Para encontrar libertad a su calvario, Akela deberá luchar incluso con el vínculo de pareja que la une a un compañero que no la ama.
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Capitulo 9
En la mansión de la manada Niebla Invernal, en la cuál residía el Alpha Kinnaman junto a su Beta y las personas que allí trabajaban, los lujos eran cosa diaria. La cantidad de comida que se servía, era inmensa. También lo era la cantidad que se tiraba, porque nadie llegaba a ingerir tantos alimentos, de todas formas tenían la orden de cocinar para un batallón, a pesar de que allí solo comían el Alpha, el Beta y su Delta, Ezra Ecker. La mansión en sí, era todo un lujo, una construcción gloriosa, en todo su esplendor. Era una casa enorme de tres pisos, con más de veinte cuartos y veinticinco baños, contaba con un subsuelo donde había algunas habitaciones para los empleados. Era toda gente de la manada, los que tenían familia decidían cumplir su horario y marchar, mientras que las jovencitas preferían quedarse allí con la esperanza de tentar al Alpha y quizás con un poco de suerte, convertirse en su Luna. En la manada Niebla Invernal nadie sabía de la profecía, ni de quién estaba destinada a su Alpha. Él, a pesar de ser sanguinario, desalmado y violento, era un buen Alpha. A su manada no le faltaba nada, cada habitante vivía entre lujos, contaban con lo mejor en todo, educación, ciencia, medicina, todo lo que querían, lo tenían y más. Era por todo ésto, que ningún miembro de la manada estaba en contra de las guerras y conflictos violentos que su Alpha iniciaba, porque llevaban el mejor nivel de vida entre todas las manadas que existían, es por ésto que lo respetaban, aunque también lo temían, y mucho.
El Alpha y su Beta se encontraban en la oficina, en la mansión, resolviendo unos negocios, cuando él Beta saco el tema.
- Has enviado a alguien por la luz de la casa en el bosque?.- Kyle que hasta ése momento estaba inmerso en su laptop, levantó la vista y miró a su Beta, Jay.
- De qué hablas?.
- La casa en el bosque... tú mate?.- Jay dijo ésto y Kyle bufó enojado.
- No, y no mandaré a nadie.
- Y su mensualidad?.- Kyle solo negó con la cabeza, mientras seguía tecleando en su laptop.- Kyle.. han pasado meses, varios, diría que casi cinco o más, estamos en pleno invierno y ha sido el más crudo en los últimos años.
- Y?.
- Has dejado a aquella niña a su merced.
- Si es una legitima heredera Alpha cómo dicen, sobrevivirá.
- Te recuerdo que tiene sólo doce años.
- Y?.- El Alpha decía todo ésto sin el mínimo remordimiento, mientras seguía trabajando.
- Kyle..- El Alpha suspiro enojado y miro a su amigo y Beta.
- Qué Jay? Qué quieres hacer?.
- Déjame enviar a alguien a arreglar la luz.
- No.
- Pero Kyle.
- He dicho que no!.
- Al menos déjame ir, para ver si está bien.- Jay dijo ésto y Kyle se dió cuenta que su Beta no dejaría de insistir en el tema, suspiro profundo y molesto y pellizco el espacio entre sus cejas.
- De acuerdo, pero la luz se queda como está.
- Está bien.
El Beta salió del despacho tomando aquello como un triunfo. No había pensando en aquella chica desde aquel día que fue con Kyle a la pequeña casa que habitaba en el medio del bosque, y si bien su interacción fue escasa y casi nula, no podía evitar pensar que solo era una niña a la cual su Alpha había dejado desprovista de todo cuidado. Jay Jarvis contaba con la misma edad de su Alpha, en ése entonces, veinticuatro años, tal como Kyle. Su padre, Jean Jarvis, había sido el Beta del padre de Kyle y había muerto en el último enfrentamiento que llevo a cabo Kinnaman hijo para vengar la muerte de su padre. Jean Jarvis había intentado convencer a su Alpha Jackson Kinnaman, de que no era necesaria un conflicto bélico con aquella pequeña manada, a ellos no les significaba problema alguno su existir. Siempre práctico y conciliador, buscaba las soluciones más diplomáticas y enriquecedoras para la manada. Apenas habían salido vencedores de una guerra con una gran manada muy lejos en el norte, donde habían tenido que dejar a un grupo de guerreros para mantener el lugar a raya, generar otra guerra solo sería más despilfarro y perdidas de guerreros, así sea un ínfimo número. Con lo que no contaban ellos, era con que la manada Prado Verde, era pequeña, pero llena de aguerridos miembros, hasta las mujeres presentaron batalla y pelearon con gran coraje. Ellos resultaron vencedores y el Alpha encontró la muerte. Aquello fue un duro golpe para toda la manada Niebla Invernal, y sobre todo para su ego. Habían caído ante un pequeño pueblo, que ellos mismos consideraban lobos inferiores. Por más que intento por todas las formas, Jean Jarvis, no pudo convencer a Kyle Kinnaman, que ir nuevamente a un conflicto violento no sería la solución. Allí fueron otra vez con violencia y sed de sangre, en busca de venganza y honor, Kinnaman hijo encontró ésto, pero Jarvis padre solo encontró la muerte. Desde ese momento Jay asumió como Beta de Kyle.
A diferencia de su Alpha, Jay era una persona diplomática y respetuosa para desenvolverse como tal en su trabajo. Era muy apreciado en su manada y respetado, porque era muy eficiente en su trabajo y más humano a la hora del trato, por lo cuál, los miembros preferían hablar con él cuando necesitaban algo, antes que con su Alpha. A Kyle no le molestaba ésto, porque no le interesaba hablar con lo que él consideraba plebeyos, prefería no perder el tiempo en ellos y ocuparse de cosas importantes, como formas de conseguir mas tierras, negocios, dinero, poder y mujeres, algo que también ocupaba gran parte de su tiempo.
Jay subió a su auto y emprendió el viaje hacia la pequeña casa del bosque, así como le decían para no dar nombres, ni entrar demasiado en tema, ya que aún en la mansión del Alpha, las paredes oían. El viaje entre la manada y la casa, era casi de tres horas, él hizo el viaje en dos, ya que fue a gran velocidad. Era temprano en la mañana y no había tráfico en la ruta, luego de ésto debía tomar un camino de tierra que solo se usaría si alguien se dirigiera a aquella viviendo. Al llegar, estacionó algo alejado, ya que notó que había algo alrededor de la casa. Eran pequeñas cercas hechas con ramas y atadas con cuerdas, estás estaban por toda la tierra alrededor de la casa. Ocupaban todo el espacio, que él antes recordaba solo como tierra libre. Aquello le llamó la atención, quiso ser respetuoso y estacionó lejos, para no romper aquellas pequeñas cercas que ya le causaban curiosidad. Al llegar a la puerta golpeó y no tardaron demasiado en abrir.
aunque me hubiese gustado que akela le diera esa tremenda paliza en público para que lo humillara delante de su manada 🤭🤭🤭🙏💐❤👍