotector.—Me burlé, sonriendo dulcemente hacia Matteo.

—No estoy actuando, lo estoy siendo.—Afirmó mientras señalaba mi vestido rosa suave, la falda de este era holgada y la parte superior se ajustaba a mi cuerpo.—Una joven como tú no debería asistir sola a las fiestas.

—¿Una joven como yo?

—Eres hermosa Antonella y cualquier idiota querría tener la oportunidad de cortejarte.—Declaró y mis mejillas rápidamente aumentaron de temperatura para teñirlas de rojo.—Pero eso no ocurrirá mientras yo esté aquí, eres demasiado joven para tontear con otros idiotas que ni siquiera pueden darte lo que mereces.

No tengo un cuerpo llamativo, pero mi padre biológico me entregó la fortuna de poseer una bonita cara, con mi cabello rubio y ojos grises. Mi autoestima se mantiene vivo gracias a esas únicas características que me podrían salvar de la categoría "común o fea"

Ninguna chica de 15 años puede tener un alto autoestima cuando los demás ven tus defectos y no tienes ningún atributo para opacar lo que odias de ti misma.

—No podría merecer gran cosa, vengo de la calle.—Murmure apenada.—Tendría suerte si alguien desea quedarse conmigo en un futuro.

—¿De qué hablas pequeña?.—Frunció levemente su ceño hacia mí.—Eres mi hija y podrías tener el mundo a tu disposición si así lo desearas, yo lo haría posible.—Aseguró y no pude evitar dejar salir una carcajada por lo seguro que sonaba su afirmación.

...No quiero al mundo, solo quiero a Matteo....