Narra la historia de Elina, una mujer rica y poderosa que reencarna como Elena, una extra en una novela. Ella deberá salvar al villano depresivo Noah. Noah es un "red flag" en la historia original, ya que se obsesiona con Sofía, la protagonista. Elena era la esposa de Eliézer, el protagonista, pero nunca logró obtener el amor de su esposo.
La protagonista de esta historia es una diva empoderada; no se arrastra ante ningún hombre, es firme y vengará a la Elena original. No es la típica protagonista: es ambiciosa, sensual, sabe lo que quiere y cómo conseguirlo, pero también tiene su lado dulce y tierno.
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Humillación
Todos estaban asombrados.
«No puede ser, la esposa de Noah Díaz es Elena Sánchez».
«Nos equivocamos».
«Ella es la señora Díaz, es hermosa», murmuraban los invitados sorprendidos.
- «No puede ser, Elena es mía», murmuró Elizer en voz baja.
- «Maldita puta, no puede ser esa perra que sedujo a Noah», susurró Gitana, mi madrastra, en voz baja.
«Tendré que pedirle perdón a esa tonta y fingir ser el padre perfecto», pensó mi supuesto padre, con un rostro lleno de codicia.
Regina Reyes, madre de Julia, matriarca de la familia Reyes, se acercó a nosotros, sorprendida:
- «Elena, es un gusto volver a verte. Me dolió mucho que mi nieto Eliézer te dejara. Jamás pensé que Noah se casaría contigo, una mujer abandonada y repudiada por su exesposo».
- «Doña Regina , usted tan amable como siempre, siempre tan inmaculada y llena de amor. Siempre he admirado su devoción a Dios y que es una señora de iglesia, que no juzga, no se mete en la vida de los demás y tiene un pasado impecable, la inmaculada Doña Regina», respondí con sarcasmo y una sonrisa burlona.
- «Tengo la fortuna de que mi marido nunca me dejó por otra; felizmente duramos 40 años de casados», exclamó Doña Regina, muy segura de sí misma.
Don Justo Evan, patriarca de los Evan, se levantó.
- «¿Regina ya se te olvidó lo que hacíamos en el monte?», dijo Justo con una sonrisa.
- «La señora lo hacía en un monte».
«¡Qué lasciva!».
«¿Quién la viera tan santa?».
«No lo puedo creer». Murmuraban los invitados.
- «Me siento mareada, ay, mi pobre corazón, me voy a desmayar», gritó Regina con una actitud exagerada.
Los sirvientes se llevaron a Doña Regina a su habitación.
Noah tomó la palabra:
- «Mi esposa ha sido humillada e insultada; todos los que han insultado a mi esposa son declarados mis enemigos».
Expuse las pruebas de que Julieta fue la que difundió los rumores.
Julieta, llena de miedo, se arrodilló ante mí y me suplicó piedad.
- «Elena, por favor, ten piedad de mí. No quiero perder mi trabajo.»
- «Julieta, yo no soy una santa. El que perdona y es santo murió en la cruz por nosotros, pero yo soy una simple mortal pecadora y llena de imperfecciones, y por eso no te perdono. Tienes dos opciones:
Te demandaré por difamación y te expulsaré de la compañía Díaz; no volverás a trabajar en otra compañía.
Deja que yo te imponga tu castigo aquí y ahora; tú decides».
- «¡Acepto mi castigo!».grito Julieta atemorizada.
Le di ocho bofetadas una detrás de otra; El aire se cargó con el olor metálico a sangre cuando el labio superior de Julieta se partió. Sus ojos azules, ahora llenos de miedo, se encontraron con los mios . El mundo se redujo al zumbido de su propio oído y el sabor a sal de su sangre." tomé una tijeras y la agarre del cabello.
yo levanté la tijera. El corte fue un chasquido seco que resonó en el silencio. Los cabellos de Julieta cayeron al suelo, formando una masa oscura y desordenada. Élla se encogió ligeramente en el suelo , su mirada estaba llena de miedo
- «Ten piedad, mi cabello no, estás loca», gritó Julieta entre lágrimas.
- «Cállate y deja de moverte o terminare cortándote, jajajaja», susurré con una sonrisa de loca.
Noah aplaudió y se echó a reír:
- «Jajajajaja, qué magnífica escena, estoy deleitado. Mi esposa es la mejor, me ha dado un gran espectáculo, pero aún no estoy satisfecho. Traigan un bate y rómpale una de las piernas al que colocó las fotografías», exclamó Noah con una mirada aterradora. Noah es prácticamente la ley; la compañía Díaz es la más poderosa y nadie puede pasar por encima de Noah, ni siquiera Eliézer. Eliézer solo amedrentaba a Noah porque tenía a Sofía, pero ahora Sofía no tiene valor para Noah. Ahora Noah es una bestia y la única que tiene la correa soy yo.
Todos estaban aterrados. Sus miradas estaban congeladas por el miedo.
- «Son dos demonios».
«Están locos».
- «Esta pareja da miedo».
- «Afortunadamente no ataque a la señora Díaz», murmuraban los presentes.
Sofía se acercó a Noah.
- «Noah, no hagas esto, eres muy cruel, no cometas una locura, hazlo por mí», suplicó Sofía, pensando que Noah cedería.
- «Jajajaja, Sofía, yo soy la locura en persona. Ya no me importa lo que pienses, soy una bestia sin razonamiento y la única que tiene la correa para detenerme es mi esposa».
Eliézer estaba asustado; Noah había recuperado su personalidad violenta y desalmada.
- «Algo no está bien. Cambié los medicamentos de Noah para
para debilitarlo poco a poco y llevarlo a una depresión lenta, pero volvio a ser el mismo de siempre; esto no me gusta». Estos fueron los pensamientos de Eliézer, quien estaba preocupado por el comportamiento de Noah.
Los sirvientes trajeron al que había expuesto la foto mía y de Noah y que había inventado el chisme en la fiesta; Noah tomó un bate, pero yo se lo arrebate.
—«Esposo, déjame encargarme; tengo métodos más crueles».
—«Entonces, encárgate de darme un buen espectáculo», exclamó Noah con una sonrisa sádica.
tomé el bate con una fuerza que me hizo temblar los nudillos. Era un trozo de madera pesada y frío en mis mano, y el metal golpeó la palma de mí otra mano con un crujido seco. Levanté el bate lentamente y la punta se dirigió hacia la entrepierna del hombre. Él estaba temblando, con los ojos muy abiertos, y yo me acerqué. Mis expresiones eran siniestras y aterradora, el hombre tembló y suplicó por piedad:
—«Piedad, señora, todo menos eso».
—«¿Quién te pagó para arruinar mi reputación? Si me mientes, destruiré tus entrepiernas y te convertiré en un eunuco; si de por sí eres poco hombre, imagínate en la basura putrefacta en la que te convertirías, sin tu órgano reproductor».
—«¡Fue la señora Gitana!», gritó el hombre aterrado; el susto fue tan grande que se orinó en la ropa.
Me acerqué a la mesa de mi madrastra.
Gitana y mi padre se arrodillaron y suplicaron piedad.
—«Madrastra, te perdonaré porque somos familia, pero debes pagar el precio; pon tu mano derecha sobre la mesa ahora mismo», exclamé con una sonrisa.
—«No, por favor, ten piedad», gritó Gitana temblando.
Eliézer intervino.
—«¡Basta! Esta es la casa de mi abuela».
Noah se acercó a Eliézer y le susurró un secreto al oído; Eliézer se quedó en silencio y no intervino.
Mi madrastra puso su mano en la mesa. "El impacto fue más fuerte de lo que había imaginado. La mano de mi madrastra se dobló hacia atrás, un ángulo antinatural que no debió ser posible."
El bate temblaba en mis manos, manchado por la sangre que goteaba en el suelo."
Mi padre estaba aterrado.
—«Dios mío, he criado a un demonio. Esta mujer está loca; si descubre que yo, en realidad, soy su tío y que maté a su verdadero padre, me matará», pensó mi padre atemorizado.
La ambulancia se llevó a mi madrastra.
Noah tomó la palabra:
—«Disculpen por el escándalo; ya todo se solucionó. Celebremos la fiesta en paz. Pido perdón, pero mi esposa debía ser vengada».
Palabras de la autora:
Les dije que esta pareja no está bien de la cabeza, y que la trama se va a poner muy intensa: romance oscuro, atracción, trampas, intrigas, romance bonito; habrá de todo. Sabrán del oscuro pasado de Noah y, como dice el título, es un *red‑flag* y la protagonista también es una *red‑flag*. Aún así, los van a amar porque tienen su lado bonito; además, solo atacan si le hacen daño, no atacan a personas inocentes. Eliézer sí es un maldito, pero para su mala suerte la protagonista lo llevará a la desesperación.